MOTIVACIÓN Y RENDIMIENTO ESCOLAR

Introducción

Siempre ha existido una recompensa para el estudiante, pero muchas veces esta ha sido confundida, ya que se piensa que la recompensa es pasar el examen y obtener una buena calificación, sin embargo, la verdadera recompensa es aprender, por lo tanto, al alumno hay que enseñarle a aprender a aprender.

Se dice que se eleva el nivel de estrés en un estudiante cuando se le aplica un examen, pero realmente, hasta dónde repercute ese estrés para que el alumno resuelva satisfactoriamente o insatisfactoriamente dicho examen? Es cuando aparece la intervención del autoconcepto, ya que el actuar del alumno depende directamente de la manera de cómo maneja su estrés, y cómo prevalece la seguridad en sí mismo de que sí cuenta con los conocimientos necesarios para desarrollar un buen examen, pero si no domina dicho estrés, lo más seguro es que el examinado no obtendrá buenos resultados.

Motivación escolar

Las estrategias de apoyo son ahora más que nunca requeridas para lograr un estado propicio de aprendizaje, ya que los factores negativos externos son muchos (mala alimentación, problemas familiares, etc.), y hay que tratar de que estas sean las más idóneas para el soporte del buen desarrollo del alumno.

Las teorías motivacionales, nos demuestran la importancia que tienen los componentes de valor, de expectativas y afectivos, ya que no basta con que el maestro le dé la orden al alumno de que haga x tarea, sino que hay que hacerle ver el por qué y para qué servirá realizarla.

Expertos en la materia, han desarrollado una serie de modelos motivacionales, entre los que se encuentran Weiner (Teoría de la motivación atribucional), Covington y Omelich (Teoría de la autovalía), Dweck (Metas de aprendizaje / Metas de rendimiento), Nicholls (Atención orientada a la tarea versus atención orientada al yo), Wellbourn y Connell (Modelo de control percibido e implicación motivacional y rendimiento en la escuela), entre muchos otros.

En suma, los análisis de la motivación de rendimiento realizados por estos autores, nos proporcionan una mayor comprensión de la conducta orientada al logro de los estudiantes, y nos ofrecen ideas acerca de cómo mejorar el desarrollo de esquemas motivacionales en el aula. Y aunque cada una de estas teorías o modelos sean diferentes, la generalidad nos expone cómo las acciones y decisiones de los alumnos, influyen en sus resultados.

La mayoría de estas teorías, nos muestran cómo una misma acción (fracaso), para unos es motivante y para otros depresivo, por lo tanto, hay que enseñar al alumno a atribuir sus logros a sí mismo, y sus fracasos a agentes que ellos mismos pueden controlar (esfuerzo, estrategias de aprendizaje, etc.). Asimismo, nos muestran que los educadores deben intervenir con sus estudiantes ante un historial repetitivo de fracasos, dicho coloquialmente, romper la cadena o el patrón de sus constantes derrotas, diseñando

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