DE DONDE SALIERON LAS ESCUELAS

De donde salieron las escuelas

La escuela es una etapa dentro de una sucesión de instituciones especializadas.; la especialización progresiva del contenido, el método, el personal, y la ubicación del aprendizaje humano socialmente organizado, constituye una de las tendencias históricas más instructivas. Dicho aprendizaje incluía originalmente mucho más de lo que hoy llamamos educación. Las únicas figuras humanas incluidas en las pinturas son chamanes, los cuales combinaban el papel del maestro con el del sacerdote, el mago, el actor, el artista, el poeta y el ideólogo. Explicaban y celebraban tanto los aspectos cotidianos como los aspectos insólitos del mundo. Ofrecían actividades para los periodos ociosos que seguían a la casa o la cosecha. Permitían a los jóvenes probarse en los papeles de adultos.

La invención de la escritura, que más o menos que tuvo lugar al mismo tiempo que el establecimiento de las ciudades y las grandes religiones, marca la línea divisoria entre el tiempo prehistórico e histórico. La educación surgió de la práctica del culto y del gobierno. Los chamanes y los sacerdotes constituyen por tanto el eje no solo del desarrollo de los maestros y las escuelas sino también de la evolución del hombre mismo. Platón y Aristóteles fueron los primeros que dejaron perdurables registros escritos del aula y la escuela. Las primeras escuelas de la Atenas clásica eran muy modestas- meros aprendices de un programa educativo que ponía énfasis en el entrenamiento militar, la gimnasia, la música y la poesía, y que enseñaba lectura, escritura y aritmética, en segundo orden de importancia.

Primera referencia griega escrita a la instrucción de las artes literarias y las habilidades técnicas entre grupos de personas, aparecieron mencionadas las escuelas de medicina y filosofía y poco después un tipo de escuela dirigido por filósofos sofistas. Estos modelos de escuelas intermedias se basan en contratos entre el maestro y un grupo de padres, con el fin de instruir a los hijos durante un periodo de la adolescencia de tres a cuatro años.

Los jesuitas revivieron el principio de la educación entendida como preparación.

Elaboraron un currículo y un método educativo diseñado deliberadamente para preparar a los hombres no solo con vistas a una vida común y corriente sino para una vida de perspectivas y riesgos sin precedentes.

La escolarización jesuita, que en sus orígenes iba dirigida a miembros de una orden religiosa y elitista, se extendió muy pronto a la elites laicas del mundo medieval europeo.

En Francia la ley de reforma de 1834 exhortaba a unas relaciones amistosas entre la iglesia y el estado, pero la colaboración resultante no sobrevivió a la crisis creada por la derrota francesa de 1870.

Las escuelas son, desde luego, solo una de las instituciones tecnológicas que se han extendido desde Europa y Norteamérica hacia el resto del mundo. La escolarización universal se ha convertido en parte integrante del programa oficial del prácticamente todas las naciones.

Las instituciones modernas han asumido la carga de mantener y justificar una continua jerarquía del privilegio. Entre esas instituciones, la escuela juega un papel neurálgico.

La escuela habilita a los hombres para la participación en otras instituciones, condenando a quienes no satisfacen a los requerimientos escolares a no merecer papeles deseables en otras instituciones.

El proceso del Neohumanismo

Gesner. Puso de relieve la importancia de las relaciones espirituales de la grandeza del alma de la antigüedad para el desarrollo del pensar y juzgar rectamente, y por lo tanto, para la educación formal (llamada así por primera vez por el pedagogo Augusto Herm); Niemeyer para el cultivo de la memoria, de la inteligencia, de la voluntad, del sentido de la belleza y, al mismo tiempo, para disciplinar la expresión lingüística.

Kant. Crea el sistema de la filosofía de la cultura, cuyo método critico o trascendental tiene por tarea encontrar las leyes objetivas y creadoras de la cultura humana, esto es, las funciones a prioridad, conforme a las cuales se producen ciencia y arte, moral y religión, economía y derecho, etc.

En la crítica de la razón pura presenta Kant la fundamentación lógica del conocimiento científico, al propio tiempo que exhibe los limites de este y las falacias en que había venido incurriendo la metafísica tradicional en su intento fallido de probar y demostrar la existencia de dios, la finalidad del mundo y la inmortalidad del alma, problemas que, en rigor, son meros ideales (ideas, en Kant), inherentes a la naturaleza humana y que solo tienen la función orientadora de la conducta.

La segunda obra capital de Kant,

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