EL PUNTO Y LA LÍNEA SOBRE EL PLANO

EL PUNTO

El punto geométrico es invisible y materialmente se asemeja al cero. En la escritura el punto es el puente esencial entre palabra y silencio. En una conversación es símbolo de interrupción, de silencio (componente negativo) y al mismo tiempo es un puente a otra (componente positivo). Su propiedad de marcar silencio es la más conocida, pues opaca sus demás propiedades.

En la pintura, el punto se desprende de su estado habitual, y se vuelve independiente. El punto proviene del choque del instrumento con el material, la base. El instrumento puede ser un lápiz, un bolígrafo, un pincel, un cincel, etc. La base puede ser papel, madera, metal, tela, etc. El punto ya no es invisible, aquí se vuelve material. El tamaño y la forma del punto varían, incluso, el punto podría tener la misma extensión que el plano. Para definir el límite del punto, se debe tomar en cuenta la relación de tamaño entre el punto y el plano, y también la relación de tamaño del punto y los demás elementos sobre le plano. El punto posee un borde exterior que determina su aspecto externo. En geometría es considerado idealmente pequeño y redondo. El punto real puede tomar formas infinitas. El círculo puede tener cuernos, o extender otras formas en su borde, puede tornarse puntiagudo y dar lugar a una forma triangular. Así, el borde es fluctuante y las posibilidades formales del punto son ilimitadas. El tamaño y forma del borde del punto son variables. Esta capacidad debe ser interpretada como una coloración interna de su naturaleza básica y no como una traición a ella. [pic 1]

El punto es un pequeño mundo, más o menos desprendido de todos lados. Su fusión con lo que lo rodea es mínima, y en los casos de completa redondez parece no existir. El punto se afirma en su sitio y no demuestra la menor tendencia a desplazarse en ninguna dirección, ni horizontal ni vertical. Tampoco avanza ni retrocede. El punto es el elemento básico de la pintura de toda actividad gráfica. De manera exterior, cada forma en el plano se considera elemento. Pero internamente, la tensión, que hay entre cada una de estas formas en el plano, es lo que se considera elemento. Las tensiones materializan el contenido de una obra artística. Sin estas tensiones la obra moriría y cualquier conjunción de formas podría ser considerado como obra de arte. El contenido de una obra encuentra su expresión en la suma interior organizada de las tensiones necesarias en cada caso. El reconocimiento o negación de esta idea divide al hombre en 2, los que aprecian lo espiritual e inmaterial aparte de lo material y los que no reconocen nada más allá de lo material. Para los segundos, no existe el arte. En sí, nada es abstracto del todo, ya que existe tensión entre las formas interiores para formar un todo. En la pintura el punto es la mínima forma temporal.

Hay discusión en cuanto a si debe considerarse como una obra un punto en un plano. Se considera que depende del tamaño y la tensión del punto con el plano. El más simple y concreto es el caso de un punto central: el punto en el centro de un plano básico cuadrilátero. El retroceso de los efectos producidos por el plano básico alcanza aquí su grado máximo y queda como un caso aislado, único. La bisonancia (punto, plano) se vuelve unisonancia: el sonido del plano no se puede tomar en cuenta. En el camino de la simplificación, éste es el último paso de una serie progresiva de disoluciones tonales (de sonidos múltiples o dobles), excluyendo todos los elementos complejos y reduciendo la composición a un elemento primario único. Así determinamos que un solo punto no crea tanta cohesión ni tensión como lo hacen 2 o más. Ya que los puntos interactúan entre sí y también lo hacen con el plano para conformar un todo. Podríamos concebir todo como una superposición de puntos. Muchas formas de la naturaleza están compuestas de esta manera, y se puede considerar que las partículas son como puntos que componen cada cuerpo que existe en el espacio. Las esporas de un hongo vistas en un microscopio o las constelaciones en el espacio vistas con el telescopio o el desierto conformado por billones de granos de arena son un claro ejemplo de la forma básica, el punto, que conforma un todo. Los puntos se encuentran en todas las artes. Su importancia no se puede pasar por alto. En la escultura y la arquitectura el punto resulta de la intersección de varios planos: es el término de un ángulo espacial y al mismo tiempo el centro originario de esos planos. Los planos se dirigen a él y se desarrollan a partir de él. Ya en las antiguas formas de ballet existían las pointes, término derivado de point = punto. Correr de puntillas equivale a ir regando puntos por el suelo. El salto en la danza determina a veces una superficie puntas forman puntos con la cabeza, las manos, los dedos, los pies, etc. [pic 2][pic 3][pic 4]

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