Viudo Roman
Enviado por BlackAlk • 14 de Octubre de 2013 • 1.433 Palabras (6 Páginas) • 558 Visitas
Que te haga buen provecho
El machismo sin duda objeto principal de muchos textos, ensayos y relatos, que se han visto inmiscuidos principalmente en la sociedad mexicana adopta dentro de su inmensa bibliografía la obra de “El viudo Román”, texto escrito a manera formal, en prosa, que propone una critica a la cultura social mexicana que era impuesta específicamente en Comitán, un pueblo chiapaneco, ubicado al sur de México. Con este ensayo se pretende exponer de que manera el hombre aprovechaba su situación en tiempos pasados en México.
Transcurrían los años posteriores a la revolución mexicana, cuando Don Carlos Román, hijo de familia acomodada, quien había recibido estudios en el extranjero logrando un titulo de medico, huraño de la vida vivía a la espera de que Dona Cástula su ama de llaves sirviera para el, el ultimo café de la noche, puesto que con esto comenzaba la charla de recapitulación del día, y el listado de las actividades que implicaban el sostenimiento de la casa, charla que Don Carlos parecía disfrutar ya que aun se mantenía en el alguna inquietud por saber que sucedía en el pueblo del cual se había aislado tras la muerte de su señora esposa Estela, y por lo cual este aislamiento, provoco también que abandonara su profesión y se dedicara absolutamente a realizar algunas pocas actividades entre las que se destacaban los paseos matutinos a alguna de las orillas del pueblo para después regresar a casa. Y fue en uno de estos regresos a casa que sucedió lo esperadamente inesperado.
Un día mientras regresaba a casa, al caminar por una de las calles que lo conducían a su destino, se encontró con la desdicha de un niño que en una mala jugada recibió una pedrada y quedo mal herido, Don Carlos tuvo que desempolvar su vocación y ejercer su profesión acudiendo rápidamente a brindar auxilio a este joven, procediendo después de estabilizada la situación a acompañarlo a su casa para rendirle las explicaciones necesarias a la madre del muchacho, acción que desencadeno el murmullo y las habladurías y especulaciones de la gente que no haciendo a un lado el refrán popular mexicano de “pueblo chico, infierno grande” comenzó a correrse la habladuría de que Don Carlos Román el viejo huraño que se había aislado del mundo había regresado a su profesión haciendo obras de caridad, no paso el canto de otro gallo, cuando de repente se aparece la encomienda de hacer la caridad de echarle una mirada a Enrique Liévano huérfano enfermo desde hacia meses, que vivía con su hermana quien no tenia mas que para mal vivir.
Fue aquí donde se potencio la benevolencia de este hombre, quien a no poder hacer nada por el enfermo, presencio la llegada de Don Evaristo padre del pueblo, quien ungió con los satos oleos al moribundo.
Siendo la buena acción de Don Carlos objeto de la atención del padrecito, la que desencadeno una muy buena amistad entre el doctor y el párroco, llegando hasta el punto en que un día al calor de la platica y analizando otros sucesos antes acontecidos, el padre sugiere a Don Román la opción de un casamiento, aprovechando su aun corta edad, y buena salud, para que con esto saliera de la soledad, única convivencia y tratos que tenia con Doña Cástula y se adentrara de nuevo dentro de la sociedad, las tertulias y reuniones.
Por lo que ante la accedida propuesta, es el padre quien comienza a presentar a las candidatas para que Don Carlos diera su opinión y en dado caso su aceptación por una de ellas, pero al ir pasando las candidatas ninguna cumplía con los requerimientos sociales que aquellos tiempos se acostumbraban, o simplemente sus actitudes no eran del agrado del viudo, hasta que llegaron a boca de los selectores las hermanas Orantes, hijas de Don Rafael, mujeres que a la muerte accidentada de el hermano mayor habían recibido el cuidado de sus padres en especial a la menor de ellas, la señorita Romelia quien siempre fue victima de las adulaciones de gente que pusiera un pie en su casa, en especial de su hermano Fernando que siempre selo de su cuidado, motivo por el cual su muerte le fue una catástrofe.
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