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Manifestaciones Arqueologicas


Enviado por   •  14 de Abril de 2015  •  1.767 Palabras (8 Páginas)  •  834 Visitas

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Manifestaciones arqueológicas

Superficies cargadas de arte y fuerza testifican la existencia de nuestros ancestros. Constituyen, por sí mismas, piezas claves para descifrar los enigmas que aun guarda nuestra sociedad actual. Pero están en grave riesgo y si ellas desaparecen nuestro legado también lo hará.

"Cada yacimiento arqueológico es una cápsula de tiempo, y cada uno contiene en grados diversos evidencia única sobre el pasado prehistórico". "Los yacimientos arqueológicos ni son producciones en serie ni son recursos naturales renovables". Erika Wagner, 1985.

El pasado arqueológico de un país es muy importante a la hora de hilvanar la evolución cultural del hombre a través del tiempo. Dicho legado no es sólo patrimonio del país que lo posee, sino que forma parte del rompecabezas histórico-social-cultural de la humanidad. Es por esto que, a toda manifestación del pasado del hombre, debemos darle la mayor relevancia, difundirlo y protegerlo para conocimiento de todos.

Vemos como este legado ha sido ampliamente reconocido en otros países. La Isla de Pascua, situada al oeste de Chile, y perteneciente a ese país, fue nombrada Patrimonio Histórico de la Humanidad por las Naciones Unidas. Las ruinas de Machu Pichu en Perú, también fueron honradas con ese título. Estas huellas dejadas por sociedades pretéritas, son símbolos destacados de un desarrollo social y cultural que precedió a nuestra época y que han ayudado a entender buena parte de la historia presente.

El pasado arqueológico venezolano no es menos importante a la hora de recrear la historia de la humanidad: petroglifos, pinturas rupestres, monumentos megalíticos, tesoros cerámicos, artesanales, entre otros, engalanan nuestra historia antigua; como también la riqueza mitológica de nuestros más de 30 pueblos indígenas, que relatados cada uno en su lengua ancestral, pueden compararse con las más exquisitas literaturas del viejo mundo.

En Venezuela se han encontrado más de 400 yacimientos de arte rupestre, de los cuales 320 son estaciones de petroglifos (cada estación puede tener cientos y cientos de rocas grabadas), 28 de pinturas rupestres, 6 de conjuntos megalíticos, 1 de geoglifo, 10 de piedras o cerros míticos naturales, 18 de bateas, 16 de amoladores líticos y 2 yacimientos de micropetroglifos.

Los Petroglifos (la palabra petroglifo quiere decir “piedra grabada”), son signos grabados en piedra, en épocas prehispánicas en el período Meso Indio, que en nuestro país se extendió entre 5.000 y 1.000 A.C. y probablemente hacia sus etapas más tempranas. Entre los instrumentos que se utilizaron fueron: “la abrasión, la cual consistía en el frotamiento con piedras complementadas con el uso de arena, agua y conchas marinas (Strombus Gigas, cuyos fragmentos se han encontrado incrustados en los surcos); y la percusión lítica, la cual se llevaba a cabo por medio de cinceles y martillos líticos que proporcionaban un efecto de punteado. También empleaban la sabia silicolítica de algunas plantas, aplicándola a la roca, catalizando así un proceso de desintegración de la superficie que se quería grabar” (Sujo Volsky, 1987: El Diseño en los Petroglifos venezolanos).

Sus funciones fueron variadas: han sido utilizados como demarcadores territoriales; indicadores de cementerios; calendarios leídos según las subidas y bajadas de las aguas de los ríos; guías para las tribus migrantes e indicadores de las mejores zonas de cacerías en los pases de montaña. Para la etnia Guarequena y otras etnias de origen Arawako que habitan en el Estado Amazonas, “los petroglifos tienen una función sagrada relacionada a la transmisión de preceptos religiosos y seculares vitales para la supervivencia de la comunidad: asisten al chamán (aún hoy día) en el recordatorio de los símbolos y conceptos a explicar durante las ceremonias de iniciación masculina” (Sujo Volsky, 1997: com. personal, relatando hallazgos de los antropólogos Omar González Ñañez y Silvia Vidal).

Los primeros exploradores españoles del Orinoco relataron que los indios Tamanaco denominaban a los petroglifos “Tepu Mereme” (tepu: piedra, mereme: pintada); los Baniva del Alto Orinoco, los llaman “Ippaianata” (ippá: piedra, ianata, escritura); los Caribe los llaman “Timehri”: piedra pintada. (Sujo V, 1987: 35-37).

Las Pinturas Rupestres o pictografías, son signos pintados sobre la roca. Sujo Volsky las define como indicadores territoriales de la presencia de grupos indígenas utilizados desde la época prehispánica hasta el presente. Han sido encontradas en las paredes y techos de cuevas y en abrigos rocosos, protegidas del clima y de la visibilidad fácil. Los símbolos eran pintados en colores blanco, negro, rojo y ocre, con pinturas elaboradas con resinas vegetales (onoto, carbón caraña), minerales como el óxido de hierro ó huesos pulverizados de animales. Como técnicas, se utilizaban pinceles hechos de manojos de fibra, tallos deshilachados y los dedos. La pintura se aplicaba en positivo o negativo, donde una capa de resina protectora cubría el área de la figura que se deseaba ilustrar y luego de pintarse el área circundante se despegaba la resina que formaba la figura. Con esta técnica se invertían los colores de claro-oscuro.

Una de las funciones de estos símbolos se conoce por su uso aún hoy día entre los Piaroa: la de proteger los sitios sagrados de enterramientos primario (fardos mortuorios en la tierra) o secundarios (huesos desenterrados y guardados en vasijas de cerámica).

Los Monumentos Megalíticos, están representados por los menhires (monolíticos en fila, círculos o aislados, con o sin grabado o pintura) y dólmenes (monolitos verticales sosteniendo monolitos horizontales, con o sin grabado o pintura), colocados por el hombre. Conocidos son los menhires del estado Carabobo.

Estos los encontramos en los estados Carabobo y Amazonas. En este último tenemos varios yacimientos con menhires. Tal es el caso del yacimiento “Kakuri”, localizado en las sabanas de Parú, Alto Ventuari, el cual incluye puntos acoplados y amoladores líticos. El otro se encuentra en Uaraco, en el Cerro Yapacana, cerca del caño Yagua. En las sabanas de Maipures se localiza otro yacimiento con menhires. “Hay también en todas aquellas regiones megalíticos soberbios como los de Duida, Sipapo, Uaraco, Yapacana…entre otros puntos de las sabanas de Maipures donde se alzan piedras colocadas en filas (menhires o dólmenes) a manera de monumentos druídicos, se hallan en otros parecidos sepulcros” (Tavera Acosta, 1927: 354 en Sujo V, 1987: 99).

Los

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