El valor de educar de Fernando Savater
Enviado por dana020503 • 28 de Marzo de 2022 • Ensayo • 2.480 Palabras (10 Páginas) • 182 Visitas
“El valor de educar” de Fernando Savater
Ensayo crítico que presenta la alumna:
Dana Paola Rodríguez Villaseñor
Profesor: Flor Sofía Gaona Espinoza
Uruapan, Michoacán, a 9 de febrero del 2022
Introducción:
El presente ensayo es sobre el libro “El valor de educar” de Fernando Savater y habla
más que nada de la educación y de cómo se relaciona con la educación hoy en día, ya
que la educación es uno de los pilares más importantes que sostiene a la sociedad y no
se le da la importancia que necesita y debe tener. Este ensayo busca hacer una reflexión
sobre los postulados del autor y como ya mencione, más que nada sobre la educación.
En lo personal desde que leí el título me causó interés conocer cuál es ese valor del que
habla Fernando Savater y hacia dónde va encaminada en sí la educación, que es todo
un tema de interés universal, es decir debe ser de interés para toda la población en
general, no solo para los docentes o los futuros docentes como dice Savater.
El primer capítulo de este libro sobre el aprendizaje humano me gustó mucho, y me
agrada como comienza diciendo que ser humano es también un deber, esta frase de
Graham Greene, es bastante impactante, porque quién ha llegado a plantearse que ser
humano es un deber, seguramente muy pocos, en lo personal yo no, según yo, se nace
humano, porque así lo dice la biología, pero, ¿qué es lo que nos quiere decir Savater? El
habla de una palabra o una “palabreja” como dice el, la cual es “neotenia” que hace
referencia a que los humanos nacemos aparentemente demasiado pronto, sin haber
“cuajado” del todo menciona, Savater lo explica comparando un chimpancé con un
humano, dice que un chimpancé madura antes que un niño humano, pero también
envejece mucho antes y pierde la capacidad de seguir aprendiendo cosas nuevas, en
cambio los individuos de nuestra especie permanecen hasta el final de sus días
inmaduros y falibles, es decir moldeables, pero siempre en cierto sentido como juveniles,
en el sentido de que estamos abiertos a nuevos saberes, los humanos nos vemos en la
necesidad de aprender para sobrevivir, y podemos asegurar que la educación no fue
inventada, para tener entretenidos a los niños o para ser un escape de los padres
frustrados, sino el afán de educar y de hacer convivir en armonía a los docentes con los
alumnos durante el mayor tiempo posible, lo que ha creado la sociedad humana, y ha
reforzado sus vínculos afectivos más allá de lo familiar y sí, aquí entra el papel del amor,
y si bien el amor es algo indispensable para todo humano, pero debemos tener claro que
el amor si posibilita y si potencia el aprendizaje, pero no puede sustituirlo, si es importante
educar con amor, pero no sobrepasar el aprendizaje, ahora bien, en la cuestión de la
humanidad Savater menciona que el hombre llega a serlo a través del aprendizaje, y no
aprendizaje de las experiencias, sino las que obtenemos de otros humanos, con esto dice
también que la verdadera educación no solo consiste en enseñar a pensar, sino también
aprender a pensar sobre lo que se piensa, es decir reflexionar y ser críticos, a veces en
las escuelas nos privan de cuestionarnos, o cuestionar muchas cosas, nos privan de
poder razonar, porque si bien la enseñanza tradicional no se ha acabado del todo en ese
aspecto, muchas escuelas no motivan ese espíritu crítico en los niños, lo cual debe
cambiar, porque es lo que nos va a permitir crecer y llegar a crear un cambio.
El segundo capítulo me gustó porque te cae como un balde de agua fría, porque se te
aclaran las ideas sobre todo lo que involucra ser docente, este capítulo trata sobre los
contenidos de la enseñanza, que no es cosa fácil, en lo personal me gustó mucho porque
menciona ya el papel del pedagogo y el maestro, así como las diferencias entre uno y
otro, ya que muchos, incluyéndome, pensábamos que estos términos eran iguales, pero
no es así, si nos regresamos épocas pasadas el pedagogo era una persona que
pertenecía al ámbito interno del hogar, convivía con niños y adolescentes formando sus
valores, su carácter y cuidando sobre todo su desarrollo moral y ético, en cambio un
maestro era un colaborador externo a la familia, ellos no estaban en el núcleo familiar, y
se encargaban de enseñar a los niños conocimientos generales, como la escritura, la
lectura o la aritmética. En esas épocas el pedagogo era un educador y su papel era de
suma importancia, mientras que el maestro era visto como un simple instructor y su papel
era tomado como secundario, es decir el pedagogo era como el principal agente de
cambio, de educación e instrucción y el maestro pasaba a ser como un segundo término,
pero esta cuestión va cambiando ya que al pedagogo ya no se le encuentra dentro del
hogar, pero de igual manera desempeña un papel importante en los contenidos de la
enseñanza. Y aquí algo que se tiene que resaltar es la contraposición entre educación e
instrucción, que se han empeñado en separarlas pero ambas se complementan entre sí,
porque no es posible educar sin instruir o instruir sin educar, y a esto se le atribuyen dos
capacidades, las abiertas y las cerradas, la educación equivale a las capacidades
abiertas, en donde se encuentra también la ética y el sentido crítico de cooperación social,
que son las menos apreciadas. Y las operaciones cerradas pertenecen a la instrucción,
como leer, escribir hacer cálculos matemáticos, que son imprescindibles, pero no
suficientes, en la actualidad a las que les ponen mayor énfasis o importancia son a las
habilidades cerradas, y eso lo podemos ver en nuestro día a día, porque son las que más
cuentan para asegurar un posición rentable, o beneficiante, mientras que a las
habilidades abiertas son consideradas como habilidades bonitas que no sirven para nada,
esto es falso porque si bien las personas que desarrollan un sentido crítico, la capacidad
de resolver problemas sociales y de convivir y relacionarse de la mejor manera con un
grupo de personas, tienen mucho más éxito que aquellas personas que solo tienen la
capacidad intelectual, muchos de nosotros tenemos esos pensamientos, que la ética, que
la moral, que la filosofía, no sirven, que lo importante es saber hacer cálculos numéricos,
porque
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