Maquiavelo
Enviado por poly1121 • 12 de Febrero de 2015 • 505 Palabras (3 Páginas) • 261 Visitas
El príncipe ha de conservar todo el poder en sus manos, estudiar lo que la gente quiere, ha de emplear la violencia con medida, y ha de mantener al pueblo contento, para lo cual, si es necesario, ha de instrumentalizar la religión, para conseguir sus fines políticos. También puede manejar la censura para evitar que el pueblo se corrompa, y ha de suministrarle educación cívica y amor a la patria. El príncipe ha de tener el apoyo del pueblo. En un principio apoyó la rebelión contra un príncipe cruel, pero cuando conoció las primeras rebeliones las condenó.
Para Maquiavelo, un país es afortunado cuando tiene unas leyes que le hacen continuar como tal, le sostiene y a las que todos están sometidos. Es un Estado de Derecho. Es necesaria la ley y la moral del pueblo, pero el príncipe está por encima de ella, en virtud de la razón de Estado y la eficacia política.
Lo que propuso Maquiavelo fue la separación de la ciencia política de la moral y la religión. Establece que la conducta práctica del político se ha de desarrollar al margen de consideraciones teóricas fuera de la realidad. La obsesiva persecución del poder y del prestigio costara lo que costara, con independencia de consideraciones éticas que se posponen a ese fin, ya que el fin importa más que los medios. Dicha concepción tiene antecedentes antiguos, especialmente griegos, en las ideas de Anacarsis el escita y de Trasímaco. El político, para gobernar a los hombres, ha de disciplinarlos. Para ello debe conseguir prestigio y autoridad mediante el uso la fuerza, lo que exige prescindir de consideraciones éticas y usarlas solamente como apariencia, de forma que se establece como principio supremo la razón de estado: el objetivo del Estado es su propia supervivencia, y ésta puede llegar a legitimar un mal menor a costa de evitar un mal mayor. Eso viene a suponer que la mentira es la conducta política menos mala y que el asesinato político queda autorizado si es encubierto y con ello se logra que un número mayor de personas no muera:
Cuando un príncipe dotado de prudencia ve que su fidelidad en las promesas se convierte en perjuicio suyo y que las ocasiones que le determinaron a hacerlas no existen ya, no puede y aun no debe guardarlas, a no ser que él consienta en perderse. Obsérvese bien que si todos los hombres fueran buenos este precepto sería malísimo; pero como ellos son malos y que no observarían su fe con respecto a ti si se presentara la ocasión de ello, no estás obligado ya a guardarles la tuya, cuando ello te es forzado.
Hay dos tipos de príncipes para Maquiavelo: los que escuchan y los que no escuchan. Si el príncipe es débil, debe recurrir a la astucia mejor que a la fuerza y no ser esclavo de su palabra, sino de su conveniencia. Afirmó, pues, que "la fuerza es justa cuando es necesaria" y que "si puedes matar a tu enemigo, hazlo; si no, hazte amigo suyo".
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