EL ORDEN DEL DISCURSO

Al comenzar a leer el libro de Michel Foucault me encontré con dificultad para comprenderlo, pero después de revisar el material con más detenimiento me di cuenta del gran valor que se encuentra en esta obra y comparto muchos de los planteamientos que realiza el autor.

Por ejemplo donde menciona que “El discurso está en el orden de las leyes, que desde hace mucho tiempo se vela por su aparición; que se le ha preparado un lugar que le honra pero que le desarma, y que, si consigue algún poder, es de nosotros y únicamente de nosotros de quien lo obtienen” y claro que el poder que ejerce el discurso puede ser de manera positiva si es claro y expresa con claridad o de manera negativa cuando se manipula con fines particulares.

En toda sociedad, la producción de discursos está controlada, seleccionada y redistribuida. Se distribuyen en espacios cerrados y por medio de reglas estrictas. El problema no son los enunciados sino del orden de los enunciados, del discurso, cómo se relación entre sí. Entre los procedimientos de exclusión. El más evidente, y el más familiar también, es lo prohibido. Se sabe que no se tiene derecho a decirlo todo, que no se puede hablar de todo en cualquier circunstancia, que cualquiera, en fin no puede hablar de cualquier cosa. Tabú del objeto, ritual de la circunstancia, derecho exclusivo o privilegiado del sujeto que habla: he ahí el juego de tres tipos de prohibiciones que se cruzan, se refuerzan o se compensan, formando una compleja malla que no cesa de modificarse.

Existe en nuestra sociedad otro principio de exclusión: no se trata ya de una prohibición sino de una separación y un rechazo. Pienso en la oposición razón y locura Desde la más alejada Edad Media, el loco es aquél cuyo discurso no puede circular como el de los otros: llega a suceder que su palabra es considerada como nula y sin valor, recordemos como consideraban locos a los científicos que hacían descubrimientos difíciles de comprender para su época nadie creía en sus afirmaciones aunque demostraran que estaban hablando con argumentos, no analizaban y criticaban lo que ellos decían únicamente lo rechazaban.

Así en nuestros días, las regiones en las que la malla está más apretada, en la que se multiplican los Compartimentos negros, son las regiones de la sexualidad y las de la política: como si el discurso, lejos de ser ese elemento transparente o neutro en el que la sexualidad se desarma y la política se pacifica fuese más bien uno de esos lugares en que se ejercen, de manera privilegiada, algunos de sus más temibles poderes.

El discurso se convierte en la política en un arma de acción político – social con la que el grupo en el poder ejerce un control sobre el pueblo, un caso muy evidente lo encontramos en la política de nuestro país para ser más claros en el discurso que el presidente de la republica realiza en cuanto a la reforma educativa donde se manifiesta el deseo de tener una mejor educación y maestros más preparados, pero se dejan de mencionar todo los cambios que genera dicha reforma y con esto no estoy diciendo que la reforma no tenga puntos positivos pero al controlar la información en un discurso con fines particulares es difícil conocer a fondo los beneficios o perjuicios que la reforma pueda traer no solo al magisterio sino a la sociedad en su totalidad.

Dejando

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