Maquiavelo

El príncipe es el primer tratado de Realpolitik, la cual fue la primera guía

no idealista del arte de gobernar, así como también fue uno de los libros

más odiado y difamado en la historia del mundo. Nicolás Maquiavelo otorgo

un nuevo apodo para el Diablo, el viejo, Nico, y le dio a Europa un nuevo

adjetivo para significar la astucia de malvada: maquiavélico.

Este se convirtió en un sinónimo de maquinador malvado; genio

manipulador, sin escrúpulos en asuntos políticos. El objetivo del libro, es

enseñar a los príncipes o a cualquier líder como conservarse en el poder.

Sus consejos se dirigen a sus nuevos príncipes aquellos que poseen

nuevos dominios sometidos, los cuales podrían fácilmente revelarse contra

su gobernante. El príncipe es un tratado relativamente corto acerca de

como un príncipe puede conservar su poder en un estado. Maquiavelo

divide a los príncipes en dos categorías: aquellos con poderes hereditarios,

que sólo necesitan mantenerse en su posición, y los nuevos príncipes, que

necesitan establecerse para demostrar rápidamente su poder. Este libro

propone una combinación de fuerza bruta y recompensa, pero afirma, en la

famosa frase, que si un príncipe tiene que elegir, es mejor ser temido, que

amado.

NICÒLAS MAQUIAVELO

Nicolás Maquiavelo nació en Florencia, Italia, el 3 de

mayo de 1469. Su padre era abogado, pero debido a

una falta de cumplimiento de las deudas, le fue

prohibido practicar su profesión ampliamente. Poco se

conoce de la juventud de Maquiavelo, pero escritos

muestran que tuvo una extensa educación humanista.

Maquiavelo fue designado a una posición política como

jefe de la segunda cancillería, a pesar de no haber

tenido un cargo mayor antes. Entre 1499 y 1512

emprendió misiones diplomáticas en las cortes reales de Francia y España y en la corte

papal de Roma. En 1502 y 1503, vio como Cesar Borgia expandió su poderío territorial

en Italia. En 1503 a 1506, Maquiavelo controlo la milicia de Florencia. En 1509, su

ejercito nativo retomo la ciudad de Pisa, perdida en mano de los franceses por Piero II.

En 1512, Maquiavelo se encontraba en problemas. Era conocido como la figura clave

en el gobierno de la república, fue arrestado y torturado. Logro negar exitosamente

haber conspirado contra los mèdici, fue eventualmente liberado, y le fue permitido a su

estado fuera de Florencia. Fue ahí donde escribió su libro “el príncipe” (1513-1514) que

fue un tratado muy exitoso. Por ultimo en 1532 muere Maquiavelo en San Casiano.

Maquiavelo define en géneros los principados y la forma en que estos se adquieren.

Los principados hereditarios son: cuando en ellos imperan, desde hace tiempo un linaje,

de una familia y cuentan con cierto dominio que están acostumbrados a someterse ante

un príncipe o a vivir en libertad; por lo que hay que ganarlos a través de las armas

propias o por las ajenas, por la suerte, o por la virtud. Los principados hereditarios en

donde los estados están acostumbrados al sometimiento de príncipes por linaje, existen

menos dificultad para poder regirlos y mantenerlos, que cuando se tratan de

principados nuevos, pues basta con el acatamiento del orden establecido por ancestros,

modernizándolos con los nuevos casos; de tal manera que el príncipe de capacidad

normal se mantendrá siempre en el poder. Al hablar de los principados mixtos

Maquiavelo nos hablaba de los conflictos que consisten en los súbditos que surge de la

voluntad de cambiar a su señor.

Los estado que al conquistarse se agregan a otro mas antiguo, es muy fácil

conservarlos, en especial sino están acostumbrados a vivir libres; para asumir el poder

con toda la seguridad bastando con exterminar, al linaje que gobernaba anteriormente.

Se dice también de quien adquiera nuevos territorios, podrá conservarlos si cuida de

dos cosas; primero que es necesario suprimir a la familia del antiguo príncipe, y la otra

que no se puede modificar las leyes, ni aumentar los atributos. Es preferible que se

adquieran estados con una providencia llena de costumbres, con idioma y organización

diferentes. Para que esto pueda funcionar seria mejor que la persona que lo adquirió

fuera a vivir en su nueva posesión, ya que esto daría una gran seguridad y duración al

gobierno del país. Otro remedio eficaz seria los establecimiento de colonias en uno o

mas lugares, que sirvan como eslabones que unen a un estado y a otro. Es usual que

cuando un príncipe penetra en su país, los habitantes más débiles estén de su parte.

Maquiavelo nos habla acerca del deseo de conquistar que es algo muy natural y

común, dentro de hombres que tienen todas las posibilidades a su favor, por lo que son

reconocidos y alabados, jamás censurados. Por lo contrario, cuando no poseen esa

capacidad necesaria y se empeñan en la conquista, se equivocan y esto los hace que

sean censurados.

Todos los principados de los que se tiene memoria se gobierna de dos maneras

distintas: ya sea por un príncipe soberano, que otorga a sus siervos la gracia de ejercer

algún ministerio en su representación, ayudándolo a los asuntos del gobierno, o bien

por el príncipe y aquellos barones que poseen títulos que no se otorgaron por la gracia

del soberano, sino por la nobleza de su sangre. Un ejemplo de las ambas clases de

gobierno los encontramos, en el turco quien es quien gobierna como único señor, todos

los demás son servidores a el.

Las formas de conservar los estados adquiridos es la primera es destruirlos, la segunda

es habitar en ellos y la tercera es que sigan viviendo bajo las normas antiguas; de modo

que vivan bajo sus propias leyes y en libertad. Un estado acostumbrado en libertad, se

conserva con más facilidad si se cuenta con el apoyo de los ciudadanos y de ninguna

otra manera. Para describir a los principados que se adquieren con las armas propias y

el talento, podemos decir que imitan a otros hombres que han caminado por el mismo

camino, imitando las acciones de los demás, aunque no siempre es posible seguir

finalmente el camino ajeno o igualar al talento de aquellos o a quienes, intentan imitar.

Por eso es mejor actuar como los arqueros expertos, que sabiendo que su flecha no

podrá remontar a la altura tal como se observa en la mira,

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