Cuento De Literatura

“Favor con, favor se paga”

Alfredo después de 2 años de tratamientos, para combatir el cáncer de próstata y tras sufrir el abandono de su esposa, su amante, sus hijos y su empleo no tenía a nadie más, pero recordó un viejo amigo de la infancia, que el sabia que en esos momentos estaba muy bien económicamente y también sabía que estaba involucrado en la mafia pero al no le importo el lo que necesitaba era ayuda.

Sin importarle nada llamo a su amigo llamado Nazario originario de Culiacán Sinaloa, Nazario después de recibir la llamada de su amigo Alfredo al día siguiente llego a Monterrey en auxilio de su amigo. Nazario al llegar al hospital

pago sin ningún problema todos los adeudos de Alfredo en el hospital.

Nazario al saber que su amigo Alfredo no tenía ni donde vivir, le ofreció que se fuera a vivir a su natal Culiacán Sinaloa, y Alfredo como no tenía nada sin pensar lo acepto. Paso un año más para que Alfredo se recuperara completamente de su enfermedad y de las terapias que había recibido pero era mantenido por su gran amigo Nazario. Alfredo al estar conviviendo diariamente con personas que se dedicaban a la extorción y al tráfico de drogas se fue envolviendo en el ambiente de la mafia y cada vez aprendía más cosas.

Un día Alfredo decidió que había llegado la hora de volver a su vida normal, de volver a trabajar, y decidió pedirle trabajo a Nazario. Nazario decidió darle un puesto como escolta personal, pero para esto Nazario le tuvo que enseñar a cómo manejar las armas. Para Alfredo no se le dificultaba usar las armas era un don que tenia escondido y que al fin había descubierto y en seis meses ya se había convertido en el escolta personal de Nazario Pérez uno de los capos más peligrosos de México.

Como escolta el deber de Alfredo era defender al patrón y hasta tal vez dar la vida por él, así que lo acompañaba a todos lados. Una noche Nazario decidió salir a divertirse a un antro, tomo y tomo whisky hasta más no poder bailaba con mujeres hermosas, aventaba billetes Asia arriba mientras se embriagaba cada vez más, tomo en el antro hasta que se canso y la hora de irse ya los estaba esperando un grupo de sicarios fuertemente armados afuera del antro arriba de unas camionetas.

Alfredo subió del lado del volante ya que él era el que manejaba y al avanzar menos de un kilometro se dio cuenta que los venían siguiendo.

“¡Jefe, jefe! , nos vienen siguiendo,¿ les atoramos o le corremos?” dijo Alfredo, y Nazario le respondió: “compa sí creo que efectivamente nos vienen siguiendo tu písale hasta al fondo y no mires pa' atrás que aquí mismo me los voy a arremangar” Nazario asomaba la cabeza por la ventana de la camioneta y mientras se intercambiaba balazos con el grupo criminal contrario, en una curva Alfredo no se fijo y Nazario salió volando pues ya estaba muy ebrio y Sabia Alfredo que si regresaba iba a encontrar

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