ESTRATEGIAS DE EVALUCION DE LOS APRENDIZAJES

ESTRATEGIAS DE EVALUACIÓN DE LOS APRENDIZAJES CENTRADOS EN EL PROCESO

M. Inmaculada Bordas Flor a. Cabrera

Departamento de didáctica y organización educativa. Departamento de Métodos de investigación y diagnóstico en educación Universidad de Barcelona

2001, Revista Española de Pedagogía. Año LIX, enero-abril, n.218.pp.25 a 48

En la actualidad el aprendizaje del alumno se valora en el proceso y en el producto. En estas evaluaciones también están presentes entidades externas al centro educativo. En la inspección educativa, se realizan evaluaciones para detectar los niveles de aprendizaje de los alumnos. (Pág. 1).

La IEA realiza estudios internacionales para dar información a los estados, a los responsables de la educación, al profesorado sobre los aprendizajes en diferentes niveles educativos y en diferentes áreas de aprendizaje.

En las ultimas décadas el concepto evaluación ha cambiado, esto significa que se encuentra dentro de un ámbito de enseñanza y aprendizaje. Hay estrategias de aprendizaje. (Pág. 2).

1. Bases para una fundamentación de la concepción actual de la evaluación.

El alumnado, al tiempo que realiza su aprendizaje efectúa varios procesos valorativos de juicio y de crítica, que le sirven de base para tomar las decisiones que le orientan en su desarrollo educativo. La cuestión no es dar respuesta a cómo racionalizar y mejorar las prácticas evaluadoras, sino cómo insertar estas prácticas en un aprendizaje.

Es preciso pensar de otra manera al hablar de evaluación del aprendizaje. No puede entenderse ni utilizarse las nuevas estrategias que se proponen de evaluación sin un cambio de mentalidad y actitud. ¿Cuáles son los aspectos que están presentes en esta nueva perspectiva? ¿Qué factores han de considerarse como básicos?. Hay tres aspectos clave para entender los actuales planteamientos de la evaluación de los aprendizajes. (Pág. 3).

1.2. La evaluación desde las teorías del aprendizaje.

La evaluación es un elemento externo a la actividad de aprender. La evaluación no puede ser un tema periférico como le llama Litwin (1998), sino que ha de ser una parte del contenido curricular de aprendizaje.

Es necesario, que el alumno aprenda a evaluar desde una perspectiva objetiva y válida, es preciso que conozca técnicas que puedan ser transferidas o adaptadas en distintas situación de aprendizaje -directo o indirecto-, es necesario que las aprenda incluso a través de su propia vivencia y a través de ello sea consecuente en su aprendizaje.

Hoy el aprendizaje y la evaluación deben tomar en consideración el desarrollo del propio estudiante, es decir, sus expectativas, su nivel inicial, sus estilos de aprendizaje, sus ritmos e intereses...., sus necesidades y proyección futura.

Desde esta perspectiva, el reto de la evaluación es cómo debe plantearse para ser congruente con las teorías que se propugnan para un aprendizaje significativo y respetuoso con las peculiaridades individuales y culturales del alumnado y sus necesidades. (Pág. 4).

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1.2. La necesidad de evaluaciones meta cognitivas para el desarrollo de la capacidad de “aprender a aprender”.

La meta cognición es aquella habilidad de la persona que le permite tomar conciencia de su propio proceso de pensamiento, examinarlo y contrastarlo con el de otros, realizar autoevaluaciones y autorregulaciones. Es un “diálogo interno” que nos induce a reflexionar sobre lo qué hacemos, cómo lo hacemos, y por qué lo hacemos. (Pág. 8).

La evaluación se convierte en un instrumento para tomar conciencia de lo que ha aprendido el estudiante, de los procesos que le han permitido adquirir nuevos aprendizajes, así como para regular dichos procesos.

Las estrategia debe facilitar: El autoanálisis, la capacidad para planificar las acciones que implique la evaluación, las habilidades de adquisición los conocimientos a fin de identificar estados iníciales que le sean mas fácil o difícil la adquisición de nuevos conocimientos, y tomar conciencia de sus propias estrategias de aprendizaje. (Pág. 9).

1.3. La necesidad de la evaluación en una sociedad en cambio permanente.

Esta es la sociedad de la información, de los avances científicos y técnicos acelerados, de profundos cambios en el ámbito profesional y social. La educación ha de adaptarse a esta sociedad cambiante. (Pág. 10).

Es necesario tener en los centros una secuencia de formación para aprender evaluación. Deben incluirse en los currículos estrategias de evaluación que al mismo tiempo los alumnos y alumnas aprendan y “vivan” su utilización, su adaptación si es necesaria y su proyección.

La evaluación se caracteriza por:

• Substituir el concepto de momento por el de continuidad.

• Tomar en cuenta no solamente los procesos formalizados de enseñanza-aprendizaje, sino todas aquellas situaciones que favorecen la formación, ya estén planificadas o no.

• Estar abierto a lo imprevisto, a objetivos no planeados y a mejoras surgidas en el proceso.

• Ser adaptativa respecto a los instrumentos y estrategias utilizadas, de modo que proporcione informaciones útiles no sólo de lo aprendido, sino de aquello que ha resultado más relevante. (Pág. 11).

2-Nuevo enfoque de la evaluación del aprendizaje.

Los avances científicos, técnicos llevan a diferentes formas de proyección profesional y personal. (Pág. 12).

2.1. De la evaluación formativa a la evaluación formadora.

La literatura sobre evaluación ha dejado en claro la diferencia entre evaluación sumativa y formativa. La evaluación sumativa orienta la toma de decisiones respecto a la certificación o calificación, la evaluación formativa da luz sobre ese indeterminado proceso de desarrollo.

La evaluación formativa es una respuesta a la iniciativa docente, se centrada en la intervención del profesor, La evaluación formadora proviene desde dentro. La actuación docente de enseñar no garantiza el aprendizaje, sino que es un facilitador del mismo mientras que el auto aprendizaje lleva implícito en su naturaleza la consecución del mismo. (Pág. 12).

2.2. De la evaluación uniforme a una evaluación multicultural

La evaluación debe ser comprensiva y multicultural. (Pág. 13).

Es interesante resaltar aquí el trabajo de Sabirón y otros (1999) sobre la deconstrucción y reconstrucción de la teoría y práctica evaluativa. Los autores apuestan por la naturaleza de “acto de comunicación” que representa

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