Blockbuster

Blockbuster, Palm, Kodak. ¿Quién es el próximo?

Atención morosos en la devolución de DVDs (si todavía hubiera alguien que alquila DVDs): en enero no va a quedar local de Blockbuster en pie. Los 300 que permanecen abiertos en los Estados Unidos están cerrando de manera progresiva, a la vez que son despedidos unos 2.800 empleados y que Netflix sigue cosechando suscriptores. El sábado pasado apagaron las luces en la última tienda de Hawaii: a modo de homenaje, la última película alquilada por el último cliente fue "This is the end", una comedia sobre una fiesta antes del apocalipsis.

Ex integrante del grupo Viacom, Blockbuster es hoy una subsidiaria de DISH Network Corporation, que días atrás anunció sus intenciones de mantener vivo el valor de la marca para enfocarla en servicios digitales. Blockbuster fue fundada en 1985 y llegó a tener más de 9 mil bocas de alquiler en todo el mundo.

En la Argentina aterrizó en 1995 comprando los locales que entonces pertenecían a la chilena Errol's. Alcanzó las 90 sucursales y el millón de esos carnecitos azules con letras amarillas. Yo fui cliente del Blockbuster que estaba en Cabello y Salguero, en cuyo piso superior ahora funciona un templo de Jabad Lubavitch.

La lenta caída de Blockbuster quedó sellada con un pedido de quiebra en 2010. Además de los sistemas de streaming, P2P o el propio YouTube, la piratería también dañó sensiblemente este negocio, todo indica que para siempre.

Blockbuster, evidentemente, no supo adaptarse a la evolución de los hábitos de consumo. Sus locales eran pequeños supermercados con películas; no sólo porque terminaban ofreciendo golosinas, pochoclos y bebidas junto a las cajas, sino porque eran lugares espaciosos, con góndolas bien ordenaditas, y estaban ubicados en puntos estratégicos de la ciudad, a veces con estacionamiento propio.

La web 24/7 Wall St. arriesga cada año qué empresas están, a su criterio, en vías de extinción. El pronóstico de Blockbuster -acertado- coincidió con el de la desaparición de Palm, una marca de la que fui un fan entusiasta (¡la Tungsten E, qué masa!). Las Palm empezaron siendo agenda electrónica y acabaron atropelladas por los smartphones cuando se acercaban a convertirse en computadora de mano.

Otro caso parecido: Kodak acaba de volver a cotizar en la Bolsa de NewYork después de millonarias deudas, despidos y un viraje violento de los rollos fotográficos al negocio de la impresión digital.

Entre los últimos malos agüeros figuran Nook, la e-book de Barnes & Noble, competencia de la Kindle y de las tablets; Research in Motion con su Blackberry, primera baja en la guerra entre iPhone y mundo Android, y el Reader´s Digest, que alguna vez fue la revista -de papel- más popular de planeta.

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