Una institución llamada escuela

UNA INSTITUCIÓN LLAMADA ESCUELA.

INTRODUCCION

Es tan común hablar de la escuela, que muchas veces se nos ha olvidado el sentido real de su origen y continuidad como institución encargada de preparar a los nuevos individuos de una sociedad determinada. La escuela forma parte de la estructura administrativa de un país, como una de las instituciones de mayor jerarquía y peso dentro de la escala de valores de la sociedad.

Como maestros nos desarrollamos dentro de ella, somos una de las partes vivas de su funcionamiento, interactuando con los alumnos y los administrativos quienes constituyen los otros “seres vivos” de la institución.

¿Qué hace a la escuela una institución objeto de estudio?

Mientras que la reproducción de la fuerza de trabajo gastada se da en la casa donde vive el obrero, mientras que la reproducción de nueva fuerza ocurre también en la casa, la calificación o capacitación para el trabajo ocurre, generalmente en algún lugar exterior a la casa y la fábrica que, por lo común se llama escuela.

¿Qué se aprende en la escuela?

Podemos afirmar que en la escuela se aprende a leer y escribir, a contar y elaborar operaciones aritméticas más complejas, se aprenden algunas técnicas de acercamiento a la cultura científica y literaria.        Pero al mismo tiempo, se aprende y se ejercitan las reglas, los usos habituales y correctos -convenientes- según el cargo que se ocupará al egresar de la misma.

Estas son normas morales, normas de convivencia cívica y profesional, que podemos resumir en las reglas a observar para el respeto a la situación social dada que se enfrenta.

En otras palabras, en la escuela se aprenden aptitudes, actitudes, habilidades y destrezas. Las primeras tienen el encargo de reproducir la calificación de la fuerza de trabajo; las segundas, se encargan de reproducir las posiciones que han de respetarse y conservarse con el fin de que la sociedad en que se vive sobreviva tal y como es -y de ser posible- ampliando su intencionalidad profunda: las terceras se encargan de desarrollar las potencialidades individuales y capacitar al hombre de acuerdo a ellas, e insertarlo en el mercado de trabajo.

La obediencia tradicionalmente ejercida ante el padre de familia, ante el ministro del culto que se profesa, es desarrollada durante los años de escuela ante el profesor, puesto que luego ocupará el patrón o sus agentes indirectos en la fábrica, taller, oficina o parcela.

Al mismo tiempo, los que habrán de ocuparse de regir los destinos del país, aprenden las aptitudes, actitudes y habilidades y destrezas, que les competen:- Administración, planeación, control, don de mando, capacidad de manipulación; es decir, ejercicio del poder.

Para entender tan complejo cometido, se realizará un análisis de la institución llamada escuela, como centro de la educación formal, a partir de la cual se logran producir y reproducir los anteriormente mencionados.

ESTRUCTURA Y FUNCIONES GENERALES OTORGADAS A LA ESCUELA

1.1 LA ESCUELA COMO CENTRO DE LA EDUCACIÓN FORMAL.

La acción educativa ha estado presente desde que el hombre se constituye como tal, ya sea de una manera consciente o inconsciente.  Quizá en un principio la escuela se compara a una formación o entrenamiento social-cultural orientada a la asimilación de hábitos y costumbres con miras a la supervivencia y protección, pero siempre con ese tono formador dentro de la sociedad específica donde el individuo se desarrolla.  De esta manera observamos que no siempre ha existido la educación organizada sistemáticamente de acuerdo a un plan establecido y dentro de un espacio específico comúnmente conocido como escuela.

La educación del hombre primitivo se conoce como espontánea, pues implica la adaptación natural del individuo al medio sin necesidad de una acción ejercida de manera directa y sistemática; era difusa en cuanto que no existía un lugar ni un miembro determinado de la comunidad que se dedicara especialmente a la formación de los individuos.        Este tipo de educación se fundamentaba principalmente en la acción mimética, en la actividad concreta dentro del medio.        En este caso el hombre seguía líneas de conducta generales impuestas inconscientemente; llevado por la fuerza de la naturaleza.        De esta forma se aprecia que cuando la cultura es simple, ésta puede abarcarse totalmente y confirmarse en acciones de la vida diaria (como es el caso del hombre primitivo cuyo acervo cultural y científico estaba solo en sus inicios), basta con una participación tendiente a la participación directa, de esta forma el individuo asimila la totalidad de la cultura del momento.

Sin embargo, poco a poco los hallazgos, descubrimientos y avances del hombre en el campo del saber y de la cultura, ocasionaron que muchos de los bienes culturales no pudieran ser representados en la actividad de la vida diaria, apareciendo consecuentemente un tipo de educación sistematizada y formalizada dentro de un espacio definido.  Es así como se institucionaliza la educación apareciendo la escuela como el órgano de la educación sistemática, “... sólo mediante un trabajo escolar especialmente organizado, largo y sostenido, era posible impartir a los jóvenes los bienes de la cultura, sólo en la escuela podían prepararse, para asumir más tarde sus funciones sociales y profesionales...”(1)

Así aparece lo que Víctor García Hoz reconoce como educación institucional, la cuál se realiza mediante la relación personal técnicamente regulada del educador y el educando.  Aquí es donde se inicia el papel de la escuela como la institución de la educación formal y sistemática.  Pero, ¿qué se entiende por educación formal y sistemática?.

La primera característica de este tipo de educación es que sigue técnicas y métodos específicos para llevarse a cabo, siempre conforme a un plan determinado de antemano.

Como segunda característica, es que se desarrolla en una escuela que es considerada como la institución educativa por excelencia, creada con el único propósito de educar.  Como se vió anteriormente, la escuela surge como respuesta a una necesidad social; encargada de informar de la cultura a las generaciones jóvenes.

La tercera, es que el sujeto del proceso educativo, en este caso el maestro, sigue un proceso para el cual se ha preparado.

La cuarta, es que se estructura de conformidad con normas previstas de carácter social y cultural.

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