Observación y deducción: Análisis del método Holmes
Enviado por Flor Amado • 16 de Septiembre de 2015 • Monografía • 3.196 Palabras (13 Páginas) • 509 Visitas
El policial clásico y la complejidad de la mente
En el mundo de la literatura policial, se pueden encontrar dos submundos con personajes y argumentos completamente diferentes. En la novela policial negra, el protagonista tiende a involucrarse directamente en los casos y se destaca sobre sus pares por su valentía y valor moral en escenarios de peligro y violencia, donde traspasará la línea de la ley con tal de conseguir su objetivo. Por otro lado, en la categoría original del género policial llamada clásica o de enigma, los casos suelen tener componentes obtusos y desafíos mentales que serán resueltos por el detective utilizando la lógica y el análisis de las situaciones planteadas. Entre los más populares de esta categoría se encuentran Auguste Dupin, primer personaje detectivesco y creado por Edgar Allan Poe, Hércules Poirot, introducido a la literatura por Agatha Christie, y Sherlock Holmes, celebre detective surgido de la mente de Sir Arthur Conan Doyle.
Más allá de la destreza de todos estos íconos de la novela policial clásica, el último nombrado demuestra a lo largo de sus correspondientes relatos un método analítico casi infalible y que sorprende a los personajes que lo rodean constantemente por las deducciones que lleva a cabo basándose en detalles de observación. Esta disciplina recibe una gran atención en las discusiones relacionadas con la actividad mental humana, con el objetivo de estudiar a fondo los mecanismos en el cerebro del detective al momento de resolver enigmas de gran dificultad.
Los acontecimientos, corrientes y pensadores, componentes importantes en la creación de este detective que se convirtió en un representante de la novela policial inglesa, fueron reales y vigentes a fines del siglo XIX. Por lo tanto, es muy alta y discutida la chance de que el método mental establecido en los relatos sea verídico y posible en miembros normales de la sociedad
A lo largo de las diversas entregas de dicho autor, el propio personaje da a conocer muchas de las técnicas que utiliza y los pasos que sigue en su mente de forma automática para llegar a los resultados que enuncia; los mismos, a pesar de la inicial confusión que generan en los espectadores, constan de procedimientos básicos de observación y relación que pueden ser llevados a cabo con un comportamiento cerebral adoptado con perseverancia. Este comportamiento es conocido como método Holmes, y será desarrollado a lo largo de este estudio tomando en cuenta las características de la época tratada y el proceso mental en cuestión.
La nuevas tendencias científicas
La primera mitad del siglo XIX se caracterizó por la presencia de relatos enfocados en el pasado y en la representación de lo nacional, lo cual decantó en los movimientos luego conocidos como romanticismo. En esta era predominan los argumentos sentimentales, siendo el amor el tema central de todas las obras y con finales usualmente trágicos. A su vez comienza a ser fomentada la alfabetización de la población, por lo cual la literatura tiene un primer plano junto con la recuperación de antiguos relatos tradicionales adaptados en forma de cuentos infantiles, tales como aquellos popularizados por los hermanos Grimm. Poco a poco los personajes de las historias se vuelven más complejos e incomprendidos, reflejando al deseo de los escritores de destacar entre sus pares por su originalidad.
A pesar de que el romanticismo llega a su auge durante la década de 1940, algunos autores abandonan esta tendencia por el realismo, optando por retratar la realidad y la sociedad tal cual es; este estilo reemplaza a su predecesor por completo para mediados de siglo. Durante este período Edgar Allan Poe introduce la novela policial con su obra titulada Los crímenes de la calle Morgue, mostrando a un investigador aficionado que utiliza su intelecto para la resolución de casos.
La nueva literatura posee una redacción llena de detalles y tramas relacionadas con la psicología y la injusticia social, esto último especialmente cuando la corriente llega a América. Las estructuras preestablecidas de la escritura comienzan a ser dejadas de lado, aunque aún quedan rasgos del romanticismo y su estética, a la vez que surge la ciencia ficción de la mano de Julio Verne. El naturalismo llega como una rama del realismo para representar al hombre en su forma más objetiva y científica, basando sus acciones en su ambiente y antepasados. La gran variedad que permiten estas nuevas corrientes se muestran en los diversos tópicos tocados durante fines de siglo, incluyendo relatos con enseñanzas morales, tendencias feministas y abiertas críticas a las visiones superficiales.
Introducción de Conan Doyle al mundo del crimen
Los últimos cambios enfocados en el escepticismo y la ciencia que experimentó la literatura del siglo XIX fueron vividos por Arthur Conan Doyle, nacido en 1859 en una familia inglesa de artistas de la caricatura. Con un padre alcohólico y derrochador, la casa era mantenida con dificultades; él pudo permitirse una educación gracias al apoyo económico brindado por sus tíos.
Cuando comenzó su carrera de medicina en la Universidad de Edimburgo en 1876, a la edad de 17 años, conoció a Joseph Bell, un profesor y médico (precursor de la rama forense) que tenía cierto reconocimiento en la zona por resolver casos de gran complicación para la policía, sin pedir ningún crédito al respecto. Este hombre utilizaba técnicas de deducción muy particulares basadas en la observación de detalles que, para cualquier persona, pasarían desapercibidos o simplemente como irrelevantes. Gracias a este método, el profesor era capaz de reconocer el oficio y la historia de una persona con observar puntos específicos de su vestimenta, forma de caminar u objetos personales. Además mostraba un gran talento al aplicar la ciencia a la criminología, siendo el primero en resolver un crimen realizando una autopsia, detectando que la causa de la muerte de una mujer apuñalada no fue la herida sino una infección bacteriana (área poco investigada en esa época) contenida en los cortes.
Joseph Bell sirvió a Arthur Conan Doyle como modelo para crear, diez años después, al reconocido personaje Sherlock Holmes, quien utilizaba en sus novelas el mismo método analítico que el mentor de su creador. Tal como la fuente de su inspiración, este personaje es un visionario con la habilidad de notar características de la apariencia de una persona u objeto y relacionarlas con aspectos relevantes para su caso.
Los pasos de aplicación
El nacimiento de Sherlock Holmes se remonta al año 1879, en el cual se publicó la primera novela sobre él, llamada Estudio en escarlata. En esta primera entrega, el doctor del ejército John Watson, el narrador del
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