Tesis De Historia
Enviado por laishapampas • 9 de Septiembre de 2014 • 2.198 Palabras (9 Páginas) • 339 Visitas
Movimiento del 68
El movimiento estudiantil de 1968 fue un movimiento social en el que además de estudiantes de la UNAM, IPN, y diversas universidades, participaron profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y profesionistas en la Ciudad de México y que fue reprimido el 2 de octubre de 1968 por el gobierno de México en la matanza en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco y finalmente disuelto en diciembre de ese año. El hecho fue cometido por el grupo paramilitar denominado Batallón Olimpia, la DFS y el Ejército Mexicano, en contra de una manifestación convocada por el Consejo Nacional de Huelga, órgano directriz del movimiento. Según lo dicho por sí mismo en 19691 y por Luis Echeverría Álvarez, el presunto responsable de la matanza fue Gustavo Díaz Ordaz. Posteriormente fueron acusados Echeverría, Díaz Ordaz y otros altos funcionarios de haber trabajado para la CIA.
72 días antes del 2 de octubre de 1968, comenzó la efervescencia estudiantil.
El 22 de julio de 1968 policías granaderos reprimieron una riña entre alumnos de la Vocacional 5 del Instituto Politécnico Nacional y la preparatoria particular Isaac Ochoterena. Los agentes irrumpieron en las vocacionales 2 y 5, hiriendo a profesores y alumnos. Tres días después, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se declaró en huelga indefinida.
Tras la represión que el cuerpo de granaderos propinó a jóvenes del IPN y de la Preparatoria 2 de la UNAM, así como a miembros del Partido Comunista el 26 de julio de 1968, estudiantes del IPN en solidaridad declararon un paro de actividades. En un pliego petitorio demandaron la excarcelación de los estudiantes detenidos así como indemnización a los lesionados.
El 29 de julio, el conflicto se extendió por toda la Ciudad de México, mientras las autoridades pretendían calmar el ánimo previo a los Juegos Olímpicos que iniciaron el 12 de octubre de ese año. Hubo autobuses quemados, se paralizó el transporte público, además, de que autoridades de seguridad reportaron artefactos explosivos y combustible en escuelas.
En este contexto de represión y descontento en toda la comunidad universitaria del país, el Ejército irrumpió la Escuela Nacional Preparatoria 1 (el actual Colegio de San Ildefonso): de un bazucazo, destruyó la puerta, para así iniciar la presencia militar en el conflicto, autorizada por el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz. No obstante, el secretario de Defensa Nacional, Marcelino García Barragán afirmó que el atentado fue responsabilidad de los estudiantes: una explosión interna.
La relevancia del movimiento repuntó cuando, el 1 de agosto el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra encabezó una manifestación de alrededor de 80 mil universitarios y politécnicos, en protesta por la represión y en demanda de la liberación de los estudiantes presos. Sobre avenida de Los Insurgentes, la mayor autoridad universitaria proclamó la frase “únete, pueblo”. Entonces se conformó el Consejo Nacional de Huelga (CNH) para establecer que las escuelas estarán en huelga, pero no en paro activo; habrá tres representantes por plantel, y para rechazar la presencia de organizaciones ajenas a la comunidad escolar.
En ese momento, quedó formalizado en los seis puntos de un pliego petitorio:
1. Libertad de todos los presos políticos.
2. Derogación del artículo 145 del Código Penal Federal.
3. Desaparición del cuerpo de granaderos.
4. Destitución de los jefes policiacos Luis Cueto, Raúl Mendiolea y A. Frías.
5. Indemnización a los familiares de todos los muertos y heridos desde el inicio del conflicto.
6. Deslindamiento de responsabilidades de los funcionarios culpables de los hechos sangrientos.
No obstante, el Ejército continuó con sus ocupaciones en las escuelas, plazas públicas del centro de la capital del país y las calles. Lo que deviene en un entorno de detenciones arbitrarias, asesinatos y lesiones para estudiantes y la sociedad civil.
Barros Sierra mantuvo sus reclamos y acusó que no recibió notificación de la ocupación militar de las ocupaciones militares, además denunció que fue víctima de injurias y difamación. Hasta que anunció su renuncia el 23 de septiembre de 1968.
“Al decidirse a defender la autonomía, Barros Sierra legitimó al movimiento estudiantil y lo lanzó por una dirección desconocida: lo sacó del ‘ghetto’ de los radicales y lo incorporó al terreno de los principios de la defensa de la autonomía y la Constitución… Ya no era un grupito de estudiantes radicales, sino la masa plural de ciudadanos que defendía principios frente a la brutalidad policíaca”, dice el analista Sergio Aguayo en el libro 1968. Los Archivos de la violencia.
El 1 de octubre de ese año, el Ejército desocupó todas las instalaciones de la UNAM y el IPN que mantuvo tomadas, como un movimiento estratégico previo a la masacre del día siguiente en la Plaza de las Tres Culturas.
Debido a la acción gubernamental al pretender ocultar información, no se ha logrado esclarecer exactamente la cantidad oficial de asesinados, heridos, desaparecidos y encarcelados. La fuente oficial reportó en su momento 20 muertos, pero las investigaciones actuales deducen que los muertos podrían llegar a varias centenas y responsabilizan directamente al gobierno de México. El corresponsal de la BBC de Londres en México, Julian Petiffer, quien presenció los hechos, mencionó en un despacho noticioso que "en una destacable demostración de estupidez, brutalidad, o ambas juntas, el ejército y la policía pasaron fuego de ametralladores por miles de manifestantes pacíficos y gente que iba de paso por el lugar..." y estimó el número de estudiantes asesinados en (al menos) 200.
Politólogos e historiadores coinciden en señalar que este movimiento y su terrible desenlace incitaron a una permanente y más activa actitud crítica y opositora de la sociedad civil, principalmente en las universidades públicas, así como a alimentar el desarrollo de guerrillas urbanas y rurales y dio cabida al periodo conocido como la Guerra Sucia. La Fiscalía Especial para los Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (FEMOSPP), incluye el movimiento del 68 en su informe de febrero 2006 con respecto a dicho periodo.
Autores como Fernand Braudel, Immanuel Wallerstein y Carlos Antonio Aguirre Rojas coinciden en señalar al movimiento de México inserto en un contexto planetario de luchas sociales surgidas y recreadas de las universidades luego de vivirse un periodo de bonanza económica por la Posguerra, siendo Braudel el primero en denominar al movimiento Revolución cultural de 1968, caracterizado por revolucionar para siempre los tres principales espacios de recreación de la cultura: la familia, los medios de comunicación
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