Los 4 Acuerdos Ensayo
Enviado por rafafaf • 6 de Febrero de 2013 • 2.399 Palabras (10 Páginas) • 527 Visitas
Introduccion
Hace miles de años los Toltecas eran conocidos en todo el sur de México como: mujeres y hombres de conocimiento. Los antropólogos han definido a los toltecas como una nación o una raza, pero de hecho, eran científicos y artistas que formaron una sociedad para estudiar y conservar el conocimiento espiritual y las prácticas de sus antepasados. Esto es algo increíble y muy nuevo que no hubiera imaginado. Formaron una comunidad de maestros (naguales) y estudiantes en Teotihuacán, la ciudad de las pirámides en las afueras de Ciudad de México, conocida como el lugar en el que el hombre se convierte en Dios. Mucha gente se preguntaba quien había hecho Teotihuacán porque se sabe que los aztecas solo llegaron a habitarla pero no supieron quien la hizo.
A lo largo de los milenios los naguales se vieron forzados a esconder su sabiduría ancestral y a mantener su existencia en secreto. Este secreto solo se lo contaban entre ellos porque no creían que el mundo estuviera preparado para los acuerdos.
La conquista europea, unida a un agresivo mal uso del poder personal por parte de algunos aprendices, hizo necesario proteger el conocimiento de aquellos que no estaban preparados para utilizarlo con buen juicio o que hubieran podido usarlo malintencionadamente para obtener un beneficio personal. Por fortuna, el conocimiento esotérico tolteca fue conservado y transmitido de una generación a otra por distintos linajes de Naguales. Aunque permaneció oculto en el secreto durante cientos de años, las antiguas profecías vaticinaban que llegaría el momento en el que sería necesario devolver la sabiduría a la gente. Ahora, don Miguel Ruiz, un nagual del linaje de los Guerreros del Águila, ha sido guiado para divulgar las poderosas enseñanzas de los toltecas.
El conocimiento tolteca surge de la misma unidad esencial dela verdad de la que parten todas las tradiciones esotéricas sagradas del mundo.
Aunque no es una religión, respeta a todos los maestros espirituales que han enseñado en la tierra, y si bien abarca el espíritu, resulta más preciso describirlo como una manera de vivir que se distingue por su fácil acceso a la felicidad y el amor
• Primer Acuerdo: se impecable con tus palabras
Se impecable en el uso de la palabra, habla con integridad. Di únicamente lo que quieres decir.
Evita usar palabras al hablar que atenten contra tu integridad o la de otros. Usa el poder de las palabras hacia el amor y la verdad. Lo que sale de nuestra boca es lo que nosotros somos, si no honramos nuestras palabras no nos honraremos a nosotros mismos.
El Primer Acuerdo es el más importante y también el más difícil de cumplir. Es tan importante que sólo
con él ya seremos capazes de alcanzar el nivel de existencia que es denominado el cielo en la tierra.
El Primer Acuerdo consiste en ser impecable con tus palabras. Parece muy simple, pero es sumamente
complejo. Por qué las palabras constituyen el poder que tenemos para crear. Las palabras son la herramienta más poderosa que tenemos como seres humanos, el instrumento de la magia.
Según cómo las utilicemos, las palabras nos liberarán o nos esclavizarán aún más de lo que imaginamos. Toda la
magia que poseemos se basa en nuestras palabras. Son pura magia, y si las utilizamos mal, se convierten en magia
negra.
• Segundo acuerdo: no te tomes nada personalmente
No tomarnos nada personalmente. Nada de lo que otros hagan es por nosotros. Los que otros dicen y hacen es una proyección de su realidad, de sus sueños.
Los acuerdos siguientes nacen, en realidad, del primero. El Segundo Acuerdo consiste en no tomarnos nada personalmente.
Cuando nos hacemos inmunes a la opinión y a las acciones de otros, nunca seremos víctima de sufrimientos innecesarios. Si alguien nos quiere lastimar, a la única persona que lastima es a sí mismo.
Suceda lo que suceda a nuestro alrededor, no nos lo tomemos personalmente. Por ejemplo, si alguna
vez te digo (oye eres un inútil inservible) sin conocerte, no me refiero a ti, sino a mí. Si nos lo tomamos personalmente, tal vez nos creamos que de verdad somos unos inútiles inservibles. Quizá nos digamos a nosotros mismos ¿Cómo lo sabe, si yo no se lo dije?
¿Acaso es un mago, o es que todos pueden ver lo estúpido e ignorante que en realidad soy? Nos lo tomamos personalmente porque estamos de acuerdo con cualquier cosa que él nos diga. Y tan pronto como
estemos de acuerdo, el veneno nos recorre y nos encontramos atrapados en el sueño del Infierno. El motivo de que estemos atrapados es lo que es llamado (la importancia personal).
La importancia personal, o el tomarse las
cosas personalmente, es la expresión máxima del egoísmo, porque consideramos que todo gira a nuestro
alrededor.
Durante el periodo de nuestra educación, en otras palabras el periodo de nuestra domesticación, aprendimos a tomarnos
todas las cosas de forma personal. Creemos que somos responsables de todo. Por ejemplo: yo tengo que hacer esto, porque es para mi futuro y yo lo tengo que hacer solo.
Nada de lo que los demás hacen es por nosotros. Lo hacen por ellos mismos.
Todos vivimos en nuestro propio sueño, en nuestra propia mente; los demás están en un mundo completamente distinto de aquel en el que vivimos cada uno de nosotros.
• Tercer acuerdo: no hagas suposiciones
No asumas nada. Encuentra el coraje para preguntar y expresar lo que realmente quieres saber. Comunícate con los otros tan claro como puedas, para evitar malentendidos, tristezas y dramas. Practicando únicamente este acuerdo podemos transformar nuestra vida totalmente. Si no aclaramos cualquier duda, si asumimos sin preguntar, lo único que logramos es inventar historias sin fundamento que nos envenenan el alma. El Tercer acuerdo consiste en no hacer suposiciones.
Tendemos a hacer suposiciones sobre todo. El problema es que, al hacerlo, creemos que lo que
suponemos es cierto. Juraríamos que es real. Hacemos suposiciones sobre lo que los demás hacen o
piensan y nos lo tomamos muy personalmente, y después, los culpamos y reaccionamos enviando veneno
emocional con nuestras palabras. Este es el motivo por el cual siempre que hacemos suposiciones, nos
buscamos problemas.
Hacemos una suposición, comprendernos las cosas mal, nos lo tomamos personalmente y acabamos haciendo un gran drama de nada.
Producimos mucho veneno emocional haciendo suposiciones y tomándonoslas personalmente, porque,
por lo general, empezamos a chismear a partir de nuestras suposiciones y esto crea una red de mentiras basado
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