CASO ALGRAMO

CASO ALGRAMO^[1]

Algramo es una organización de distribución a granel de productos de necesidad básica (ej.: detergente en polvo, arroz, porotos, garbanzos).

Contexto

Mientras estudiaba ingeniería comercial en la Universidad Católica, José Manuel Moller y 3 compañeros se fueron a vivir a la población Joao Goulart, en La Granja. “Queríamos cuestionar lo que nos estaban enseñando en la universidad, pero no a través de un libro, sino que de una vivencia …” En este lugar compartió vivencias, se involucró con la comunidad y comenzó a forjar su propia empresa.

Descubriendo el Problema

Para facilitar la convivencia, los estudiantes se asignaron responsabilidades. Moller se hizo cargo de las compras y de la cocina, por lo que visitaba frecuentemente el almacén. Durante sus visitas, se dio cuenta que el almacén era el corazón del barrio; el punto de encuentro de los vecinos en el cual se cultivaban relaciones por años. Su experiencia en el almacén le permitió darse cuenta del problema que enfrentan las familias de escasos recursos: la necesidad de pagar hasta un 50% más en alimentos de primera necesidad al comprar en formatos pequeños.

“Nosotros estudiábamos y para mantenernos hacíamos ayudantías y otras pegas, pero no era mucha plata. Entonces compraba un cuarto de litro de aceite a 600 pesos. Pero el litro cuesta 1.600, entonces pagaba más por menos, había un castigo sólo por el formato” ^[2]

Es sabido que las familias de escasos recursos no pueden comprar en formatos de mayor volumen por problemas de falta de liquidez y, por lo tanto, termina pagando mucho más en relación al consumidor de mejor situación socioeconómica, el que puede comprar en formatos de mayor volumen (los costos de envasado son menores para formatos de mayor volumen). Como resultado de lo anterior, desde el punto de vista del consumidor, este fenómeno se transforma en la práctica en un “impuesto a la pobreza”.

Este problema no solo se produce en Chile, sino que también a nivel mundial. Actualmente, 63% de la población vive con menos de US$4,00 diarios, lo que se acentúa aún más en Latinoamérica, donde esta situación corresponde al 73% de la población.

Solución

Esta experiencia de vida le permitió a Juan Manuel visualizar un problema latente, cuya solución presentaba alto potencial de desarrollo como empresa, tanto en impacto social como en rentabilidad. Algramo se constituye como empresa durante el 2013, año en el que Salvador Achondo se une a José Manuel Moller en calidad de socio, luego de conocer el proyecto Algramo a través de Socialab (Incubadora de innovaciones sociales).

Algramo es una empresa que reduce el costo de vida de las familias de manera sustentable a través del empoderamiento de almaceneros y comunidades. Distribuye productos de necesidad básica a granel, por medio de máquinas dispensadoras en envases retornables en distintos almacenes del país; reduciendo de este modo los precios de compra de las personas que tienen problemas de liquidez y combatiendo el “impuesto a la pobreza”. Además, se reduce el impacto ambiental provocado por los envases de estos alimentos.^[3]

Algramo busca formar una red de almaceneros (Red Algramo), quienes al estar a cargo de negocios de barrio, complementan la supervivencia con la atención personalizada a cada vecino. Los almaceneros se enfrentan a una serie de problemas en sus negocios, entre ellos, la competencia con grandes cadenas de supermercados, quienes ofrecen precios más baratos dadas sus ventajas competitivas. Es por esto que la Red Algramo busca hacer más competitivos a los almacenes, y dar un impulso a la vida de barrio que surge a partir de ellos. Para lograr estos objetivos, el sistema de venta de Algramo debe asegurar una venta de productos de manera estandarizada, generando así una oferta unificada en los almacenes donde está presente y que sea valorada por los almaceneros, tanto por su aporte en resultados económicos, como por la mejora en servicio a la comunidad que atienden.

Con estos objetivos en mente, Algramo comenzó a instalar dispensadores en los almacenes de los barrios (ver figura 1). El lugar seleccionado como punto de partida fue el barrio La Pincoya, población de bajos ingresos ubicada en la comuna de Huechuraba. Los primeros almacenes contaban con dispensadores con cuatro tipos de productos: porotos, garbanzos, lentejas y arroz. Los dispensadores permiten al consumidor obtener estos productos a granel en envases reutilizables que mediante autoservicio, entregan la cantidad exacta según el pago efectuado (ver figura 2).

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