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El Príncipe


Enviado por   •  18 de Septiembre de 2014  •  2.193 Palabras (9 Páginas)  •  139 Visitas

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Capítulo I “De las distintas clases de principados y de la forma en que se adquieren”

Todos los Estados han sido repúblicas o principados. Hay dos clases de principados, hereditarios, cuando una familia ha gobernado durante un largo periodo, o nuevos.

Capítulo II “De los principados hereditarios”

Estos son más fáciles de conservar ya que el pueblo está acostumbrado a una misma dinastía y el príncipe tiene poca necesidad de causar agravios para ser respetado.

Capítulo III “De los principados mixtos”

Los principados nuevos o mixtos son difíciles de mantener porque los hombres cambian con gusto de gobierno con la esperanza de mejorar, pero al no cumplir sus expectativas se vuelven contra el conquistador junto con los otros conquistados que nunca estuvieron de acuerdo en el cambio de monarquía; con esta situación lo conveniente es desaparecer al linaje del príncipe anterior y conservar sus leyes y sus tributos, de esta manera la transición es más sencilla. Esto nos lleva a dos soluciones para conservarlos, que el conquistador se fuera a vivir en ellas para así reprimir los desórdenes de raíz además de ser accesible para el pueblo, o puede establecer colonias en lugares clave para unir a su Estado.

Un príncipe que este en tierras fronterizas muy diferentes a la suya debe convertirse en jefe y defensor de los vecinos menos poderosos mientras que trata de debilitar a los poderosos.

Capitulo IV “Por qué el reino de Darío, que había sido ocupado por Alejandro, no se sublevó tras la muerte de éste contra sus sucesores”

Los principados se gobiernan de dos formas, la primera es por un príncipe y algunos siervos convertidos en ministros por concesión suya, esto hace que el pueblo le rinda respeto y afecto al único soberano y señor que es el príncipe, un pueblo así es más difícil de corromper y conquistar ya que solo lo gobierna uno. La segunda forma es por un príncipe asistido por nobles que fueron asignados por la antigüedad de su familia, estos nobles al tener estados y súbditos propios que los reconocen como autoridad y los respetan, hacen perder autoridad al príncipe ya que sirven al noble.

Capítulo V “De qué modo hay que gobernar las ciudades o principados que antes de ser ocupados se regían por sus propias leyes”

Hay tres formas, destruirlas, irse a vivir en ellas para controlarlas eficazmente o dejarlas regir por sus leyes, hacerles pagar tributo y lo más importante, establecer un gobierno compuesto de un corto número de personas que las conserve fieles, ya que necesitan el sustento del príncipe.

Capítulo VI “De los principados nuevos que se adquieren con las armas propias y con virtud”

Los principados nuevos no tienen mucha estabilidad y aún menos cuando el príncipe gana tal título por azar. El crear nuevas leyes para fundar un Estado y proveer su seguridad es algo difícil de realizar sin contratiempos porque los afectados pueden levantarse en tu contra.

Capítulo VII “De los principado nuevos que se adquieren con armas ajenas y por la fortuna”

Cuando se adquiere un Estado sin que su conquistador tenga virtudes para gobernarlo generalmente le cuesta mucho mantenerlo, ya que siempre han vivido como ciudadanos y no como gobernantes.

Capítulo VIII “De los que llegaron al principado mediante crímenes”

Hay dos maneras, cuando se asciende al poder mediante acciones criminales de toda índole o, cuando un ciudadano particular obtiene el favor de los conciudadanos. En ambos casos se puede mantener el poder mediante crueldades bien usadas, es decir, una crueldad se debe usar una vez para que dure poco y haga menos daño ya que si perdura tendrá el efecto contrario poniendo al pueblo en tu contra.

Capítulo IX “Del principado civil”

Se llama así cuando un ciudadano llega al poder por el favor de sus compatriotas y puede ser promovido por el pueblo o por los nobles; en el primer caso es un poco más fácil gobernarlo ya que el pueblo es la base del Estado y al elegir al príncipe también se le respeta y obedece con más facilidad, mientras que en el segundo caso es difícil de mantener y gobernar ya que quienes rodean al príncipe lo miran como igual.

Capítulo X “Cómo deben medirse las fuerzas de todos los principados”

Hay dos tipos de Estado, los que se sostienen por sí mismos, es decir, que tienen la capacidad de mantener una batalla en campo abierto contra cualquier oponente sin tener que refugiarse dentro de sus muros. El segundo tipo son los que necesitan de otros, los que necesitan refugiarse y en sus muros. Al primer tipo es difícil que lo ataquen debido a su fuerza, en cambio el segundo necesita fortificarse y abastecerse para sostenerse por sí mismo.

Capitulo XI “De los principados eclesiásticos”

Se adquieren con virtud o con fortuna pero no depende de ninguna su subsistencia. El príncipe de este principado no se preocupa mucho por gobernar a su pueblo, ya que tampoco les serían arrebatados, además de que sus súbditos aunque no cuentan con una estructura de gobierno no se preocupan ni pueden sustraerse a sus dominios, por ejemplo la iglesia católica a la cual le costó tiempo llegar a su poder actual.

Capítulo XII “De las distintas clases de tropas y de los soldados mercenarios”

Los cimientos principales de los Estados son las tropas y las leyes. Las tropas pueden ser propias, o mercenarias, auxiliares o mixtas. Las tropas mercenarias y auxiliares son inútiles y peligrosas, ya que son desunidos, desleales, ambiciosos e indisciplinados. Los capitanes mercenarios pueden ser hombres de mérito o no, si lo son ellos siempre aspiraran a forjar su propia grandeza tratando de someter al príncipe; por esto el príncipe debe de dirigir las milicias en persona y hacer el oficio de capitán.

Capítulo XIII “De los soldados auxiliares, mixtos y propios”

Las tropas auxiliares son de las que disponen al llamar a un príncipe poderoso para que te ayude en la batalla con sus tropas, sin embargo éstas son más peligrosas que los mercenarios ya que están disciplinadas, unidas y fieles a su jefe, por lo que al usarlas siempre se acaba perdiendo.

Capítulo XIV “De los deberes de un príncipe para con la milicia”

Un príncipe siempre debe en la guerra, durante los conflictos y aún más en los tiempos de paz. El estar desarmado causa despreció tanto de pueblos vecinos como de tus tropas por lo que el príncipe debe ejercitarse en el arte de la guerra de dos maneras, con la acción y el estudio; la primera se refiere a que debe mantenerse en forma y salir a conocer los terrenos y naturaleza de su reino para así defenderla mejor

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