Las inversiones inglesas en Argentina. Los ferrocarriles (1860-1914)
Enviado por YoPaula • 28 de Enero de 2018 • Monografía • 2.895 Palabras (12 Páginas) • 144 Visitas
Las inversiones inglesas en Argentina. Los ferrocarriles (1860-1914)
Alumna: Paula Mariel De Font
Legajo: 14520
Carrera: Licenciatura en Historia.
Seminario: Cuestiones de Historia Económica. Modernización y crisis en la economía argentina: problemas y controversias, 1860-1930.
Profesor: Luis Rodrigo La Scaleia
Untref Virtual
Diciembre de 2017.
LAS INVERSIONES INGLESAS EN ARGENTINA. LOS FERROCARRILES (1860-1914). 1
Introducción 2
La Ley Mitre 4
La cuestión del imperialismo o la independencia. 6
La tierra, ¿interés principal o subsidiario? 9
Conclusiones 11
Bibliografía 12
Introducción
Nos basamos en Aldo Ferrer para definir el periodo de nuestro estudio, como de economía primaria agroexportadora para Argentina. El autor entiende que, ya superada la transición y una vez que se nacionaliza la aduana en 1862, el país define su inserción en el mercado mundial, como proveedor de productos primarios (cereales, carne, lana, etc) [1]
Comienza el desarrollo de una economía basada en la renta diferencial de la tierra pampeana, tal como la define Eduardo Sartelli[2], sostenida en esta etapa por la creciente demanda mundial y estimulada por la renegociación del crédito Baring, adquirido por la provincia de Bs. As. en 1824. Pero para lograr la consolidación, el gobierno nacional decidió recibir grandes cantidades de migrantes, para la mano de obra y hubo que instalar el transporte, desde las pampas productivas hasta los puertos. Así, la tasa de crecimiento poblacional en el periodo fue de 3%, anual y la cantidad de habitantes por cada 100 hectáreas pasó de 1.1 a 3.4, así como en 1857 existían 10 km de vías férreas, cifra que escaló hasta 38.634 km para 1930.
En cuanto al transporte, se apostó principalmente al tendido vial y por parte de capitales extranjeros. Este fue el rubro de absoluto dominio de la inversión inglesa. Por el trabajo de Gomez y Schvarzer, sabemos de los debates en torno a la forma de financiar el tendido, en el caso particular de Chivilcoy y el FCO[3], que dificultó el emprendimiento estatal.[4] Finalmente, el gobierno predispuso las condiciones para recibir la inversión extranjera en la construcción ferroviaria. Otorgó derechos sobre la tierra, garantías de tasas mínimas, que fueron de entre 6 y 7% anual y también, la libre disponibilidad de la renta del capital o, lo que es lo mismo, el derecho a expatriarla. Según Andrés Regalsky se verifican tres etapas de inversión de los capitales extranjeros en Argentina, que son los periodos 1862-75, 1881-90 y 1903-13, marcados por sucesivas crisis internacionales[5]. El proceso se interrumpe con la PGM, que generó una depresión comercial y luego ya no vuelve a alcanzar sus niveles. Por esto es que nosotros cortamos el periodo de análisis en 1914.
Trabajamos entonces sobre una Argentina naciente, que consolida su estructura productiva y exportadora, apoyándose en una estructura ferroviaria de inversión mayoritariamente extranjera, con alto predominio del capital inglés. Las consecuencias de este esquema sobre la distribución de la tierra y la población, el control comercial y los mecanismos de esta relación externa anglo-argentina, son materia de debate entre los historiadores. Este trabajo hace un repaso sobre el estado actual de esta cuestión historiográfica que abarca el período 1860-1914. José López indica que la etapa de mayor fervor inversionista por las compañías ferroviarias inglesas fue 1900-1914, la que llaman “edad de oro”, pero los números y kilómetros de vías construidos por año, dan un salto diferencial en 1907 y hasta 1914. Sin dudas, el salto tiene una relación directa con la sanción de la Ley Mitre.
La Ley Mitre
Los autores coinciden en general en el factor reorganizador que significó la Ley 5135, presentada por el Diputado Emilio Mitre y aprobada en octubre de 1907. Los siguientes cuarenta años de transporte ferroviario, se manejaron según esa regla. Mario Lopez aporta un repaso de los antecedentes de esta Ley, que documenta con los debates parlamentarios, con lo que le da el marco de pugna política que significó, entre sectores reformistas y nacionalistas de la política nacional[6]. Por su texto sabemos que hasta 1886 los capitales invertidos en ferrocarriles habían sido argentinos, una mitad de privados y la otra mitad dividida entre nacionales y provinciales. De hecho, así lo vimos en el caso del FCO tratado arriba A partir de la centralización política del gobierno, el Estado nacional absorbió las partes de provincias, para luego vender la propiedad, presionado luego por la cesación de pagos y el déficit fiscal de 1890. Al año siguiente deroga la exención de impuestos aduaneros y la libre importación. Luego de la crisis y con nuevo gobierno, era necesario redefinir la capacidad de control y el rol estatal. El autor marca tres puntos que quedaron en el debate parlamentario: tarifas, impuestos y salarios, proceso que culminó en la Ley Mitre. López llama la atención sobre la desorganización mostrada por el gobierno para este asunto y por la falta de un plan ferroviario aplicable a nivel nacional, con lo que las empresas habrían ganado la pulseada de su unificación, en contra de la idea de generar competencia, que impulsaba el gobierno con su reparto de concesiones. Regalsky plantea que la Ley fue un producto de los actores hegemónicos, en función de defender su sus empresas locales. Argumenta que los 40 años de exención impositiva aduanera, fueron un paso empobrecedor para la Nación que, a la vea de herramientas fuertes para controlar[7].
Scalabrini sostiene que la Ley fue producto de negociación de las elites de gobierno, con los poderes extranjeros y que el Estado terminó haciendo entrega de derechos y capital. Uno de sus argumentos es que la fiscalización que ejerce la Dirección General de ferrocarriles es mediante un solo empleado por empresa, que se denomina contador interventor, por lo tanto, prácticamente nula.
La cuestión del imperialismo o la independencia.
Es central el debate sobre imperialismo inglés o independencia argentina, en el proyecto ferroviario nacional. La situación inglesa dentro de este período fue de consolidación del capitalismo inglés y expansión de sus mercados comerciales de ultramar. El intento ingles de controlar comercialmente los países nuevos que surgían en América, venía ya desde los comienzos del declive colonialista español. India y Australia estaban en la misma situación que Argentina. Las políticas inglesas de dominio estaban relacionadas con la acumulación de capital móvil. No se centra el debate en cuanto a si Inglaterra alcanzaba un nivel mercantil de imperio, sino en cuanto a si los capitales puestos a funcionar sobre rieles argentinos, formaron parte de la táctica imperialista o no.
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