TRABAJO: “HISTORIA DEL DERECHO ROMANO”
Enviado por caradeperro69 • 18 de Noviembre de 2015 • Ensayo • 1.645 Palabras (7 Páginas) • 315 Visitas
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I.N.E.S.A.P
ALUMNA:
JESSICA NOHEMÍ CID BUSTOS
MATERIA:
DERECHO ROMANO
PROFESOR:
LIC. LINO JORGE GÁMEZ CHÁVEZ
CUATRIMESTRE:
PRIMERO
GRUPO:
4
TRABAJO:
“HISTORIA DEL DERECHO ROMANO”
¿Que el contrato social? Podríamos decir, para empezar, que es un extracto de una obra mucho más amplia que Rousseau proyectó durante su estancia en Venecia en los años 1743 a 1744 como secretario del embajador de Francia.
Así lo describe el autor al principio de su obra, al dar la siguiente advertencia al lector:
“Éste pequeño tratado es un extracto de una obra mucho más amplia, emprendida hace tiempo sin haber consultado mis fuerzas y que abandone hace mucho. De las diversas partes que componen dicho grupo esto es la más importante y la menos indigno de ser ofrecido el público. El resto ya no existe.”
Su toma de contacto con los entresijos en la política y su decepción ante las instituciones venecianas, que gozaban de gran crédito en Europa, impulsaron emprender la tarea de exponer ante el mundo los principios de un buen gobierno.
El ambicioso plan consistía en elaboración de un vasto tratado sobre las instituciones políticas que sirvieran como fundamento del derecho político, el subtítulo de la obra, principios de derecho político, refleja mejor que el título las intenciones del autor.
Encontramos en esta obra una tremenda preocupación por la realidad y por asentar sus principios tomando los hombres tal y como son.
Algunos autores contemporáneos de Rousseau, e inclusive a la fecha, siguen considerando “el contrato social” como una obra utópica, pero la utopía plasmada en esta obra es una utopía realista que se encarna en la historia, que ha existido realmente, que se puede citar en un tiempo y un espacio concretos, a diferencia de la ciudad utópica, que no tiene presente ni pasado, que queda fuera del historia, o del mito lustrado, que se enclava en un futuro hipotético.
El modelo político propuesto en el contrato social aúna así las antiguas instituciones políticas y deslizadas en la mente del autor por la lejanía y el recuerdo con la ciudad- estado del curro menos cuyas virtudes y costumbres modélicas le enseñó reverenciar su padre.
El pueblo reunido en asamblea, legislando, como lo hacían los antiguos griegos y romanos es el sistema que Rousseau propone como ideal al Europa ilustrada, a esa Europa de los grandes estados nacionales y centralizados, Rousseau tiene la osadía de presentarle como alternativa el modelo de la polis frente a la tendencia creciente a la centralización; el autor, aconseja por el contrario, a los grandes estados adoptar el modelo federal, y, frente a la burocratización de las grandes monarquías, defiende un antiestatismo que reduzca al mínimo todo tipo de funciones y de cargos, y frente a los grandes ejércitos permanentes propugna las milicias populares.
Sin duda, Juan Jacobo es conciente de ir a contracorriente y de las limitaciones de su modelo político, que sólo podrá ser seguido por unos pocos pueblos en los que aún perviven los valores que idealiza, que todavía no lo han sido sustituidos por intereses mercantiles. Pueblos agrícolas aún no corrompidos por el comercio, la industria y el lujo, que no han destruido todavía los lazos de solidaridad y desarrollado el desmesurado afán de enriquecerse. Pueblos en definitiva, en los que aún prevalecen valores precapitalistas.
La utopía Roussoniana consiste en un intento de detener la marcha de la historia y preservar a esos pueblos poco desarrollados de un progreso que el autor considera destructor.
Rousseau es partidario de un modelo de sociedad austero y autosuficiente, donde los valores éticos predominen sobre los mercantiles, y donde el bien común sea el valor por excelencia. Una sociedad igualitaria donde los pobres no se vean obligados a venderse los ricos, y donde todos los ciudadanos tengan asegurado dos medios de subsistencia, es decir un trozo de tierra que te explique subsistir sin depender de nadie.
La utopía del escritor radica en su pretensión de aferrarse a un modelo de sociedad que la ciencia imparable del capitalismo hace ya inviable.
No se trata de perseguir una igualdad inalcanzable, límites mínimos y realistas: que ningún ciudadano sea tan rico como para comprar a otro, ni ninguno tan pobre como para verse obligado a venderse tal y como firma “el contrato”.
La relación salarial marca el nivel en que dicho límite ha sido sobrepasado y la desigualdad ha alcanzado tanta fuerza que la comunidad se desintegra en una multitud de átomos independientes y egoístas que sólo persigue su propio interés.
El bien común se convierte entonces en una palabra sin sentido.
La propiedad, es asimismo considerada como el fundamento del Estado, esta aparente contradicción ha dado pie para enarbolar numerosas interpretaciones opuestas del pensamiento político del escritor, que ácido por ello considerado carente de unidad y de coherencia.
La controversia puede resultar interminable, salvo que intentemos averiguar el significado del término propiedad en cada uno de dichos textos, entonces la contradicción desaparecerá.
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