ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

PARCIAL DOMICILIARIO INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA


Enviado por   •  10 de Septiembre de 2017  •  Examen  •  4.934 Palabras (20 Páginas)  •  332 Visitas

Página 1 de 20

PARCIAL DOMICILIARIO INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA

1-  

  El primer pecado capital de los malos historiadores es entender que la historia fluye sin la mínima intervención del intelectual.   En el siglo XIX el paradigma que predominaba todas las actividades era el positivismo.  Su influencia sobre la historia fue absoluta.  Para ser un buen historiador solo había que dedicarse la recolección de datos, dando como resultado una participación pasiva del historiador.  Esa recolección de hechos históricos sin intervención de la subjetividad convertía al resultado alcanzado en una verdad absoluta que no se hallaba mediada por nada ni nadie.  “El historiador es necesariamente selectivo.   La creencia en un núcleo óseo de hechos históricos existentes objetivamente y con independencia de la interpretación del historiador es una falacia absurda, pero dificilísima de desarraigar.”[1] 

   Sobre el final del siglo XIX y principio del XX comienza a delinear y a pensarse la necesidad de una filosofía de la historia.  El planteo esencial fue cambiar aquel concepto de la historia como recolectora de documentos y pasar a pensar el estudio del pasado que se vive desde el presente.  El proceso de selección y de la correspondiente interpretación por parte del historiador es lo que convierte a un hecho básico en un hecho histórico.  Es muy importante la valoración por parte del historiador.  

  Es imposible que no haya intervención del sujeto que investiga, ya en la propia elección, en el orden otorgado está todo teñido por la subjetividad, nada es objetivo y la interpretación es la columna vertebral.  Entre finales del siglo XIX y principio del siglo XX empieza a darse un cambio en como se entendía la investigación del intelectual sobre la historia.  Comienza a cobrar importancia el papel del  investigador, se hace necesario que todo dato recolectado pase por el tamiz de la subjetividad y parafraseando a Carr: La historia consiste esencialmente en ver el pasado con los ojos del presente y a la luz de los problemas que se experimenta en el presente.  La historia juega un doble papel, por un lado está confinada a que el hombre interpretar a la sociedad del pasado y además acrecentar su dominio de su sociedad presente. (CARR, Edward. ¿Qué es la Historia?  Seix Barral, Barcelona, 1972.pag 73. 

  Para Lucien Febvre La historia es la ciencia del hombre y de los hechos del pasado humano.  Y define a la investigación de la historia como  el estudio científicamente elaborado, donde los hombres son el objeto único de la historia, hombres comprendidos en el marco de las sociedades de la que son miembros.  El historiador debe plantearse  problemas, debe poner a prueba aquello que es afirmado como verdad absoluta y desde la formulación de hipótesis tratar de arrojar  luz  sobre aquello que está investigando.  En palabras de  Febvre: “No hay ninguna Providencia que proporcione al historiador hechos brutos (...) Es el historiador quién da luz a los hechos históricos.[2]  El historiador es el ser humano que vive en esa sociedad, y desde allí deberá plantear los problemas y las hipótesis para analizar los hechos históricos.

  El historiador es quién debe arrojar luz a los hechos históricos, es el encargado de desenredar la madeja para dejar al descubierto el manejo de quienes detentan el poder  e intentan justificar su legitimidad utilizando el  pasado como aquella realidad necesaria para destacar la valentía, la fuerza o la lealtad.  

   El único modo de correr el velo y demostrar que el pasado era utilizado  para legitimar la autoridad y además de sostener las diferencias sociales era formulando hipótesis de trabajo que luego deberían ser contrastadas para llegar a una conclusión.   Además de entender que no existen las verdades absolutas y que los resultados obtenidos hoy tranquilamente pueden ser refutados mañana para alcanzar el avance de la investigación histórica.   Un ejemplo de como en la investigación  históricas los resultados no son absoluto lo podemos encontrar en el libro de Benedict Anderson “Comunidades Imaginadas”.  En el prólogo a la segunda edición hace mención precisamente de como  algunas cuestiones cambiaron entre el momento que escribió el libro y el momento de la preparación  de la  edición siguiente. Comenta el autor que “Lo que he tratado de hacer, en esta edición, simplemente corregir errores de hecho, concepción e interpretación que yo habría debido evitar al preparar la versión original.”[3] (ANDERSON, Benedict. Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo. Fondo de cultura Económica,  México, 1993. pag 12).  

  En cuanto al sexto pecado capital es nula la posibilidad de una historia objetiva y neutral frente al estudio de la  historia.   Esencialmente porque todo ser humano sea historiador o no, al vivir en sociedad respira, sufre, se alegra y se desarrolla  dentro de ella. Por lo tanto  siempre se escribe, se siente y se manifiesta desde algún lugar.  Hasta aquel que dice no tener una ideología la tiene y desde allí tomará una posición frente a su vida y a la de los demás.  Toda obra o trabajo realizado estará atravesado por todo aquello que es su historia y sus vivencias, o sea, su idiosincrasia.  

  Por otro lado, hablando en términos de León Pomer la idea de  la construcción de una historia aséptica es imposible.  Ser un sujeto social nos hace formar parte de una realidad mediada por un mundo artificial.  El  sujeto  dentro de la sociedad se mueve dentro de un universo simbólico y  de manera consciente o no reproduce el discurso dominante.  Dentro de ésta red simbólica circula la dominación que emana del grupo social que detenta el poder.  Se inculcan algunas verdades reveladas como visiones del mundo y  de la sociedad,  que  muchas veces van en contra de los intereses de la clase dominada y se difunden como intereses colectivos.  Estas supuestas verdades están tan naturalizadas que cuesta tomar distancia para entender que el discurso en esa realidad artificial solo buscar imponer y mantener una dominación.   Por lo tanto no existe la posibilidad de producir una obra que escape a éste poder simbólico aunque se trabaje en una obra que critique el funcionamiento y dominación de la misma.

 2-    

  Toda obra elaborada por el historiador, es un producto que no nace de la nada, como escrita por fuera de la influencia de la sociedad en la que vive el intelectual.  Cuando la consideración entre colegas sobre el resultado  de las distintas obras o investigaciones solo tiene en cuenta el resultado en sí, sin incorporar el contexto que permitió parir ese trabajo, se genera una deformación  ya que la obra parece haberse construido  como flotando por encima de lo social.  A esa obra le falta una parte que no ha sido tenido en cuenta a la hora de criticarla y del lado del intelectual éste puede caer en la conclusión de que su investigación histórica por tal situación  es objetiva.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (29 Kb) pdf (233 Kb) docx (24 Kb)
Leer 19 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com