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Reflexión Stuart Mill


Enviado por   •  5 de Noviembre de 2020  •  Informe  •  2.448 Palabras (10 Páginas)  •  174 Visitas

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Reflexión Mill

En este ensayo responderé sobre la disyuntiva entre acción y opinión (según Mill) materializándose en esta pregunta, ¿es conveniente que el Estado adopte la misma postura frente, por un lado, a las opiniones que defienden la violencia física y, por otro lado, a las acciones que realizan dicha violencia?

Para comenzar mi argumentación, hay que decir que no es conveniente que el estado adopte una postura de censura o de represión a opiniones que defienden la violencia física, pero si a las acciones que concreten un acto de violencia física.

Antes que todo, hablare sobre la violencia, en que Mill la justifica o apoya solamente cuando esta violencia es una manera de responder a otro acto de violencia anterior efectuado a la persona, en pocas palabras la propia defensa o la legitima defensa, citare a Stuart Mill - “Este principio consiste en afirmar que el único fin por el cual es justificable que la humanidad, individual o colectivamente, se entremeta en la libertad de acción de uno o de cualquiera de sus miembros es la propia protección” - (pág. 73). Ahora bien, Stuart Mill está en contra de la violencia, ya que al efectuarla se está limitando la libertad del violentado y por más que uno tenga la libertad de hacer lo que quiera, en esta hay un límite.

¿Cuál es este límite? Bueno el limite se determina en que ámbito queda los actos de la vida humana, y que estos dos ámbitos son; el ámbito público y el privado. Por la parte del ámbito público, se refiere a la vida de uno mismo hacia los demás, ya sea profesión, familia, etc. En pocas palabras la vida social, en este ámbito no podemos hacer lo que queramos debido a que el estado establece cuales son las normas de comportamiento en el ámbito público, por lo que regula la interacción social entre los individuos. Todo lo contrario, es el ámbito privado, en este, el Estado no puede regularte o imponerte ni una norma, este ámbito tiene que ver con las creencias, con la filosofía, etc., En otras palabras, el ámbito de las ideas y del pensar.

Ya explicado lo de la violencia y que esta al ejercerla a un tercero siempre se estará efectuando en un ámbito público, por lo que el estado podría regular. Es intuitivo pensar que, si uno no puede violentar al otro, es normal que también se regulen las opiniones violentas, pero acá hay una distinción, ya que entramos al campo entre las acciones y opiniones.

        Stuart Mill tiene una posición muy clara sobre las opiniones, en que debe haber una plena libertad de esta, y que nada que con lo que tenga que ver hablar o pensar pueda censurarse cito- “…exigiendo la libertad de conciencia en el mas comprensivo de sus sentidos; la libertad de pensar y sentir, la más absoluta libertad de pensamiento y sentimiento sobre todas las materias, practicas o especulativas, científicas, morales o teológicas”. (pág. 77). Siguiendo el tema, Mill expone que no se debe silenciar a los demás, por mas que sus opiniones o ideas sean correctas o incorrectas, ya que primero, no sabemos que opiniones están correctas o incorrectas y segundo, nadie debería tener la capacidad de silenciar al otro, por más que la mayoría (pueda o no tener la razon) no deben silenciar al individuo y también viceversa, por mas que el individuo tenga la razon o no, no debería silenciar a la mayoría, como bien dice en el libro – “Si toda la humanidad, menos una persona, fuera de una misma opinión, y esta persona fuera de opinión contaría , la humanidad seria tan injusta impidiendo que hablase como ella misma lo sería si teniendo poder bastante impidiera que hablara la humanidad”- (pág. 81)

En conclusión, Mill esta en contra de la violencia que se le pueda ejercer a otro individuo (excepto en cierto caso) pero esta a favor de que cualquier manera de pensar, ya que la menara de pensar viene intrínsecamente del humano, y pensar viene prácticamente inseparable del hablar (ósea del expresar opinión), por lo que no se puede forzar a los individuos (ya sea moral o físicamente) a pensar o no pensar ciertas cosas.

En este ensayo responderé sobre la disyuntiva entre acción y opinión (según Mill) materializándose en esta pregunta, ¿es conveniente que el Estado adopte la misma postura frente, por un lado, a las opiniones que defienden la violencia física y, por otro lado, a las acciones que realizan dicha violencia?

Para comenzar mi argumentación, hay que decir que no es conveniente que el estado adopte una postura de censura o de represión a opiniones que defienden la violencia física, pero si a las acciones que concreten un acto de violencia física.

Antes que todo, hablare sobre la violencia, en que Mill la justifica o apoya solamente cuando esta violencia es una manera de responder a otro acto de violencia anterior efectuado a la persona, en pocas palabras la propia defensa o la legitima defensa, citare a Stuart Mill - “Este principio consiste en afirmar que el único fin por el cual es justificable que la humanidad, individual o colectivamente, se entremeta en la libertad de acción de uno o de cualquiera de sus miembros es la propia protección” - (pág. 73). Ahora bien, Stuart Mill está en contra de la violencia, ya que al efectuarla se está limitando la libertad del violentado y por más que uno tenga la libertad de hacer lo que quiera, en esta hay un límite.

¿Cuál es este límite? Bueno el limite se determina en que ámbito queda los actos de la vida humana, y que estos dos ámbitos son; el ámbito público y el privado. Por la parte del ámbito público, se refiere a la vida de uno mismo hacia los demás, ya sea profesión, familia, etc. En pocas palabras la vida social, en este ámbito no podemos hacer lo que queramos debido a que el estado establece cuales son las normas de comportamiento en el ámbito público, por lo que regula la interacción social entre los individuos. Todo lo contrario, es el ámbito privado, en este, el Estado no puede regularte o imponerte ni una norma, este ámbito tiene que ver con las creencias, con la filosofía, etc., En otras palabras, el ámbito de las ideas y del pensar.

Ya explicado lo de la violencia y que esta al ejercerla a un tercero siempre se estará efectuando en un ámbito público, por lo que el estado podría regular. Es intuitivo pensar que, si uno no puede violentar al otro, es normal que también se regulen las opiniones violentas, pero acá hay una distinción, ya que entramos al campo entre las acciones y opiniones.

        Stuart Mill tiene una posición muy clara sobre las opiniones, en que debe haber una plena libertad de esta, y que nada que con lo que tenga que ver hablar o pensar pueda censurarse cito- “…exigiendo la libertad de conciencia en el mas comprensivo de sus sentidos; la libertad de pensar y sentir, la más absoluta libertad de pensamiento y sentimiento sobre todas las materias, practicas o especulativas, científicas, morales o teológicas”. (pág. 77). Siguiendo el tema, Mill expone que no se debe silenciar a los demás, por mas que sus opiniones o ideas sean correctas o incorrectas, ya que primero, no sabemos que opiniones están correctas o incorrectas y segundo, nadie debería tener la capacidad de silenciar al otro, por más que la mayoría (pueda o no tener la razon) no deben silenciar al individuo y también viceversa, por mas que el individuo tenga la razon o no, no debería silenciar a la mayoría, como bien dice en el libro – “Si toda la humanidad, menos una persona, fuera de una misma opinión, y esta persona fuera de opinión contaría , la humanidad seria tan injusta impidiendo que hablase como ella misma lo sería si teniendo poder bastante impidiera que hablara la humanidad”- (pág. 81)

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