STEPHANIE MEYER Twilight
Enviado por ghenewonth • 24 de Noviembre de 2012 • Trabajo • 16.253 Palabras (66 Páginas) • 425 Visitas
STEPHANIE MEYER
CREPUSCULOÍNDICE
PREFACIO ............................................... ......... 4
PRIMER ENCUENTRO........ ............................... 5
LIBRO ABIERTO.............................. ................17
EL PRODIGIO................................................ .28
LAS INVITACIONES. ....................... ................36
GRUPO SANGUINEO ................................ .....45
CUENTOS DE MIEDO .......................... ...........58
PESADILLA ...................................... ..............68
PORT ANGELES ....................... ......................78
TEORIA ....................... ..................................91
INTERROGATORIOS ................................. ....100
COMPLICACIONES ............................ ...........111
JUEGOS MALABARES................................... 120
CONFESIONES ........ ....................................132
MENTE VERSUS CUERPO ............................145
LOS CULLEN............................................... ..158
CARLISLE .............................. ......................170
EL PARTIDO ......................................... ........177
LA CAZA ................... ..................................191
DESPEDIDAS .................................. .............199
IMPACIENCIA ................................... ............207
LA LLAMADA ............................... ................216
EL JUEGO DEL ESCONDITE ...................... ....221
EL ANGEL ................................................ ....230
PUNTO MUERTO ................................... .......234
EPILOGO ........................... ..........................245
— 2 —Para mi hermana mayor Emily,
sin cuyo entusiasmo esta historia
aún seguiría inconclusa.
El revela honduras y secretos,
conoce lo que ocultan las tinieblas,
y la luz mora junto a Él.
Daniel 2:22
— 3 —PREFACIO
Nunca me había detenido a pensar en cómo iba a morir, aunque me habían sobrado los
motivos en los últimos meses, pero no hubiera imaginado algo parecido a esta situación
incluso de haberlo intentado.
Con la respiración contenida, contemplé fijamente los ojos oscuros del cazador al otro
lado de la gran habitación. Éste me devolvió la mirada complacido.
Seguramente, morir en lugar de otra persona, alguien a quien se ama, era una buena
forma de acabar. Incluso noble. Eso debería contar algo.
Sabía que no afrontaría la muerte ahora de no haber ido a Forks, pero, aterrada como
estaba, no me arrepentía de esta decisión. Cuando la vida te ofrece un sueño que supera con
creces cualquiera de tus expectativas, no es razonable lamentarse de su conclusión.
El cazador sonrió de forma amistosa cuando avanzó con aire despreocupado para
matarme.
— 4 —PRIMER ENCUENTRO
Mi madre me llevó al aeropuerto con las ventanillas del coche bajadas. En Phoenix, la
temperatura era de veinticuatro grados y el cielo de un azul perfecto y despejado. Me había
puesto mi blusa favorita, sin mangas y con cierres a presión blancos; la llevaba como gesto de
despedida. Mi equipaje de mano era un anorak.
En la península de Olympic, al noroeste del Estado de Washington, existe un pueblecito
llamado Forks cuyo cielo casi siempre permanece encapotado. En esta insignificante localidad
llueve más que en cualquier otro sitio de los Estados Unidos. Mi madre se escapó conmigo de
aquel lugar y de sus tenebrosas y sempiternas sombras cuando yo apenas tenía unos meses.
Me había visto obligada a pasar allí un mes cada verano hasta que por fin me impuse al
cumplir los catorce años; así que, en vez de eso, los tres últimos años, Charlie, mi padre, había
pasado sus dos semanas de vacaciones conmigo en California.
Y ahora me exiliaba a Forks, un acto que me aterraba, ya que detestaba el lugar.
Adoraba Phoenix. Me encantaba el sol, el calor abrasador, y la vitalidad de una ciudad
que se extendía en todas las direcciones.
—Bella —me dijo mamá por enésima vez antes de subir al avión—, no tienes por qué
hacerlo.
Mi madre y yo nos parecemos mucho, salvo por el pelo corto y las arrugas de la risa.
Tuve un ataque de pánico cuando contemplé sus ojos grandes e ingenuos. ¿Cómo podía
permitir que se las arreglara sola, ella que era tan cariñosa, caprichosa y atolondrada? Ahora
tenía a Phil, por supuesto, por lo que probablemente se pagarían las facturas, habría comida en
el frigorífico y gasolina en el depósito del coche, y podría apelar a él cuando se encontrara
perdida, pero aun así...
—Es que quiero ir —le mentí. Siempre se me ha dado muy mal eso de mentir, pero
había dicho esa mentira con tanta frecuencia en los últimos meses que ahora casi sonaba
convincente.
—Saluda a Charlie de mi parte —dijo con resignación.
—Sí, lo haré.
—Te veré pronto —insistió—. Puedes regresar a casa cuando quieras. Volveré tan
pronto como me necesites.
Pero en sus ojos vi el sacrificio que le suponía esa promesa.
—No te preocupes por mí —le pedí—. Todo irá estupendamente. Te quiero, mamá.
Me abrazó con fuerza durante un minuto; luego, subí al avión y ella se marchó.
Para llegar a Forks tenía por delante un vuelo de cuatro horas de Phoenix a Seattle, y
desde allí a Port Angeles una hora más en avioneta y otra más en coche. No me desagrada
volar, pero me preocupaba un poco pasar una hora en el coche con Charlie.
Lo cierto es que Charlie había llevado bastante bien todo aquello. Parecía realmente
complacido de que por primera vez
...