Barreras de entrada

Barreras de entrada

Una de las principales barreras de entrada para cualquier empresa son las regulaciones estatales. En el caso de la educación superior, estas regulaciones estarían definidas por ley, pudiendo llegar a ser una barrera de entrada en el caso de nuestro país.

Una gran regulación en nuestro país es que en los establecimientos de educación superior no pueden lucrar, por lo que la generación de utilidades para los dueños está completamente prohibida por ley. Por lo que deben constituirse como instituciones sin fines de lucro.

Existen establecimientos tanto estatales como privados, por lo tanto no existe prohibición de que privados puedan crear establecimientos. Pero por lo general existe una mala percepción de calidad frente a los establecimientos estatales, esto afecta la percepción de los posibles clientes los cuales pueden subestimar la oferta de establecimientos privados. La percepción de calidad puede llegar a ser perjudicial frente a la competencia y bajar drásticamente la demanda.

La acreditación de calidad representa un gran plus versus los otros establecimientos, pero cumplir con las exigencias impuestas por el ente calificador, conlleva una gran inversión monetaria, ya sea en la construcción de nuevas sedes, ampliación de la dotación de docentes a tiempo completo, ampliación de la infraestructura o la instalación de sedes en ubicaciones centrales (las cuales llegan a ser muy caras debido al costo de los terrenos), la cual puede llegar a sumas muy elevadas las cuales no son fáciles de cubrir por parte de nuevos actores.

Una gran causa al momento de elegir un establecimiento es su prestigio, estadísticas frente a otras universidades o la posible empleabilidad de los egresados. Por lo que sería una gran barrera para nuevos establecimientos con un curriculum en blanco.

Gran cantidad de competidores, existe una gran cantidad de establecimientos de educación superior lo cual dependiendo de su ubicación puede llegar a estar saturada la demanda. Por lo general se ubican en las zonas de alta demanda y en lugares centrales.

La actual incertidumbre frente a la reforma educacional planteada por el nuevo gobierno, genera un mal clima para los participantes y los posibles nuevos participantes. La promesa de educación gratuita estatal podría generar una drástica baja de demanda en los establecimientos privados.

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