Trabajo 3. Las Cruzadas

Este movimiento bélico fue iniciado por el Papa Urbano II, que hizo un llamamiento para que la Cristiandad occidental se movilizara para recuperar las tierras de oriente.

Cortázar nos propone dos puntos de vista, el histórico y el historiográfico. El primero esta constituido por la vida y testamento de Alfonso I el Batallador, rey de Aragón. Éste tuvo gran éxito contra los musulmanes (concretamente los almorávides que entraron en la península), quiso estabilizar el reino frente a los islamitas mediante la creación de compañías militares; quiso acudir como cruzado a Palestina y cedió su reino a las ordenes militares. Lo último refleja el gran prestigio que habían alcanzado los órdenes militares creados en Jerusalén y subraya su espíritu cruzado.

Por otra parte, la visión historiográfica. Autores como Jonathan Riley-Smith definen la cruzada como un “monasterio militar en movimiento”. Los temas militares tomaran un gran protagonismo en los escritos monásticos.

En estos momentos la vida eclesiástica estaba fuertemente ligada a la militar. El fin fue la defensa del espacio cristiano, en principio en el reino de Jerusalén y luego en la península Ibérica.

Queda claro que en esta época hay una fuerte intolerancia religiosa sobre todo por parte del cristianismo hacia el judaísmo y el islam. El cristianismo rechaza el judaísmo, al que acusa de asesino de Dios; también rechaza al islamismo, al que tacha de religión lujuriosa y, por último, considera a ambas religiones aliadas, aunque bien es cierto que ambas se respetan e incluso el judaísmo ve al islam como la liberación al mundo cristiano.

Pero estos no eran los únicos conflictos, ya que incluso dentro de las mismas religiones existían problemas internos, al menos entre los cristianos y musulmanes. Los primeros tenían una división entre la rama cristiana latina y la rama griega. Los segundos tenían división entre chiitas y sunitas, donde cada rama da una interpretación diferente acerca del papel del Islam.

Hay que decir que la hostilidad vino dada sobre todo por los cristianos latinos y musulmanes en dos escenarios: en la Península Ibérica y en la zona de Siria y Palestina.

En este escenario hubo dos procesos destacables. En primer lugar, la cristalización de la mentalidad cristiana latina: la Iglesia fue cambiando del pacifismo inicial hasta llegar a esa cristianización de la guerra, que incluyó la demonización del adversario para facilitar la predicación de la cruzada. Dentro del cristianismo había diferentes fuerzas, como la de los emperadores de la casa Franconia, los papas, los reyes hispanocristianos, etc.

Por otro lado, tenemos la cristalización de la mentalidad islámica de renovación doctrinal y guerrera, que en el ámbito occidental fue protagonizada por el movimiento almorávide, que llevaron a cabo una guerra santa, lo que hizo que pusieran camino

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