LOS CINCO DESAFIOS DEL EJERCICIO DEL LIDERAZGO
Enviado por Ostacia11Feliz • 11 de Mayo de 2015 • 2.161 Palabras (9 Páginas) • 414 Visitas
Por: Ostacia Féliz
Matricula: 2015-7373
Fecha: 12-3-2015.-
INTRODUCCION
Este ensayo se basa en el análisis de la recoplicacion de los escritos de Emmanuel Lévinas entre estos la aproximación a la noción de encuentro, el mismo se concentra en mostrar que la filosofía primera es una ética de la responsabilidad absoluta por el otro, la ética se basa en la particularidad que tiene cada sujeto reflejada en el rostro y el cara a cara implica hospitalidad y acogida. También analizare la aproximación al concepto de responsabilidad en Lévinas: Implicaciones Educativas el mismo, pretende profundizar en las relaciones que se establecen entre ética y educación a partir de la responsabilidad como categoría ética de análisis, centrado en la pedagogía de la alteridad como un modelo de educación moral inspirado en la ética levinasiana.
Finalmente, la actualidad de Levinas. Una ampliación ética de la racionalidad teórica que pretende mostrar tres cosas. En primer lugar, la presencia de la filosofía de Levinas en la investigación filosófica contemporánea; en segundo lugar, el giro ético contemporáneo; en tercer y último lugar, la racionalidad abierta a una diferencia no-indiferente.
Breve biografía de Emmanuel Levina
Según el profesor Gonzáles afirma que (Emmanuel Levina es un filósofo que nace en 1906 en Kovno, Lituania lugar en el que el judaísmo era la principal práctica religiosa. Al hacer parte de una familia hebrea conoció la experiencia judía desde adentro; le correspondió ser observador de los cambios del siglo XX y ser un testigo privilegiado de la agitada vida de las personas excluidas y vulneradas por los conflictos bélicos sucedidos en esta época. Fue expatriado y amparado en Rusia durante la confrontación bélica de 1917. Su mayor obra es Totalidad e infinito escrita en 1961; luego en 1974 escribe De otro modo que ser o más allá de la esencia, considerada por sus lectores como su segunda gran obra. Emmanuel Lévinas llegó a ser director de la Escuela normal Israelita oriental entre los años de 1946 y 1961; también fue profesor en la Universidad de Poitiers, después en la de Nanterre y finalmente en la universidad Paris IV - Sorbonne entre el 1973 y el 1976, año en que es jubilado. Emmanuel Lévinas llega al fin de sus días convencido de su pensamiento en el año de 1995.
El encuentro en Lévinas hace referencia a la responsabilidad absoluta que tiene todo sujeto por el otro, una responsabilidad que es una obligatoriedad. Para eso necesita reconocer en él una singularidad, una extrañeza de sí, una diferencia que le hace particular; tal extrañeza se refiere a una lejanía que a pesar de la distancia no le niega la existencia del otro; pero existe una distancia que los separa a pesar de saber que el otro vive, a lo lejos. Hay una reciprocidad en el sentido de saber que hay otro con rostro, con particularidad que es distinto, diferente, único, que no se puede invisibilizar. Por tanto, aparece a la vista de la proximidad con su propio rostro; ese otro también ve a un sujeto frente a él y se interroga por él ¿quién es ese a quien puedo ver y que me mira? Sólo extrañeza, extranjería y el temor. Lévinas sostiene que sólo en la salida de sí hay encuentro; en la medida que hay una distancia de sí, un desprenderse de la miel de la vivencia en la mismidad, puede emerger deliberadamente la decisión por la evasión de sí. El encuentro Levina hace referencia a una responsabilidad absoluta por el otro.
El sujeto es un anfitrión Y su relación consigo es además representación de sí. Anterior a toda visión de sí, se cumple sosteniéndose en sí misma: se implanta en sí como el cuerpo y se mantiene en suEl encuentro se da por la posición de sujetos en el lugar de anfitriones que han tomado conciencia de esta responsabilidad y deciden mantenerse en el encuentro con los otros. Reconocer en la condición humana la necesidad de alteridad es saber de la mismidad, de la extrañeza de la otredad y de la importante salida de sí para verse cara a cara con los demás. El encuentro remite a la deliberación sobre sí, pero es un retorno renovado que no niega la salida próxima, el dinamismo del “en sí” y del “con otros”; elige estar en el instante de salida y en la responsabilidad de elaborar las condiciones para acoger la existencia del otro que también sale de sí. Lévinas reclama un sujeto que no se acobarda frente a la presencia del otro, sino que decidido abre su morada y se arriesga al encuentro, que es una obra dirigida a la singularidad del aquel que es próximo y que poco a poco se acerca y se hace presente. Por eso, la tesis que este escrito trató de sostener fue “el encuentro en Lévinas responde a la filosofía primera de la alteridad”, porque tal alteridad constituye el punto nodal de la filosofía primera de este autor, sostenida en dimensiones como mismidad, otredad y rostro. El encuentro no constituye otra expresión de egología, sino que en él el sujeto trasciende la mismidad y ofrece su presencia para la relación con otro que le pide el diálogo, la obra, la mirada en el rostro que le hace singular y particularmente responsable del resultado de la puesta en marcha de la alteridad. El sujeto que acoge se pone en juego a sí mismo, al dar-se en hospitalidad se desnuda, se muestra en una obstinación por la relación humana sincera y honesta que implica abrirse al otro que llega para ser tratado con la dulzura y la exigencia de la alteridad; es decir, como lo plantea en “Entre nosotros” Lévinas (2001 a) “esta inversión radical se produce en lo que llamamos encuentro con el rostro del otro”
APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE RESPONSABILIDAD EN LÉVINAS: IMPLICACIONES EDUCATIVAS
En relacion a este articulo profundiza las relaciones que se establecen entre ética y educación a partir de la responsabilidad como categoría ética de análisis. centra en responder al compromiso de hacerse cargo del otro. Implica que frente a cualquier otro he adquirido una obligación, una dependencia ética de la que no me puedo desprender. La educación es también respuesta ética a la demanda del otro. Solo cuando el educador se hace responsable del otro, responde a este en su situación, se preocupa y ocupa de él desde la responsabilidad, entonces, y solo entonces, se está en condiciones de educar. Por ello, cuando postulamos otro modelo de educación, estamos demandando otros presupuestos éticos como punto de partida de la acción educativa, aquellos presupuestos que explican al hombre con un rostro más humano. Hay otra ética (levinasiana) enraizada en el sentimiento que puede servir de soporte para una pedagogía de la acogida y de la compasión.
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