Tres Pilares

Introducción

En el presente ensayo se tiene como propósito desarrollar los objetivos y disciplinas de los tres pilares de la operación historiográfica. Lo que hoy aceptan la mayoría de los historiadores reposa en la larga experiencia de estas tres fases: 1) La fase documental, que se ve desde la declaración de los testigos culares, a la constitución de los archivos, y cuyo fin es el establecimiento de la prueba documental, la presentación propiamente dicha de los hechos. 2) Seguida de la fase explicativa-comprensiva, donde el historiador recurre no a un modo privilegiado de explicación, sino al “abanico de modo de explicación capaces de hacer intangibles las acciones humanas, Rescatando de lo que dice Ricoeur la mayoría de los trabajos históricos se despliegan en una región media en la que se alternan y se combinan, a veces de manera aleatoria, modos heteróclitos de explicación. 3) Por último se encuentra la fase que Ricoeur llama representación historiadora “ósea la configuración literaria o escrituraria del discurso ofrecido al conocimiento de los lectores de la historia.

Tres pilares de la operación historiográfica

La historia ha sido considerada el saber más relevante, verídico y controlable en relación con el pasado humano, con ella se explican todos los sucesos intrascendentes, o los acontecimientos importantes para la vida de una comunidad, quedando registrados para que con el paso del tiempo pueda contarse la historia de aquellos sucesos que han marcado al país, y así pueda transmitirse a las nuevas generaciones para que puedan comprender de dónde venimos; la identidad que nos conduce a la pregunta sobre qué es lo que somos, mientras que la historia nos hace reflexionar sobre hacia a donde queremos llevar nuestro futuro.

Pero para poder plasmar los pasos de la historia se necesita de una minuciosa investigación en la cual se deben de analizar todos los elementos posibles, considerando si los hechos que se investigan tienen los fundamentos necesarios para comprobar su veracidad y formar parte de la historia de un país.

El investigador entonces debe de pasar por tres fases para llegar a un resultado concreto así empezando con la documentación, rescatando las declaraciones de los testigos con base a la experiencia que han pasado de forma oral y personal encontrándose en un lugar y tiempo preciso, después que el testigo ha compartido su información se hacen pruebas de veracidad, hasta llegar a ser considerada un testimonio fiable y garantizado.

Una vez comprobada la veracidad de la información, el testimonio pasa a ser parte del texto que el historiador intenta plasmar, después debe investigar archivos, monumentos, pinturas, cualquier resto que la historia deje, en base a esas piezas que se puedan encontrar el historiador debe de crear la historia, no puede hacer uso de la imaginación, esta tiene que estar limitada a lo que las fuentes digan, ya que de no hacerlo la historia seria solo un invento que no se podría comprobar.

Ricoeur nos señala que la fuente principal del historiador termina con “el rumor del testimonio oral” y se da inicio a la etapa moderna crítica de la historia, estas son las huellas de lo que existe en el pasado.

Para un historiador es un trabajo difícil por que tiene que examinar una gran variedad de documentos que tienen que llevar una secuencia tanto como en lo acontecido como en las fechas, ya que si no cumple con esto se presenta lo que es el anacronismo la cual es la peor ofensa que el historiador le puede hacer al pasado.

“Todos los otros pecados pueden ser perdonados, pero no éste. Anacronismo es el signo que contradice el espíritu sagrado de la historia. Muestra que el historiador inconscientemente ha infectado la interpretación del pasado con una particular del presente, es decir, que no sólo ha fracasado en su tarea, sino que ha fracasado vergonzosamente.”

El segundo paso es la explicación-comprensión, la cual se va precedida por el reconocimiento de que en el análisis histórico “no hay un modo privilegiado de explicación”, la interpretación está presente “en los tres niveles del discurso histórico, y en el de la interpretación literaria del

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