El Principe
Enviado por rocioveras19 • 22 de Octubre de 2014 • 2.553 Palabras (11 Páginas) • 123 Visitas
El Príncipe
Por Nicolás Maquiavelo.-
Capitulo I
De las clases de Principados y por cuales medios se adquieren.-
Maquiavelo clasifica los principados en dos categorías: Hereditarios y Nuevos. Los hereditarios vienen de la sangre y de haber heredado algún reino; Los principados nuevos se obtienen por vía directa de la proclamación o al añadirse un pueblo al Estado. El autor hace referencia de que los estados así adquiridos están habituados a vivir bajo cierto régimen o libres. El nuevo príncipe pudo haber adquirido aquel nuevo reino con la ayuda de armas ajenas, propias, gracias a la oportunidad y en el mejor de los casos a su valor o por ingenio.
Capitulo II
De los Principados Hereditarios:
Los estados hereditarios, acostumbrados a una dinastía, son mucho menores las dificultades para regirlos que los nuevos. Le bastará al príncipe con no alterar los parámetros de organización que anteriormente funcionaron para sus antecesores y afrontar directamente los acontecimientos de forma hábil y así podrá conservar su estado a no ser que una fuerza extraordinaria se lo arrebate, y en todo caso podrá recobrarlo al primer revés que sufra el usurpador. El príncipe natural no tiene necesidad de ofender y tiene menos causas para ello, y suele ser mas amado, lo cual es lógico si este no se hace aborrecible por sus vicios.
La antigüedad y continuidad de la soberanía descartan los motivos de las innovaciones. Lo cual es muy importante por que cada mudanza echa los cimientos para nuevos cambios.
Capitulo III
De los Principados Mixtos:
En los principados nuevos surge la dificultad.- cuando no es absolutamente nuevo, sino más bien anexionado resultando casi mixto, los cambios nacen de la creencia de mejoría y mudan de buen agrado los vasallos del señor y esta creencia les hace empuñar las armas contra el gobernante en lo cual se engañan, pues la experiencia les hace ver después que han empeorado.
El origen de esto es otra necesidad que obliga siempre al príncipe a vejar a sus súbditos nuevos o con la permanencia de tropas o con otras infinitas molestias propias de la conquista. Así tiene por enemigos a los que han ofendido al ocupar el principado, y no puede retener como amigos a quienes les han puesto en el por no poder colmar sus ambiciones y tener que emplear contra ellos medidas violentas pues por numerosas tropas que tenga un príncipe necesita de la voluntad de los habitantes para ocupar la provincia.
Los principados mixtos o añadidos a un reino más antiguo, se destaca la facilidad de conservarse si se habla la misma lengua y rige la misma providencia. En cambio, si la nueva adquisición contiene algunas diferencias de lenguaje, pero semejantes costumbres, se deberá extinguir el linaje anterior, y no modificar en lo posible, sus leyes e impuestos. De esa manera, el cambio de soberano pasará casi de forma imperceptible para los gobernados.
En cambio, si el nuevo estado se diferencia en lengua, costumbres y constitución, las dificultades aumentan. Para mantener el poder el Maquiavelo sugiere que el príncipe vaya a radicar al nuevo territorio y que suprima de inmediato cualquier asomo de rebelión o descontento. Las colonias a su vez, son de mucha ayuda para mantener el orden y la vigilancia del nuevo estado adquirido. Así mismo, el príncipe debe convertirse en jefe y protector de los reinos vecinos (sobre todo de los menos fuertes) para que a la postre se debiliten los reinos vecinos y poderosos.
El autor pone a los Romanos como ejemplo de todas las provincias que se adueñaron, la poblaron primero con colonias, y no permitieron que los reinos vecinos aumentaran su fuerza no dejaron que alguna potencia extranjera se instale en las cercanías; previendo sabiamente que alguien poderoso hiciera alianzas con los menos fuertes, y en un momento dado convocar una rebelión y destronar el creciente imperio.
Hicieron, pues, los Romanos en esta ocasión lo que debe hacer todo príncipe prudente, el cual no sólo acude al remedio de los males presentes, sino que también precave lo que están por venir. Cuando los males se prevén, admiten remedio; pero si se espera que se presenten, no se logrará remedio haciéndose incurables.
De aquí se deduce una regla general que nunca o rara vez falla: “El príncipe que procura el engrandecimiento de otro labra su propia ruina”.
Capitulo IV
Por que el reino de Darío, Conquistado por Alejandro, no se sublevó muerto este, contra sus sucesores.
Maquiavelo responde a esto explicando que en todos los principados de los que se conoce han sido gobernados de dos diferentes modos; o por un príncipe absoluto, ante el cual son esclavos todos los demás hombres entre los que se escoge sus ministros para que le ayuden a gobernar su reino; o por un príncipe y los grandes de aquel mismo Estado, no gobernados estos últimos por el favor particular del primero , sino solamente en virtud de un derecho inherente a la antigüedad de su familia, y teniendo también señorío y vasallos que le reconozcan por sus dueños y les tengan devoción personal.
Este capitulo es básicamente una revisión analítica de un suceso concreto que llevó al autor a reflexionar sobre la clase de “asistentes” que un príncipe debe poseer. Clasificándolos en dos tipos, los hay que son elegidos por gracia y concesión: su probada lealtad les permite ser escuchados y aconsejan al príncipe a la hora de gobernar y otros, son los asistentes de tipo “barones” cuyo privilegio resulta sobre todo, del prestigio militar.
Capitulo V
Cómo han de gobernarse las ciudades o los principados que antes de la conquista se regían por sus propias leyes.
Tres medios tiene el conquistador para conservar los estados adquiridos que están acostumbrados a gobernarse libremente por sus leyes. El primero es Arruinarlos; el segundo es fijar su residencia en ellos; el tercero, dejarles sus leyes, exigirles tributo y constituir un gobierno, compuesto de corto número de personas que mantenga en paz el país. Este gobierno recién creado por el príncipe sabe que no puede subsistir sin su poder y favor y, por consiguiente, tiene interés en mantenerle en la posesión del territorio.
Capitulo VI
De los Estados que un Príncipe adquiere por su valor y por sus propias armas.
Si debemos mencionar a aquellos que llegaron a ser príncipes por su valor o talento debe citarse en primer
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