CASO ECONOMICO CESELSA

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1.- LOS ANTECEDENTES: EL ORIGEN DE LA EMPRESA.

La empresa conocida hoy por el nombre de CESELSA nace en el año 1979 con el siguiente objeto social: “proyecto, desarrollo y fabricación de equipos electrónicos con destino a aeropuertos, proyecto de datos de radar y proceso de plan de vuelo”. Hasta ese año era una división de electrónica profesional de la empresa CECSA (Compañía de Electrónica y Comunicaciones, S.A.) cuya sede social se encontraba en Barcelona. A partir de esta fecha, se decide desvincular la división de electrónica profesional de la empresa madre (CECSA), creándose dos sociedades completamente diferentes con distintos Consejos de Administración.

Tras la separación de la empresa matriz CECSA, en el año 1979, la futura CESELSA pasó a pertenecer a una empresa catalana, la Corporación Industrial Catalana. Más tarde CESELSA fue adquirida al cincuenta por ciento por dos nuevas empresas, Hidroeléctrica de Cataluña y Catalana de Gas. Debido a problemas estructurales de ambas firmas, se decidió vender CESELSA y para no renunciar a su filosofía básica (general tecnología propia) los directivos de la empresa a través de su presidente optaron por crear una sociedad de inversión. La Sociedad Madrileña Inversora, integrada por persona afines a la empresa, que se hicieran cargo de la misma. Esta sociedad compró CESELSA, que por aquel entonces tenía un capital de quinientos millones, saliendo inmediatamente a cotizar en bolsa. En la actualidad, la Sociedad Madrileña Inversora sigue siendo el principal accionista de la compañía controlando en torno al cincuenta por cien del capital. Entre otros socios destacados cabe citar al Banco Bilbao Vizcaya con el doce por cien del capital y la entidad financiera Paribas con el diez por cien.

La empresa barcelonesa conservó el nombre de CECSA y la de Madrid pasó a denominarse CECSA Sistemas Electrónico.  A partir de 1982, CECSA empieza a tener problemas debido a la competencia ejercida por las firmas japonesas en la electrónica de consumo y la misma, tras presentar una suspensión de pagos, quiebra en 1984.

La similitud entre los nombres de las dos empresas crea gran confusión entre los clientes y proveedores que las asocian indebidamente. Por ello, en 1984 se decide cambiar el nombre, quedando así registrado el nombre de CESELSA en noviembre de 1985 (CESELSA es una contracción de Compañía Española de Sistemas Electrónicos, S.A.).

En 1986 la empresa sale a bolsa, incrementando su capital de quinientos millones de pesetas hasta dos mil millones, siendo entonces el número de accionistas de tres mil personas. En esta ampliación de capital se le concede un diez por cien del capital al banco francés Paribas (la Banque de Paris et des Pays-Bas). La concesión de este diez por cien se hizo con la condición de que este banco no perteneciese nunca al Consejo de administración de la empresa, de tal forma que el mismo no se pudiera inmiscuir en las decisiones de la misma. En CESELSA, se pretende evitar la dependencia de socios extranjeros tanto a nivel tecnológico como financiero. Sin embargo, la compra de este diez por cien por parte de Paribas significaba la constitución de la plataforma que más tarde le permitiría a CESELSA introducirse en el mercado europeo. Concretamente, Paribas ha sido el “maerchandising bank” de CESELSA en Europa.

2.- LA CONSTITUCIÓN DEL GRUPO CESELSA.

Ante la necesidad de obtener una mayor masa crítica que le permitiese afrontar con mayores posibilidades de éxito el reto del mercado único, CESELSA comenzó en 1987 la creación de un grupo de empresas de mayores dimensiones. En este sentido, tomó una participación mayoritaria en Electrónica Ensa y en Aeronáutica Industrial (AISA). En 1988, y para alcanzar una envergadura internacional, CESELSA adquirió el cuarenta por ciento de la compañía francesa Giravions Dorand, dedicada a la producción de equipos de simulación y de manera especial a la simulación balística. En marzo de 1990, CESELSA funda una nueva empresa con la británica SD-SCICON, especializada en el desarrollo de simuladores civiles. En la nueva sociedad, denominada Aeronautical Systems Designers, CESELSA dispone de una participación del sesenta y cinco por cien mientras que su socio posee el treinta y cinco por cien restante. La empresa SD-SCICON es una de las más importantes compañias del mundo en el desarrollo de software y cuenta con cinco mil empleados. Ya en abril de 1991, CESELSA ultima un acuerdo con el grupo norteamericano de electrónica Raytheon para atacar conjuntamente el mercado internacional de equipos para el control del tráfico aéreo. Como consecuencia de los primeros acuerdos de alianzas alcanzados entre las dos compañías ya se han presentado ofertas conjuntas. Esta últimas incluyen la tecnología puestas a punto por CESELSA en los subsistemas de tratamientos de planes de vuelo, así como en los simuladores de control de tráfico. RAYTHEON no era demasiado conocida hasta que saltó a la fama al ser el fabricantes de los equipos electrónicos de los misiles anti-misil “Patriot”, protagonistas de la guerra del Golfo Pérsico (véase la Figura 1, las cual presenta la estructura actual del grupo CESELSA).

De esta manera, CESELSA, desde su creación ha llegado a formar un grupo de empresas donde trabajan hoy unos mil quinientos empleados con un volumen de facturación consolidado del orden de catorce mil millones de pesetas. A este respecto, de las Figuras 2 y 3, que recogen la evolución de las ventas consolidadas y de la plantilla, se desprende que la empresa crece de forma constante.

A principio de 1989, el Ministerio de Industria y Energía en colaboración con el Instituto Nacional de Industria propone a CESELSA fusionarse con la empresa pública INISEL para crear un gran grupo español de electrónica. Esta propuesta formaba parte de un plan de reorganización del sector electrónico diseñado en el Ministerio. El planteamiento del Ministro de Industria se estructuraba sobre la base de un reparto equitativo del capital entre las dos compañías fusionadas que habrían de controlar un cuarenta por cien cada una en la empresa conjunta. El veinte por cien restante sería ofrecido a la banca que, en su caso, actuaría como garante del equilibrio entre los dos socios industriales.

La falta de entendimiento entre CESELSA e INISEL se hizo patente durante la segunda quincena del mes de marzo de 1990, momento en que la firma privada decidió romper las negociaciones al no estar de acuerdo con el planteamiento empresarial de los poderes públicos.

Mientras la dirección de CESLSA defendía la filosofía de que sólo una cultura empresarial podría aportar viabilidad al proyecto, Industria apostaba por la fusión de ambas culturas empresariales. La Dirección de la nueva empresa sería compartida por CESELSA  e INISEL, aunque la presidencia se reservara a la sociedad privada. De esta manera, al rechazar este modelo de empresa CESELSA refutaba cualquier atisbo de dirección bicéfala entendiendo que la adhesión del personal se consigue naturalmente una vez impuesta, en le seno de la corporación, una unidad doctrinal introductoria de un conjunto de presunciones, valores y normas de conducta y destinada a enseñar a todos los miembros cómo percibir, plantear y resolver los problemas.

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