VIGILAR Y CASTIGAR Michel Foucault
Enviado por Alberto Granados • 24 de Febrero de 2018 • Tarea • 1.595 Palabras (7 Páginas) • 187 Visitas
Materia: Penitenciaria.
VIGILAR Y CASTIGAR
Michel Foucault. .
Alumna:
Grupo: 4° “A”
Ciclo Escolar: 2015-2016/C.
Profesor:
Email: Fecha: 03-06-16.
VIGILAR Y CASTIGAR.
Michel Foucault en su libro vigilar y castigar nos habla sobre la evolución que han tenido los métodos de castigo y vigilancia desde la sociedad medieval hasta la contemporánea. Entre estos métodos se encuentran los suplicios, las humillaciones públicas, la prisión, entre otras expresiones de poder que se utilizan y han utilizado para así controlar el comportamiento de una sociedad determinada, comenzando desde lo material, lo físico (como torturas, suplicio, castigos) hasta llegar a algo psicológico o al alma misma.
Es evidente que siempre se han necesitado corregir las conductas antisociales es por ello que anteriormente se aplicaban suplicios al cuerpo, lo cual resulto muy efectivo, pero muy discutible ya que si se pretendía corregir la conducta, no debían acabar con la vida. Siendo la iglesia la que castigaba en esa época y por ende tenía el poder punitivo. La tecnología que había en aquellos años hacia que los castigos fueran más dolorosos y apabullantes, razón por la cual el castigo dejo de ser un espectáculo que buscaba intimidar a la población.
Si bien con la forma de castigar se ha modificado igual el objeto a castigar. Por ejemplo el juez es el facultado para sancionar infracciones utilizando un conjunto de juicios, diagnósticos, pronósticos referentes al individuo que delinque. Después se dio un evolución en el sistema penitenciario, en el cual se consideraba al castigo como una función social compleja, y en el cual ya entraba el alma a tomar un ámbito en este nuevo sistema, siendo así que el castigo abandono el cuerpo y se direcciono a el alma y las conciencias. También cabe decir que quien tiene menos poder tiene más probabilidad de ser declarado como condenado, privándolo así de sus libertades y demás lujos de su vida cotidiana. Pero en este caso el alma resulta ser quien recibe la pena, puesto que s ele somete a una restricción inmensa, prolongando el sufrimiento que si bien ya no es corporal, deja secuelas.
Además de los castigos implementados como penas, existían otras más leves como la satisfacción a la persona ofendida, la admonición, censura, la prisión por un tiempo determinado, la abstención de ir a un lugar determinado y multas o confiscaciones de bienes. Pero a pesar de esto siempre se conservaba un rango de dolor, en donde el suplico termina siendo parte del sufrimiento. La pena ha sufrido mutaciones, lo cual implica no un mejoramiento o empeoramiento de las mismas, no su humanización o racionalidad, como habitualmente se sostiene, sino más bien una transformación que responde a los cambios político-económicos de las sociedades occidentales; se trata entonces de un estudio de los métodos punitivos de cara a la economía y la política.
Las razones político-económicas para esta mutación son el desarrollo de la producción, el aumento de las riquezas, una valorización jurídica y moral más intensa de las relaciones de propiedad, entre otras. Lo anterior se refleja en una intolerancia mayor por los delitos económicos. Así mismo, se trata de establecer una economía del poder de castigar que logre estar uniformemente dividida, presente en todas las partes del cuerpo social, y que disminuya la arbitrariedad del soberano: castigar menos, pero mejor; con una severidad más atenuada, pero de manera más universal y necesaria.
La forma y la constitución de las prisiones han variado a través de la hitos que como bien afirmaba Foucault, se encargaba más de una estrategia orientada al dominio sobre los reclusos, por esto se discierne entre la gravedad de los delitos para arles a cada quien un castigo igualitario en proporción a sus crimines. Por esto al infligir la ley y había penas más graves que otras, no se permitia que el individuo condenado a unas penas se encontrara encerrado en el mismo sitio que el criminal condenado a penas más graves. Actualmente en los centros penitenciarios es común ver como se separan por medio de cuadrantes o bloques distintos a los individuos dependiendo de su peligrosidad, al igual, también se diferencian reclusorios de la misma índole. Es por esto que la prisión debe ser un aparato disciplinario exhaustivo y debe ocuparse de todos los aspectos del individuo como su educación, su aptitud en el trabajo, su conducta cotidiana, su actitud moral.
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