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Trabajo De Sociologia


Enviado por   •  22 de Febrero de 2013  •  5.379 Palabras (22 Páginas)  •  399 Visitas

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Edad Media: Visión histórica desde el siglo V al XIV d.c

La Edad Media es el periodo de diez siglos que se ubica entre la Antigüedad y la Edad Moderna se desarrolla entre los siglos V y XV después de Cristo, iniciándose con las invasiones bárbaras y la conformación del Imperio Bizantino o Imperio Romano de Oriente y se considera que el fin de esta etapa es precisamente la caída de este imperio a manos de los turcos; es un periodo que está considerado como de gran oscurantismo ,de total atraso, de verdadero abismo entre la grandeza de la Edad Antigua y el mayor auge cultural de la Historia lograda en el siglo XVIII, la misma se divide en dos grandes periodos: la Temprana, o Alta Edad Media (siglo V a X, fin del mundo romano, migraciones bárbaras, Imperio Carolingio) y la Baja Edad Media (siglo XI a XV, Plena Edad Media o etapa feudal y crisis de la Edad Media).

El inicio está ubicado supuestamente en el año 476, y como hechos relevantes se destacan: Problemas con el modelo de producción esclavista. Fijación del limes romano, que evitaba la expansión. Sucesión de malas cosechas y epidemias. Invasión de los bárbaros y sublevaciones campesinas. Breves y trágicos mandatos de sucesivos Emperadores. La ciudadanía estaba extendida a todos los hombres del imperio, por lo que ya no era una cualidad atractiva. Para ese momento gobernaba Diocleciano, quien impuso reformas durante el Bajo Imperio, tales como: Difuminación de las diferencias entre esclavos y colonos, pero sujetos a servidumbre, teniendo que trabajar siempre la misma tierra. Herencia obligatoria de cargos públicos y oficios artesanales, para evitar la evasión fiscal e implantación del cristianismo como religión oficial por el Edicto de Tesalónica precedido por el Edicto de Milán, a todo esto se le une algunos hechos catastróficos como la invasión de los godos, vándalos, ostrogodos y los Hunos de Atila; derrocamiento de Rómulo Augústulo por los hérulos Reubicación de los pueblos germanos a lo largo y ancho de Europa. A pesar de todo esto, la cultura latina romana no se perdió totalmente, sino que se adaptó y sobrevivió a los cambios, así como el cristianismo y las diversas instituciones romanas.

Entre 379 y 468 los bárbaros habían cruzado el limes romano del Rin, inhabitualmente helado. Los bárbaros experimentaban una situación de atraso respecto a los romanos, a los que percibían admirativamente, mientras que eran percibidos con una mezcla de desprecio, temor y esperanza. El nombre “bárbaros” viene de la onomatopeya griega “bar-bar”, la cual usaban para designar a los extranjeros no helenos, e implicaba un grado de desarrollo inferior a la civilización y superior al salvajismo. Los germanos, que contaban con varias instituciones peculiares como la Asamblea de guerreros libres o la figura del rey, comenzaron a adaptarse a las instituciones romanas. Los nuevos reinos germánicos evolucionaron posteriormente a monarquías feudales y monarquías autoritarias,

hasta convertirse en estados nación (como Francia, con antepasados francos y España, con antepasados godos).

A finales del siglo IV la situación del pueblo romano era estable, tras guerras civiles, el imperio estaba nuevamente unido y contaba con una nueva religión: el cristianismo.

Se habían encauzado los afanes de protagonismo político de los más ricos senadores y de las provincias occidentales y se habían formado acuerdos con la aristocracia militar germana, para ponerse al servicio del imperio. En el 475 fue asesinado Valentiniano III, los nobles que tanto habían confiado en los destinos del imperio, parecieron dudar. El gobierno imperial recluido en Rabean fue víctima de intrigas, que seguían los intereses de un grupo de altos oficiales del ejército itálico, muchos de ellos germanos.

El poder pasó a depender de lo militar, y esto derivó en el desarrollo de una política autónoma.

Recluidos, los honestiores, acabaron por aceptar las ventajas de la legitimidad del gobierno de los reyes germanos, que les garantizaban más seguridad que las dispersas fuerzas imperiales recluidas en Rávena. Los grupos de humuiliores, los campesinos, hicieron lo mismo, y se agruparon jerárquicamente en torno a los aristócratas germanos, ya que habían venido soportando continuamente el abuso fiscal romano y buscaban un cambio.

La metamorfosis de Occidente de romano a romano-germano, fue un cambio gradual y transitó un camino sinuoso antes de cumplirse.

Las invasiones bárbaras del siglo III, demostraron la permeabilidad del limes romano de los ríos Rin y Danubio. Los germanos que los cruzaron se asentaron únicamente en el imperio Occidental, ya que Los visigodos fueron los primeros en institucionalizarse y formar reinos (Tolosa y Toledo). Tras esto, desde el Imperio se les encargó la pacificación de la Galia e Hispania, en manos de suevos, vándalos y alanos. De estos tres, los suevos lograron instalar el reino de Braga, mientras que los vándalos se asentaron en el norte de África, siendo desplazados tiempo después por los Bizantinos (Justiniano I y los generales Belisario y Narsés, entre el 533 a 554). Los ostrogodos desplazaron a los hérulos de la península itálica, quienes habían depuesto al último emperador: Rómulo Augústulo. El reino Ostrogodo sin embargo, cayó también bajo la presión bizantina. El segundo grupo de invasores (siglo IV), encabezado por los francos, irrumpió en las Galias, desplazando a los visigodos, de su capital Tolosa (Tolouse) a Toledo. También absorbieron a burgundios y alamanes tras derrotarlos. En el siglo VIII los mismos francos derrotan a los lombardos del norte de Italia, y prepararán el camino para la llegada del imperio de Carlomagno.

En Gran Bretaña, los anglos, los sajones y los jutos lucharán entre sí formando reinos rivales hasta ser unificados por los daneses, en lo que formaría más adelante el reino de Inglaterra.

La monarquía germánica era una institución temporal, estrechamente vinculada al prestigio personal del rey, quien no dejaba de ser, el primero entre pares, elegido para una misión o expedición militar completa. El contacto con las instituciones romanas, fomentó que esta figura comenzara a ocupar un lugar más centralizado y permanente. Los linajes nobiliarios germanos, enriquecidos por la posesión de tierras, comenzaron a relacionarse con la antigua nobleza romana, en un proceso que puede llamarse feudalización.

La figura del rey fue fortalecida por la Iglesia, que sacralizó la coronación, entregó al rey funciones religiosas y taumatúrgicas. Un caso interesante es el de Carlos Martel, un mayordomo que obtuvo el poder suficiente tras la batalla de Poitiers para formar su propia dinastía: la Carolingia. La convivencia entre las mayorías germanas y minorías romanas fue

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