Secuestro

El total de los rehenes de los narcos son diez en diferentes partes de la ciudad, entre las negociaciones con Villamizar y el gobierno logran liberar a seis de los secuestrados. En sólo un caso la policía consigue encontrar un escondite donde están dos de los siete periodistas secuestrados, en el tiroteo con los secuestradores muere uno de los secuestrados. A Marina Montoya, la tercera rehén en el cuarto de Maruja y Beatriz, la matan para vengar una traición. La sacan un día del cuarto con la promesa de liberarla, los guardianes toman el televisor y la radio para que Maruja y Beatriz no puedan oír las noticias sobre la muerte de Marina. Las mujeres sospechan que la "liberación" de Marina es una mentira, semanas después sacan a Beatriz del cuarto con la misma promesa de liberarla. Ella tiene el miedo más grande de su vida cuando la llevan en el baúl de un coche a otro barrio de Bogotá, donde la dejan sola y toma un taxi para su casa. Ahora Maruja se encuentra sola ve la televisión para animarse con la buena noticia de la liberación de Beatriz, aunque mezclada con el sabor agridulce de la muerte de Marina. Gracias a unos jefes del cártel de Medellín que se han entregado a la justicia y que viven en una cárcel especial dan las cartas de Villamizar a Escobar. El también se entregaría si recibiera la garantía del gobierno de no ser extraditado y que pudiera también vivir seguramente en una cárcel como los demás. Escobar también exige seguridad para su familia. Como medio de presión tiene los últimos dos rehenes, Santos y Maruja, ambos en diferentes barrios de Bogotá ,aunque la posición oficial del gobierno insiste en la extradición lo cual lleva a unas largas negociaciones. Finalmente se consigue la suspensión de la extradición y se trata de encontrar condiciones y un lugar adecuado para la cárcel de Escobar que aceptaría el mayor obstáculo para su rendición es el ejército privado de Escobar. Lo que el gobierno quiere es que Escobar se desarme junto a sus 15 capitanes principales y juntos vayan a la cárcel al final llegan a un acuerdo una finca en las afueras de Medellín es preparada para servir como cárcel segura, sólo para Escobar y sus capitanes a finales de Abril de 1991, los narcotraficantes anuncian la liberación de Francisco Santos y Maruja los cuales son liberados unos días después.

Dejan a Maruja en un barrio de Bogotá, ella corre inmediatamente a la casa más cercana y llama a su esposo el cual rápidamente va con sus y la orda de periodistas detrás de el. Unas horas después también Santos es liberado de esta manera, ocho de los diez secuestrados viven el jubiloso regreso a casa. Dos años después Maruja se convierte en Ministra de Educación de Colombia.

La construcción de la cárcel está apunto de terminarse cuenta con una cerca doble electrificada a cinco mil voltios y siete garitas de vigilancia esto se hizo para impedir que Escobar se fugara

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