Ensayo del libro: ¨Evidencia que existe un veredicto¨ de Josh McDowell

Nombre: John Steven Lascano

Fecha: 14-02-2015

Paralelo: 361

Materia: Gerencia de Operaciones

Ensayo del libro: ¨Evidencia que existe un veredicto¨ de Josh McDowell

Josh McDowell hace un servicio útil a los cristianos de todo el mundo en este volumen actualizado. En cuatro partes principales, 1. El caso de la Biblia, 2. El caso de Jesús, 3. El caso para y contra el cristianismo, y 4. verdad y consecuencias. McDowell da evidencia convincente para la credibilidad y la racionalidad de la fe cristiana . Los cristianos no tienen que ser preparados para dar a la defensa de la esperanza que hay en ellos con referencia a dar respuesta a la historicidad y la lógica de la fe cristiana. Los cristianos reconocen cada vez más el valor de la apologética cristiana (la defensa de la fe cristiana con argumentos sólidos, a diferencia de pedir disculpas por ello) como una herramienta necesaria para responder a las preguntas de los cristianos y no cristianos por igual. Sin embargo, la apologética es sólo un comienzo. Como útil y necesario como la apologética cristiana es, incluyendo esta obra de McDowell, no es el Evangelio. Es sólo el Evangelio a través del cual Dios crea la fe salvadora en el corazón, no en la apologética, ni la voluntad del hombre, como veremos. El lector debe ser consciente de esto cuando comienza estudio de este libro. El lector también debe ser consciente de que Josh McDowell proviene de un cierto trasfondo cristiano, uno muy diferente del luteranismo confesional. Como tal, tiene una confesión acerca de la fe diferente (lo que es) y la conversión, ley y Evangelio distintivos, y los medios de la gracia por nombrar algunos. Las siguientes son algunas de las diferencias que más fácilmente se dejan ver.

Hablando acerca de la fe y la conversión, McDowell escribe en el prólogo, "No todos, ni siquiera la mayoría de éstos que he hablado aceptado Él (Jesús) como su Salvador y Señor. Esto no es porque no podían creer que simplemente no estaban dispuestos a creer ".En la misma página, escribe, "La mayoría de la gente en la mayoría de las culturas no necesitan ser convencidos de Su (Jesús) deidad, ni de su necesidad de Él como Salvador. Más bien, ellos necesitan que les digan cómo lo reciben como Salvador y seguirlo como Señor ". Al decir que la mayoría de la gente que ha hablado con no podían creer, McDowell hace hincapié en la voluntad o falta de voluntad de creer del hombre. La forma de recibir a Jesús como Salvador se convierte así en una cuestión de decisión del hombre más que el don de Dios dado a través de la Palabra y Sacramento. McDowell apoya este testimonio mediante el uso de su padre y él mismo como ejemplo en la sección titulada: "Él cambió mi vida". La fe cristiana no es de la voluntad. Es el resultado de convencer la ley de Dios y la convicción del pecado, poniendo al pecador a la muerte como condenable ante Dios; y luego el Evangelio de Jesucristo, el perdón de los pecados, dando nueva vida y paz con Dios y creyendo lo mismo, diciendo que "para mí" Cristo murió, con la confianza de acuerdo con la promesa de Dios.

La fe cristiana no es una cuestión de "hacer una decisión por Cristo." No puedo. La fe es un don de Dios. La fe lleva a Dios en Su Palabra, niega a sí mismo y cree que las promesas de Dios. La fe no se impone ninguna confianza en sí mismo, sino en Cristo solamente, en Cristo y en su Palabra y en Su Obra. Inherente a ese debate es el poder (la eficacia, efectividad) de la Palabra de Dios. Poniendo énfasis en la decisión y la voluntad del hombre, McDowell, a sabiendas o no, enseña erróneamente sobre el poder de la Palabra de Dios, no del hombre, para cambiar el pecador. La Palabra de Dios no va a volver al Señor. Se humillará el exaltado y exaltar la humildad. La Palabra de Dios endurece los santurrones y da la paz a los que confían la salvación de Dios en Cristo. McDowell también minimiza Cristo y su obra en la conversión del alma. Por impresionar sobre el pecador la necesidad de "elegir", McDowell disminuye la capacidad de Cristo y alabanzas hombre. Esto no es un punto insignificante!

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