LA SORDERA

Importancia del tema y planteamiento del problema

La vida emocional del niño sordo y su interrelación con la adquisición de la lengua ha sido un tema que nos ha llevado largos años de estudios, de trabajo y de revisión psicoanalítica.

Todos sabemos que el niño oyente nadie le enseña a hablar, simplemente la lengua la adquiere del encuentro continuo con sus padres y medio circundante. La situación del niño sordo es sin embargo bien distinta, en el caso en que llegara a poder adquirir la lengua oral, lo hará en otros tiempos y de otra forma, generalmente con un retraso de dos a cuatro años, por lo cual hasta ese momento su comunicación lingüística con sus padres puede pobre o nula, con la consecuencias que esto trae para el desarrollo del pensamiento y de su estado emocional.

La mayor parte de los padres de niños sordos describen a su pequeño hijo de hasta un año de edad como un bebe dormilón, muy tranquilo, que solo se altera cuando tiene hambre o sueño. Situación que varía sustancialmente a partir del momento en que la locomoción se impone y se está en presencia de un deambulador.

La posibilidad de tener mayor libertad de movimientos durante esta etapa, ese ir y venir fuera de la mirada materna, preocupa a los padres oyentes de niños sordos. “La madre tiene miedo por la exploración que su hijo hace de su entorno. El saberse no escuchada, la induce a buscar permanentemente estar presente, no permitiendo al niño el descubrimiento de su medio natural” (Schorn, 1997).

La experiencia ha llevado a observar y en cierta forma a reflexionar que no es la falta de autoridad de los padres en el sentido corrientemente entendido lo que desencadena todo esto; sino la falta de una comunicación lingüística apropiada en los primeros años de vida, la causante de estas manifestaciones conductuales, signos todos ellos de sufrimiento psíquico temprano.

Al no contar con el amortiguador de la palabra, lo que aparece en el niño es la acción, y en muchos casos la impulsividad.

Es por lo tanto necesario subrayar anta todo que la sordera es la deficiencia menos visible, pero cuyas secuelas son las que mas comprometen el desarrollo superior del sujeto humano,

La Organización Mundial de la Salud define como persona sorda a aquella que no es capaz de percibir los sonidos con ayuda de aparatos amplificadores y subraya que es de vital importancia la detección y el diagnostico temprano de la deficiencia auditiva.

Se define entonces con el término niño sordo a los sujetos cuya deficiencia auditiva severa o profunda aparece precozmente.

Clasificaciones

Según Fernández Viader (2004) se pueden clasificar las sorderas tomando en cuenta distintos parámetros:

1. En función del origen de la sordera se distinguen tres tipos de sordera en el niño: la sordera conductiva, la sordera neurosensorial y las sorderas mixtas.

 La sordera conductiva o de percepción es aquella en la que los trastornos auditivos están situados en el oído externo o en el oído medio.

 Las sorderas neurosensoriales o de transmisión son los más graves y permanentes y con un pronóstico mucho más complicado. Los problemas que afectan al oído interno, la cóclea, el nervio auditivo o las zonas auditivas del cerebro se incluyen dentro de esta categoría de sorderas.

 Las sorderas mixtas tienen componentes de percepción y componentes de transmisión.

2. En relación con la etología o la causa de la sordera, se reconocen dos grandes tipos:

 Las sorderas de base hereditaria.

 Las sorderas adquiridas: debido a anoxias perinatales, incompatibilidad sanguínea, rubeola materna, toxoplasmosis, meningitis.

3. En relación con le edad de comienzo de la sordera se distinguen:

 Las sorderas pre-linguales: antes de la aparición del lenguaje.

 Las sorderas post-linguales: después de la aparición del lenguaje

4. En función del grado de pérdida auditiva podemos enumerar:

 Sordera leve (10 a 20 db).

 Sordera media (41-70 db).

 Sordera severa (71-90 db).

 Sordera profunda (91-120 db).

Otras clasificaciones que hablan acerca del niño con deficiencia auditiva se relacionan con:

5. La educación, por el cual se acostumbra clasificar a los niños en hipoacusicos y sordos profundos.

 Hipoacusicos: hace referencia a los niños cuya audición presenta alguna dificultad pero con ayuda de prótesis, la misma resulta funcional para la vida diaria. Este menor grado de perdida auditiva permite la adquisición del lenguaje oral por via auditiva, aunque pueden producirse ciertas dificultades en la articulación, en el léxico y en la estructuración.

 Sordos profundos: son niños cuya audición no es funcional para la vida ordinaria y no les permite la adquisición del lenguaje oral por vía auditiva normal.

6. En relación con el entorno comunicativo familiar es posible distinguir:

 Niños sordos con padres oyentes.

 Niños sordos con padres sordos.

El grupo de niños sordos es extraordinariamente heterogéneo, con grandes diferencias individuales entre ellos. El grado de pérdida auditiva, la edad de comienzo de la sordera, su etiología, mas los aspectos comunicativos y educativos son variables enormemente diferenciadoras que influyen en la evolución de los niños sordos.

Lengua, lenguaje y comunicación

El lenguaje es un tramado somato psíquico-social. “El lenguaje es… una característica omnipresente del individuo, hasta tal punto que este se convierte en un organismo verbal… través del lenguaje podemos iniciar al niño en un campo puramente simbólico de pasado y futuro, de literatura fantástica, de entidades imaginarias…el lenguaje nos permite abordar las cosas nuevas solo o las viejas de una manera nueva”(Sacks, 1991).

Bruner (1986) considera al lenguaje como el medio de interpretar y regular la cultura, y Gori (1981) dice: “El lenguaje es un medio de hacer frente a nuestra separación original y nuestra soledad en el mundo”. Luria (1991), define al lenguaje como una práctica social que posibilite la formulación y la transmisión de información a través de los recursos de la lengua. El lenguaje permite al hombre estructurar su pensamiento, expresar lo que siente, registrar lo que acontece y comunicarse con otros hombres. Marca el ingreso del hombre a la cultura, construyéndolo como sujeto capaz de producir transformaciones nuevas antes inimaginadas (Salmeron Botelho de Paula, 2003).

En la lingüística

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