Ensayo Auditoría y Control - Los 4 acuerdos
Enviado por sharonan • 3 de Julio de 2017 • Ensayo • 1.544 Palabras (7 Páginas) • 190 Visitas
Auditoría y Control
Ensayo
Los 4 acuerdos
Presentado por:
Yenny Fierro Heredia ID. 288230
Corporación Universitaria Minuto De Dios
Administración En Salud Ocupacional
Auditoría y Control Interno
Neiva 2016
Auditoría y Control
Ensayo
Los 4 acuerdos
Presentado por:
Yenny Fierro Heredia ID. 288230
Docente
Raquel Caicedo Córdoba
Especialización en Autoría
Corporación Universitaria Minuto De Dios
Administración En Salud Ocupacional
Auditoría y Control Interno
Neiva 2016
Ensayo:
Del libro Los Cuatro Acuerdos escrito por el Dr. Miguel Ruiz
El libro habla del conocimiento esotérico de los toltecas; conservado y transmitido de una generación a otra por distintos maestros.
“No hay razón para sufrir. La única razón por la que se sufre es porque se quiere . En la vida encontrarás muchas excusas para sufrir, pero ninguna razón se justifica. Lo mismo pasa con la felicidad. La única razón por la que somos felices es por qué queremos .Uno decide ser feliz o sufrir.
Científicos y artistas estudiaron y conservaron el conocimiento espiritual y las prácticas de sus antepasados. En una comunidad de maestros y estudiantes en Teotihuacán ciudad de México, conocida como el lugar en el que “el hombre se convierte en Dios”.
Espejo humeante “Todo está hecho de Luz”, que es esa luz la que crea las cosas y que el espacio entre las estrellas no está vacío, que todo lo que existe es un ser viviente y que la luz es la mensajera de la vida. Llamó Tonal a las estrellas y Nagual a la luz que había entre las estrellas y descubrió que la armonía y el espacio entre ambos eran Vida o Intento. Sin Vida, el tonal y el nagual no existen. Que todo lo que existe es una manifestación del ser viviente al que llamamos Dios y que la percepción humana es luz que percibe luz.
La materia es un reflejo de luz, la ilusión y el Sueño, es el humo que nos impide ver lo que realmente somos, ¿qué somos? ¡Amor y luz!. De esta manera se entiende la vida para él; pero nadie lo entendía, no podían ver lo que él veía. Se veía como un espejo en el que podía verse a sí mismo y además se veía a sí mismo en el espejo de los demás. Espejo Humeante: la materia es un espejo (soñador) y el humo (sueño) que hay en medio; es lo que nos impide saber que somos.
Soñamos todo el tiempo y no podemos ver quien somos. Lo que vemos y escuchamos no es más que un sueño, soñamos 24 horas al día. La función principal de nuestra mente es soñar.
La suma de los sueños individuales de cada uno conforma sueños generales. Aprendemos concentrándonos en aquellos nos interesa; nuestros adultos captaron nuestra atención para transmitirnos creencias, lo bueno, lo malo, lo bello y lo feo, es decir todo un sueño externo a nosotros que capta nuestra atención y si estamos de acuerdo creemos en ese sueño.
En la niñez creemos en todo lo que los adultos nos comunican porque no tenemos los conocimientos suficientes para saber si es así o no y de esta manera tomamos el carácter con la información que los adultos nos dieron y crean todo nuestro sistema de creencias; de esta manera aprendemos a juzgar a otros y a nosotros mismos basándonos en ese sistema de creencia. En este proceso perdimos nuestras tendencias naturales. Con el tiempo ya no necesitamos que nos digan nada ya lo que domino en la niñez adentra a ejercer en la adultez y eso gobierna nuestra mente y no es cuestionable y basamos todos nuestros juicios en él. Esa ley dirige nuestro sueño. Cualquier cosa que hagamos en contra del Libro nos crea malestar y emocional y nos hace sentir inseguros. Gran cantidad de lo almacenado en nuestra mente son mentiras y creemos en todas esas mentiras, llenas de violencia, injusticia nos gobierna el miedo. No vemos la verdad porque estamos ciegos por ese miedo.
Nuestra mente es una bruma que los toltecas llamaron MITOTE: un sueño en el que miles de personas hablan a la vez y nadie comprende a nadie y nos resulta imposible ver que somos libres.
Creamos una imagen para que los demás nos acepten, nos rechazamos a nosotros mismos y de la misma manera juzgamos a los demás. Nuestra manera de juzgarnos es la peor que existe y si cometemos un error intentamos negarlo y taparlo, pero el Juez se vuelve tan tenaz y el reproche es tan fuerte, que nos sentimos estúpidos, inútiles o indignos. Nadie nos castiga más duro que nosotros mismos y esto lleva a que se permita que los demás nos humillen y nos traten como si no fuéramos dignos de respeto. Hacemos acuerdos con nosotros mismos, otras personas, con Dios y con la sociedad, etc. El más importante es el que hacemos con nosotros mismos acuerdos que nos hacen sufrir y nos hacen fracasar. Hay que romper con esos acuerdos que nos hacen mal pues se basan en el miedo y reemplazarlos por acuerdos que surjan del amor y la felicidad.
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