Resurgimiento alemán

Introducción

En el presente trabajo analizaremos la historia y resurgimiento del que es hoy en día el motor de Europa, país que ha demostrado que a pesar de sus fuertes caídas y divisiones sufridas ha sabido siempre como recuperarse ante la adversidad teniendo ahora mucho cuidado de no repetir su historia que la llevó en varios puntos cometer graves errores, por ello busca tener un papel protagónico más responsable y cuidadoso. El 3 de octubre de 1990 se reunificaron los dos Estados alemanes y entró en escena una Alemania fortalecida en el contexto mundial. Alemania recuperaba su soberanía y superaba la división de su territorio y población que se le había impuesto después de la segunda guerra mundial. Su problemática tarea de acomodarse en el escenario internacional como potencia volvía a ser actual tras la caída del muro. Pero Alemania, precisamente por su experiencia en dos guerras mundiales, la dictadura nacionalsocialista y el Holocausto, no es como cualquier otra potencia continental europea.

Cuál ha sido su política exterior desde su reunificación, reacción de los diferentes gobiernos de turno ante los conflictos internacionales, qué debates se han dado al interior, las comparaciones entre lo que eran la Alemania Federal y la Alemania Democrática y preguntas a futuro son las cuestiones que están en la base del presente trabajo. A sabiendas de que la historia, la política exterior, interior, comprende una infinidad de tópicos y de que en una monografía es imposible agotar todos estos puntos de un país, hemos decidido tocar los temas que consideramos de relevancia para intentar entender este posicionamiento de la Alemania reunificada como actor en el escenario internacional.

Estos debates tienen en la base problemas fundamentales que son objeto de preocupación de la población alemana, de la opinión pública, analistas, políticos e intelectuales, problemáticas que siguen siendo muy controvertidas y que nos permiten, más que responder, seguir indagando hacia dónde va la Alemania unificada.

RESURGIMIENTO ALEMÁN TRAS LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN: PROCESO DE REUNIFICACIÓN Y SU PAPEL EN LA ACTUALIDAD

Tras la caída del nazismo, las potencias aliadas se repartieron el territorio alemán, junto con su capital, según las zonas de ocupación; por lo que las potencias occidentales como Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos terminaron fusionando las áreas bajo su control, igualmente la URSS. Se crearon así dos entidades políticas diferenciadas, al este la República Democrática de Alemania, bajo la tutela de la URSS y, al oeste, la República Federal de Alemania controlada por EEUU, Francia y Gran Bretaña. El punto medio de la división fue la ciudad de Berlín, donde igualmente el sector oriental estaba en manos de los soviéticos.

1. Antecedentes al muro de Berlín

         En 1945 los vencedores de Alemania (Estados Unidos, la entonces Unión Soviética e Inglaterra) ocuparon y dividieron, para su control, el territorio alemán. Con la construcción del Muro de Berlín en 1961, surgieron dos países, en el Oeste (República Federal de Alemania) y en el Este (República Democrática de Alemania), ambas con sistemas de gobierno y ordenamientos económicos antagónicos. La Alemania ubicada en el Oeste seguía los lineamientos occidentales (capitalismo) y la Alemania del Este seguía los lineamientos de la URSS (comunismo). Estos sistemas encontraron en suelo alemán el mejor lugar para confrontarse y tratar de demostrar al oponente cuál de los dos sería el imperante, constituyendo uno de los escenarios más activos de la Guerra Fría.

La base de su política era la división del país en tres zonas de ocupación con una capital, Berlín dividida en tres partes y un Consejo de Control Conjunto controlado por los tres comandantes en jefe. Esta división tenía por objeto debilitar militarmente a Alemania hasta reducirla a tal grado que evite que Alemania volviera a intentar alcanzar la hegemonía mundial.

Estados Unidos y la entonces Unión Soviética acordaron ocupar el país para después hallar un régimen pacífico y de libertad para los alemanes. Ramos-Oliveira (1945) afirman que, “con la rendición incondicional de una Alemania desorganizada, sumida en el caos y en la miseria, desaparecieron el Estado y el gobierno” (pp.142).  Desde Enero de 1943, los Aliados decidieron en la Conferencia de Casablanca que la guerra llegaría a un fin sólo cuando se aboliera por completo el gobierno del Tercer Reich, por lo que aún antes de terminada la guerra, los Aliados tenían planes sobre una repartición de territorio, de desarme y de desmilitarización alemana.

Fue en la Conferencia de Yalta en Febrero de 1945 donde los países Aliados establecieron puntos más concretos en relación al nuevo orden. Un punto en común se refería a tomar la responsabilidad de reparar los daños materiales de Alemania. Francia fue admitida como cuarta potencia de control, asignándosele una zona de ocupación propia. Gonzales Cosio Díaz (1990) afirma que en Yalta, “...se mantuvo el propósito de poner fin a la existencia de Alemania como Estado soberano, pero evitando una fragmentación del territorio del Reich” (pp. 6-7). Stalin estaba interesado en mantener la unidad económica de Alemania y para compensar los graves daños sufridos por la Unión Soviética a raíz de la invasión alemana Moscú “...exigió el pago de 20 millones de dólares y la cesión del 80% de las plantas industriales alemanas.” Ídem (p.8)

Finalmente se hizo pública una resolución que como punto importante establecía lo siguiente según Castro-Valle Jorge (1990), “Estamos de acuerdo en punto a la política y a los planes comunes que hemos de desarrollar para imponer rendición incondicional a la Alemania nazi, después de sofocada finalmente la resistencia armada alemana...” (pp.59) Conforme con los planes aprobados, las fuerzas de las tres potencias ocuparían cada una por separado una zona de Alemania.

Según este plan, quedaron establecidos una administración y un control para las tres zonas, cuya coordinación quedó a cargo de una Comisión Central formada por los jefes militares superiores de las tres potencias, con cuartel general en Berlín. De la misma forma, se acordó que Francia debería ser invitada por las tres potencias a ocupar, si así lo deseara, una zona y figurar como cuarto miembro de la Comisión Central. Los límites de la zona francesa fueron fijados, en nombre de los cuatro gobiernos interesados, por sus representantes en la Comisión Asesora Europea.

Jorge Castro-Valle afirma en su artículo La Unificación Alemana lo siguiente:

El máximo propósito de los Aliados fue destruir el militarismo y nazismo alemán al mismo tiempo que aseguraban que Alemania no volviera a perturbar la paz mundial. Estaban decididos a desarmar a todas las fuerzas armadas alemanas; destruir el Estado Mayor Alemán; eliminar o controlar toda la industria alemana que pudiera ser empleada en la producción militar; castigar rápida y justamente a todos los criminales de guerra y exigir reparaciones en especie por la destrucción causada por los alemanes; a suprimir el partido nazi, las leyes nazis, las instituciones y organizaciones nazis y, consiguientemente a tomar cuantas otras medidas sean necesarias en Alemania para garantizar la paz y seguridad del mundo futuro. No tenían el designio de destruir al pueblo alemán, pero sólo cuando fuera extirpado el nazismo habría esperanza de una vida digna para los alemanes y un lugar para ellos en la comunidad de naciones. (pp.65)

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