El Tunel.

Planteamiento

El narrador de la historia es Juan Pablo Castel; la novela empieza presentándose él y, confesándonos su crimen: el asesinato de María Iribarne.

Nos comenta que asesinar a una persona es una buena acción y que se arrepiente que en su libertad no haya podido matar a más personas (en ese momento ya se encuentra en prisión).

El verdadero motivo por el que decidió contar su crimen es porque tiene la pequeña esperanza de que alguna persona pudiera entenderlos, ya que la persona que pudo haberlo entendido, fue la persona que lo mató.

Aquí ya nos dice de que manera conoció a María: En el salón de Primavera de 1946. El día de su inauguración, presentó un cuadro (cabe de destacar que era pintor) al que llamó Primavera. Éste era un cuadro normal, pero con la pequeña diferencia de que la escena tenía una ventanita, en la cual se veía una playa y una mujer mirando hacia ella.

Nadie se fijó en ella, ya que la mirada de los espectadores era más superficial que profunda, nadie excepto una: María. Su mirada se penetró en el cuadro y Juan Pablo puedo percatarse de ello. Desgraciadamente en su decidia entre hablarle y no, fue cuando desapareció entre la multitud de gente. Juan pablo se mostró irritado al pensar que nunca más podría verla. Así que todos los días desde la apertura hasta el cierre del salón que presentaba su pintura fue a ver si volvía ver que aquella joven, pero no tuvo éxito.

Después ya de varios meses coincidió con ella en la calle, así que la siguió y entró a el edificio de la Compañía T. Estando adentro ambos esperaban solos el ascensor, así que Castel tomó la iniciativa haciendo la pregunta de que si era el edificio de la Compañía T, Mará contestó afirmativamente, a la vez que se sonroja; Juan pablo se arma de valor y le confiesa que durante meses pensó en ella, y que al verla la siguió para preguntarle de la ventanita de la pintura. María se desconoce de lo que le habla, por lo que Castel le dijo que se equivocó y se da la vuelta.

Repentinamente, María lo alcanza y se disculpa, diciendo que recordaba la ventanita de la pintura y lo hacía constantemente y se hecho a correr a las oficinas de la compañía T. Juan pablo se hecha a correr tras ella pero luego recordó que sería más oportuno esperarlo ue saliera de las oficinas, pero no tuvo éxito.

Al día siguiente la vió salir de las oficinas y se la llevó casi a rastras a la plaza San Martín, sostuvieron una platica sobre la ventanita de la pintura y Juan Pablo le pidió que nunca más se fuera de su vida pero maría le advirtió que le haría mucho mal.

Nudo

Quedaron de verse pronto, Juan Pablo sentía una gran necesidad de verla, de saber de ella, por lo que le llamó a su casa. Lo atendió la mucama y dudó cuando Castel preguntó por la señorita Iribarne, Juan Pablo no tomó mucha a importancia a eso. María habló con cierta frialdad. María y Juan quedaron en llamarse en la mañana temprano.

Castel le marcó temprano como habían quedado, pero se encontró con la noticia que María había sido desde muy temprano en la mañana, le dejó una carta en su casa, ya que no se la pudo mandar por correo por que no tenía la dirección de él.

Al llegar Juan Pablo, lo hicieron pasar a una biblioteca donde lo recibió Allende, esposo de María, era ciego, flaco, alto, de cabeza hermosa… según lo redacta el libro.

Allende le dio la carta a Castel la cual decía “yo también pienso en usted. María”, esto se lo dijo ya que en la llamada telefónica Juan Pablo le pidió que le dijera si también ella pensaba en él.

Por esto, Juan Pablo tuvo un encuentro de sentimientos, tuvo días agitados, no concebía el motivo de porque quiso que se enterara de esa forma que era casada. El mismo día que fue a la casa de María pidió la dirección de la estancia, le envió una carta pidiendo hablar con ella de inmediato o verla lo más pronto posible.

Pasaron varios días antes de la respuesta de María, al llegarla, el contenido de la carta hizo que aumentaran los sentimientos de Juan hacia María. Luego ya de varios días María llamó por teléfono a Juan, quedándose de ver en la plaza San Martín.

Estando ahí, Juan Pablo reprochó a María del porque su repentina salida y de los sentimientos de María hacia Juan. Esta simplemente le dio vueltas a el asunto, hasta que por fin le dijo que lo quería, repentinamente la sombra se apoderó del lugar sin dejare ver sus rostros y cuando Juan Pablo encendió un fósforo pudo ver que María sonreía y ahí entro el conflicto, pero pronto lo solucionaron.

Durante casi un mes se vieron casi a diario y durante uno de sus encuentros Juan Pablo cuestionó de porqué usaba su nombre de soltera y no el de casada. María Allende, y porqué la mucama vaciló cuando la llamó Mará Iribarne, si según la respuesta de María era una costumbre de familia. Otra vez de sus encuentros Juan Pablo la interrogó de si quería o quiere a Allende, en ese momento María entró en contradicciones y Juan pablo se volvió a irritar y ya antes de terminar una frase hiriente hacia ella, Juan pablo se disculpó, más sin embargo terminó de decirle aquella frase. Salió del tallera y Juan Pablo no hizo nada para detenerla, pero después al intentar arreglar las cosas fué a buscarla a los lugares donde frecuentaban juntos, pero era algo ilógico que ella fuese a los lugares que lo recordaban, por lo que tomó un taxi y la esperó afuera de la casa de ella, pero fue inútil, ya que no aparecía.

La llamó pero la mucama le dijo que avisó que llegaría tarde, por lo que volvió a llamarla en la mañana, pero le dijeron que se había retirado una vez más a la estancia.

Luego ya de unos días le llegó una carta con demasiada ternura por parte de María, pidiéndole también que lo fuera a visitar a la estancia.

Al descender de l tren un chofer ya lo esperaba para transportarlo a la estación Allende, el cual le dijo que Mará tenía un pequeña indisposición, por lo cual no pudo irlo a recibir a la estación.

Al llega a la estación lo recibió Hunter, y lo llevó directo a la habitación que tenían designada para el. Luego de un rato, Juan bajó y fue directo a la mesa, y ahí Mimi, prima de Hunter, preguntó que pintores prefería, por mencionar a algunos dijo a Van Gogh, el Greco, Mimí se molestó a la vez que juzgó su trabajo, de ahí partió la plática entre Hunter y Mimí, prácticamente excluyendo a Juan Pablo Castel, hablaron de ciertas novelas rusas y de novelas policíacas, fue cuando Juan se percató que la indisposición de María era que ya sabía el tipo de pláticas que sostenían sus primos y para no entrar en conflictos, prefirió evitarlas.

Al terminar

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