Revolución Francesa

Revolución Francesa

La Revolución francesa fue un proceso social y político que se desarrolló en Francia entre 1789 y 1799 cuyas principales consecuencias fueron la abolición de la monarquía absoluta y la proclamación de la República, eliminando las bases económicas y sociales del Antiguo Régimen. Su eco resonó con fuerza en Europa y en el resto del mundo.

REVOLUCIÓN FRANCESA:

La revolución que estallo en Francia hacia a fines del siglo XVIII marco profundamente la historia, no solo de ese país sino también de gran parte del mundo. Los cambios políticos, sociales y culturales que involucró permiten señalarla como uno de los acontecimientos que marcan el paso de la edad moderna a nuestra época contemporánea.

Para tratar de comprender por qué que hubo una revolución en Francia, debemos considerar una serie de factores que en conjunto generaron las condiciones para provocar un estallido revolucionario de grandes dimensiones. Entre ellos podemos señalar:

Factores políticos:

Hacia fines del siglo XVIII Francia estaba gobernada por el rey Luis XVI, que pertenecía a la dinastía de los Borbones y, a semejanza de sus antecesores quería seguir gobernando en forma absolutista, concentrando todo el poder en sus manos y excluyendo la participación de cualquier asamblea del pueblo. Además, el estado Frances mostraba grandes problemas en su administración.

Factores económicos:

Desde un punto de vista económico hacia la época existía en Francia una profunda crisis, que estaba relacionada con el déficit financiero crónico del estado Frances provocado por: Los gastos excesivos de la corte, que a partir de Luis XIV hasta llegar a Luis XVI, se habían convertido en un gran peso para las arcas fiscales franceses; y los gastos elevados que habían significado el apoyo de Francia a la emancipación de las antiguas colonias inglesas de Norteamérica.

La base económica agraria también contribuyo a la crisis, pues mostraba ser atrasada muy sensible ante condiciones climáticas desfavorables, como las que se hicieron presentes hacia 1788 provocando malas cosechas y, por lo tanto, un alza en el precio del trigo, de la harina y del pan, con la consecuente hambre de la población.

Finalmente, otros de los problemas económicos en víspera de la revolución era conseguir mayor cantidad de dinero por parte del estado, para dar solución a los problemas existentes. La única salida que encontraron los ministros del rey, como Nécker, Calonne y Brienne, fue obligar a los estamentos privilegiados del clero y la nobleza a pagar un impuesto a la posesión de la tierra. Sin embargo estos, reunidos en una asamblea de notables, se negaron a obedecer la petición del rey. Para muchos historiadores este hecho constituye el inicio de la revolución francesa.

Factores Sociales:

Los problemas sociales fueron fundamentales en el estallido de la revolución y tenían como base la estructura social estamental y piramidal, caracterizada por la desigualdad y privilegios de los estamentos superiores. En la parte más alta de la pirámide se hallaba el rey y la corte, seguido por el alto clero y la nobleza, y en la base de la pirámide, el tercer estado o estado llano.

Los dos estados privilegiados era el clero y la nobleza. El clero se encargaba de evangelización y gran parte de la educación; estaba exento de pagar impuestos, recibía el diezmo de los feligreses y poseían importantes propiedades en el campo y ciudades. En su interior había una gran diferencia entre el alto clero, formando, por obispos, abades y canónicos, general miembros de la nobleza, y el bajo clero, compuesto por sacerdotes y vicarios, que provenían del estamento inferior y debían vivir en zonas pobres. La nobleza, por su parte, poseía grandes propiedades y también privilegios como: Llevar la espalda, ocupar los altos

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