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Yemayá Nuestra Señora de Regla


Enviado por   •  9 de Septiembre de 2013  •  Informe  •  4.949 Palabras (20 Páginas)  •  319 Visitas

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Orisha (dioses) Santo Principio que se le atribuye

Agayu San Cristóbal

Paternidad

Babaluaye San Lázaro

Enfermedad

Eleggua San Antonio de Padua

Abridor de caminos

Ibeji San Cosme y San Damián

Niños

Inle San Rafael

Medicina

Obatalá Nuestra Señora de las Mercedes

Claridad

Ogún San Pedro

Hierro

Olokún Nuestra Señora de la Regla

Profundidad

Orula San Francisco

Sabiduría, destino

Osanyín San José

Hierbas

Oshosi San Norberto

Caza y protección

Oshún Nuestra Señora de la Caridad

Eros

Oya Nuestra Señora de la Candelaria

Muerte

Shangó Santa Bárbara

Fuerza

Yemayá Nuestra Señora de Regla

MaternidadEl arte egipcio estará definido por los deseos de los faraones de construir obras eternas y pasar a la posteridad como sus inspiradores. Esta es la razón por la que utilizarán piedra para levantar los edificios más significativos: los templos, donde se honra a los dioses, y las tumbas, donde se perpetúa la memoria de los difuntos.

Estos edificios están profusamente decorados bien con elementos vegetales, animales, jeroglíficos, escenas históricas, etc. La mayoría de estas decoraciones se realizan en relieve, siendo una de las principales fuentes para el conocimiento de la historia de Egipto. Los templos son construidos por los faraones para sus eternos padres.

Para comprender el arte en el antiguo Egipto es necesario despojarse de cualquier tipo de intencionalidad estética, ya que se trata de un arte predominantemente utilitario. A lo largo de toda su evolución histórica, se fue configurando un estilo inconfundible, que permaneció tal a pesar de la evolución que, sin duda, hubo de producirse en el transcurso de treinta siglos. Pinturas, esculturas y monumentos fueron considerados desde el perfil de la eficiencia, ya que tenían un fin evocativo. La vida se traducía en la obra, realizada en el espíritu de cánones y módulos precisos, que el artista debía aplicar y seguir diligentemente, en tanto se trataba de un funcionario que seguía determinadas reglas prefijadas.

Las pinturas y relieves, así como las esculturas, se encontraban en contextos muy específicos -generalmente templos o sepulturas. En estos contextos las representaciones no servían sólo como medio de decoración, sino que además contribuían a un fin religioso y/o político.

No se puede negar que las representaciones transmiten un mensaje claramente político-religioso o mágico. El arte estaba impregnado de una magia, característica que se mantuvo durante todo el período faraónico, y esta jugaba un papel muy importante en la vida de los antiguos egipcios.

Por esto el arte egipcio está regido por convenciones y cargado de simbolismo. Las imágenes y esculturas tenían todo un idioma propio, con estrictas peculiaridades a las que el artista debía sujetarse para que su trabajo sea valedero. Estas convenciones o cánones, así como todo un sistema de símbolos ya estaban incluidos en la codificación del lenguaje artístico.

Si estas convenciones y simbolismos obligatorios eran limitadores del arte y artista egipcios o, por el contrario, propulsores del desarrollo cultural es lo que se pretende dilucidar. Esto se hace analizando el legado artístico egipcio.

acia el 3.200 a.C. se produjo un avance que estableció las características que han de mantenerse invariables hasta el fin del imperio: aparece al fin la línea de suelo, sólidamente trazada, sobre la cual se alinean las figuras. Éstas se someten a una rígida jerarquización de tamaños y se acompañan de símbolos de status o divinidad, es decir, se conjuga -poco hábilmente en estos momentos- realismo más pictografía. La representación de la figura humana se realizaba según la llamada "regla de proporción", un estricto sistema geométrico de cuadrículas que aseguraba la repetición exacta de la forma ideal egipcia a cualquier escala y en cualquier posición. Era un sistema infalible que regulaba las distancias exactas entre las partes del cuerpo, que se dividía en 18 unidades de igual tamaño situadas en relación a unos puntos fijos de la cuadrícula; incluso especificaba la anchura exacta de la zancada de las figuras que aparecían andando y la distancia entre los pies (ambos pies se reproducían por la cara interna) en las figuras que estaban de pie.

Por lo demás, las figuras humanas aparecen en una edad determinada: en los hombres la de mayor vigor y en la mujer la de más belleza. La piel de los primeros está pintada de rojo ocre y la de las segundas de color amarillo claro.

ORIGENES DEL ARTE CHINO

Desde los orígenes de la historia china se crearon objetos en bronce, jade y hueso, que recogieron el espíritu y efecto buscado en los rituales chamanistas.

Estas formas en bronce y jade muestran por primera vez uno de los principios esenciales del arte chino: la síntesis entre el espíritu creador artístico y la función social y jerárquica a la que estaban destinados desde su concepción. El primero de ellos se mostraba en la exquisitez de las formas, en el origen de los temas decorativos tomando como paradigma las fuerzas de la naturaleza y su acción sobre el espíritu humano, y en el gran conocimiento técnico de los materiales que ha caracterizado todas las formas artísticas.

Como complemento tanto la diversificación de las formas como la iconografía con la que se adornaban correspondían a los principios de jerarquización social y uso ritual que caracterizó los inicios de la civilización china con la Dinastía Shang y la Dinastía Zhou. En esta última dinastía surgen las escuelas de filosofía que profundizando sobre la relación del individuo con su entorno y la consideración social del mismo, establecerán los fundamentos teóricos sobre los que siglos más tarde se desarrollaría la teoría china del arte.

Nos referimos fundamentalmente al taoísmo y al confucianismo, sin por ello afirmar que existe una clara división entre lo que algunos consideran arte taoísta como manifestación disgregada de un supuesto arte confuciano.

Es cierto que la poesía, pintura y caligrafía representan todas ellas a través del pincel, la esencia misma del pensamiento artístico taoísta, pero no hay que olvidar que incluso estas artes sublimes tuvieron su función social, su jerarquización y en consecuencia participaron del pensamiento confuciano.

Estas eran el arte con mayúsculas, reservado a una clase intelectual formada en los clásicos, y la tradición, donde se reconocía y valoraba al artista y la obra de arte en su unidad

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