La Paradoja.

En la sociedad en la que actualmente vivimos, llenas de conflictos, prejuicios, ideas diferentes, y otros elementos que desgastan nuestro sentir y retrasan a nuestra sociedad que perjudica a cada uno de nosotros, será necesario cambiar nuestra forma de pensar y la forma de involucrarnos con nuestro prójimo. No solo para sentirnos satisfechos con nuestro día a día, sino para sentir una satisfacción de  aquello que nos distingue y nos hace grandes como seres humanos.

En el libro La Paradoja, aparece el personaje principal que es John, un talentoso empresario que se encuentra en un periodo difícil en su vida.

John había tenido una vida exitosa en su vida laboral como familiar, sin embargo cada día existía más presión de todas las organizaciones de las que formaba parte ya que estos mismos no están cumpliendo con las necesidades que debían.

Sin duda John ya no se sentía a gusto, no disfrutaba de la vida como antes y cada vez más tenia conflictos con su esposa e hijos. Su esposa empieza a notar la situación de deterioro y comienza a reclamar más su atención, hasta llegar a pensar a divorciarse.

A Jonh se le presenta la oportunidad de alejarse de todo, al asistir a un Monasterio Cristiano. Allí conoce al Simeón, que le mostrara la forma de encarar su situación con los demás y cambiar su vida.

LAS DEFINICIONES

Simeón, que realmente su nombre era Leonard Hoffman antes de entrar al seminario, era un exitoso empresario. Simeón era el nombre que John perseguía desde a su muy poca edad, ya que en sus sueños le decían que  encontrara a Simeón y que lo escuchara.

En la Paradoja se encontraban 6 personas que por alguna u otra razón portaban ese cargo de liderazgo y que en la semana que estarían en el seminario compartirían sus conocimientos y opiniones acerca de cómo es el liderazgo.

Simeón menciona que siempre que se reúnen  más de dos personas, se puede desarrollar el liderazgo. El cual define como: el arte de influir sobre la gente para que trabaje con entusiasmo en la consecución de objetivos en pro del bien común. 

Se involucran dos palabras en la definición de liderazgo:

1. Arte: es una destreza que se desarrolla ya no se nace con ella, e;
2. Influir: que es conseguir que un grupo de personas realicen  nuestra voluntad por convicción, no porque exista un poder de intermedio.

Las cuales comparan con el poder y la autoridad.

El poder: la capacidad de forzar o coaccionar a alguien, para que este, aunque preferiría no hacerla, haga tu voluntad debido a tu posición o tú fuerza.

Y Autoridad: el arte de conseguir que la gente haga voluntariamente lo que tú quieres debido a tu influencia personal.

En el libro el pastor Simeón, les pide que realicen una lista sobre las características de aquella persona que haya influido en su vida, para así tomar en cuenta los comportamiento de quede tener un líder. Muchos de ellos coinciden y se enumeran las siguientes:

• Ser Honrado, digno de confianza
• Ser el ejemplo
• Estar pendiente de los demás
• Estar Comprometido
• Estar atento
• Exigir responsabilidad a la gente
• Tratar a la gente con respeto
• Animar a la gente
• Tener actitud positiva, entusiasta
• Apreciar a la gente

Por lo tanto un buen líder nunca debe olvidar estos buenos comportamientos, además de siempre realizar sus tareas y llevar a cabo una buena relación entre personas, ya que somos seres humanos con la capacidad de involucrarnos e intercambiar ideales unos con los otros y llevar las tareas al 100% para sí realizar un objetivo y lograr un bien en común.

EL PARADIGMA ANTIGUO

En el segundo capítulo muestra la importancia de saber escuchar a los demás.

John se dio cuenta que él no sabía escuchar, gracias a que Simeón le hizo ver que suele interrumpir a la otra persona cuando aún no ha terminado de expresar lo que está diciendo.

He comprendido, que el saber escuchar a las personas aun cuando no se esté de acuerdo con lo que ellos dicen, tiene que ser una cuestión básica de crecimiento cotidiano.

Mama siempre me dijo que si aprendía escuchar, llegaría muy lejos. Frecuentemente me antepuso la diferencia entre escuchar y oír.

Se nos dijo que oír solo era percibir el los sonidos producidos ya fuera por música o el intercambio de palabras con una persona; y el escuchar, que no solo era escuchar el sonido percibido sino que el escuchar es un acto de  atención, concentrarnos para pensar y poder razonar lo que se nos está expresando.

Además de que continuamente nos decía que el escuchar y el dejar hablar a los otros, demuestra una mejor educación y un crecimiento mental.

Comprendí que el escuchar con atención es cuestión de interés e importancia personal para brindar al otro.

Somos un mundo de habla y para comprender lo que está pasando y tener un mejoramiento tanto personal como en todos los ámbitos, debemos ser dignos de atención.

EL MODELO 

-. El liderazgo empieza con la voluntad, que es la única capacidad que, como seres humanos, tenemos para que nuestras acciones sean consecuentes con nuestras intenciones y para elegir nuestro comportamiento. Con la voluntad adecuada, podemos elegir amar, verbo que tiene que ver con identificar y satisfacer las legítimas 1ecesidades, no los deseos, de aquellos a los que dirigimos. Al satisfacer las necesidades de los otros, estamos llamarlos, por definición, a servirles e incluso a sacrificamos por ellos. Cuando servimos a los otros y nos sacrificamos por ellos, estamos forjando nuestra autoridad o influencia, por la «Ley de la Cosecha» como decía Teresa. Y cuando forjamos nuestra autoridad sobre la gente, entonces es cuando nos ganamos el derecho a ser llamados líderes. –

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