Secuestro Emocional
Enviado por seyardo • 20 de Agosto de 2014 • 1.450 Palabras (6 Páginas) • 292 Visitas
Secuestro emocional
Se puede interpretar en pequeños relatos de cómo la la mente humana pierde totalmente su conciencia y cae en un remolino de sus propias emociones, dando de sí una caída en el azar e incertidumbre de lo que sucede a su alrededor, sin consciencia. No siempre los arrebatos emocionales pueden ser malo, también pueden ser buenos dependiendo de la circunstancias y de los factores que intervienen en las acciones de los individuos. Pero todo radica en la amígdala, una glándula que controla las emociones humanas y que sin ella no se puede experimentar emociones ni sentimientos, esa pequeña glándula puede ser tan esencial para la vida que sin ella no hay una interpretación de los sentimientos que nos rodea de las demás personas. También nos sirve para identificar nuestras emociones, la amígdala es una glándula poderosa.
La sede de todas las pasiones
Como es un caso de cómo las emociones nos sirven para corresponder a las personas que queremos, una persona sin amígdala, no puede sentir afecto por otras personas, ni con amigos, ni familiares ni con su propia madre, las emociones en cierto sentido son un destacado para decir que estamos vivos y que podemos sentir. Por eso se dice que una persona no puede vivir sin amígdala
El repetidor emocional
La amígdala se convierte en un importante vigía de la vida mental, una especie de centinela psicológico que afronta toda situación, toda percepción, considerando una sola cuestión, la más primitiva de todas: “¿Es algo que odio? ¿Qué me pueda herir? ¿A lo que temo?” En el caso de que la respuesta a esta pregunta sea afirmativa, la amígdala reaccionará al momento poniendo en funcionamiento todos sus recursos neurales y cablegrafiando un mensaje urgente a todas las regiones del cerebro.
En la arquitectura cerebral, la amígdala constituye una especie de servicio de vigilancia dispuesto a alertar a los bomberos, la policía y los vecinos ante cualquier señal de alarma. En el caso de que, por ejemplo, suene la alarma de miedo, la amígdala envía mensajes urgentes a cada uno de los centros fundamentales del cerebro, disparando la secreción de las hormonas corporales que predisponen a la lucha o a la huida, activando los centros del movimiento y estimulando el sistema cardiovascular, los músculos y las vísceras: La amígdala también es la encargada de activar la secreción de dosis masivas de noradrenalina, la hormona que aumenta la reactividad de ciertas regiones cerebrales clave. Entre las que destacan aquéllas que estimulan los sentidos y ponen el cerebro en estado de alerta. Otras señales adicionales procedentes de la amígdala también se encargan de que el tallo encefálico inmovilice el rostro en una expresión de miedo, paralizando al mismo tiempo aquellos músculos que no tengan que ver con la situación, aumentando la frecuencia cardiaca y la tensión sanguínea y enlenteciendo la respiración. Otras señales de la amígdala dirigen la atención hacia la fuente del miedo y predisponen a los músculos para reaccionar en consecuencia. Simultáneamente los sistemas de la memoria cortical se imponen sobre cualquier otra faceta de pensamiento en un intento de recuperar todo conocimiento que resulte relevante para la emergencia presente.
Estos son algunos de los cambios cuidadosamente coordinados y orquestados por la amígdala en su función rectora del cerebro (véase el apéndice C para tener una visión más detallada a este respecto). De este modo, la extensa red de conexiones neuronales de la amígdala permite, durante una crisis emocional, reclutar y dirigir una gran parte del cerebro, incluida la mente racional
El Centinela Emocional y respuesta de lucha o huida
Se puede decir que la amígdala es un centinela emocional, capaz de secuestrar al cerebro a realizar hazañas que al estar consientes somos incapaces de hacer, como un claro ejemplo de cómo un niño de 14 años ve que su padre pierde el control del gato hidráulico que sostenía el vehículo que se encontraba encima de su padre, el vehiculo cae y este atrapa lo atrapa, luego el niño va enseguida al rescate, sin tener consciencia de lo que sucede, este logra levantar el auto y liberar a su padre de una prisión aplastante de una tonelada. Esta Glándula actúa mucho más rápido de lo que nuestra mente consciente lo haría, dando resultados asombrosos.
En uno de los descubrimientos más interesantes realizados en la última década sobre la emoción, LeDoux descubrió el papel privilegiado que desempeña la amígdala en la dinámica cerebral como una especie
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