Mentalidades

UNIDAD 3

Cuando las demás ciencias sociales ponían a la historia en una especie de altar, ya que se consideraba como la ciencia dominante, se propusieron objetos de estudio rezagados hasta entonces extraños masivamente a la exploración de lo económico y social. Se descalificaba al empirismo histórico por la importancia de los nuevos principios de legitimación en el campo de las disciplinas literarias, al mismo tiempo que se intentaba transformar la fragilidad institucional de las nuevas disciplinas en hegemonía intelectual.

Posteriormente surge esta “crisis general de las ciencias sociales” o  bien un “cambio de paradigma” que no provocó mutaciones del trabajo histórico, sino más bien, a la distancia tomada en las prácticas de investigación misma en relación con los principios de inteligibilidad que habían reinado durante la actividad historiográfica desde veinte o treinta años atras.

Chartier señala que hay tres escenciales (en los aspectos ya mencionados): el proyecto de una historia global, que era capaz de articular diferencias niveles de la totalidad social; la definición territorial de los objetos de investigación, dedicado a un espacio en particular; y la condición indispensable para que fueran posible la recolección y el tratamiento de los datos exigidos por la historia total; esto era impotante debido a la división social considerada como apta para que se pudiera organizar esta comprensión de las diferenciaciones y de las diferencias culturales.

Luego se renuncia a la descripción de la totalidad social y braudeliano, se inclinaron a pensar en los funcionamientos sociales fuera de una partición rígidamente jerarquizada de las prácticas y de las temporalidades. A partir de ahí, los intentos que se hicieron para descifrar de otra manera las sociedades, al penetrar las relaciones y las tensiones que las constituyen apartir de un punto en partircular., y esto da como resultado que los sujetos y grupos den sentido a su propio mundo.

Los historiadores franceses renunciaron a considerar las diferenciaciones territoriales como los cuadros obligados de su investigación, con esto, separaron todo del marco de inventario que se había recibido de la escuela de geofrafía humana. La crtografía de las particularidades fue reemplazada por la investigación de las regularidades.

La lectura es una práctica que se encama con gestos, espacios y costumbres. Por ejemplo, una de la forma de leer debe identificar las indisposiciones específicas que se distinguen de las comunidades de lectores y las tradiciones de lectura. Se supone que esta tradición supone el reconocimiento de muchas series de contrastes, entre ellas las capacidades de lecturas. Se consiguió marcar una separación respecto a una concepción sociográfica, en mbase a la distancia que se tome en respecto a la historia social de la cultura en su acepción clásica. Esto postula que las divergencias culturales están marcadas según una división social hecha desde el principio.

Para Burke, la definición de “historia de las mentalidades” se da por tres rasgos: el primero, son las actitudes colectivas antes que las individuales y se enfoca en la gente común y en las élites; en segundo lugar, no toma en cuenta las reglas consientes o las teorías elaboradas como los supuestos implícitos o inconscientes; y el tercer se refiere a la estructura de las creencias, y lo que esto conlleva (categorías, metáforas, y símbolos, así como el pensamiento de la gente).

Para el estudio de las mentalidades van acompañados de muchas disciplinas, por ejmplo, tenemos que se han apoyado con la filosofía, la psicología, la economía, la historia del arte y la historia de la ciencia. Además afirmaba que los primitivos tenían una mentalidad primitiva.

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