Caso Gesco
Enviado por marjara723 • 15 de Noviembre de 2016 • Ensayo • 1.165 Palabras (5 Páginas) • 1.741 Visitas
Después de servirse el segundo café del día, hacia las 10:00 h. de la mañana de aquel sábado, Ludovic Mestres se sentó en la mesa de su despacho de su casa de fin de semana, cerca de Barcelona. El lunes tenía que tomar una determinación trascendental para el futuro de la empresa creada por su abuelo, una bodega familiar en Sant Martí de Sarroca. Sabía que le esperaba un fin de semana complicado, y por eso llamó a su amigo íntimo y buen consejero, Josep, con el que compartía ya ese segundo café. Después de unos minutos, Ludovic le explicó la situación a Josep, haciendo un recorrido general, primero, y luego explicando las diferentes posiciones que había oído durante el intenso viernes que había vivido hacía apenas unas horas en la bodega, de la que había salido a las 21:00 h.
Ludovic Mestres se hizo cargo de la gestión empresarial de la bodega cuando en verano falleció su padre. De hecho, ya llevaba varios años colaborando con él, y era el único de los cinco hermanos que ya de joven sintió el tirón del negocio familiar.
“CASTELL DEL SENGLAR” es una bodega familiar, basada en la explotación de 30 hectáreas de viñedos propios en el Penedés. Su producción se destina en su mayor parte a vender mosto vinificable a las Cavas de Sant Sadurní, y el resto, a la producción de un cava propio de calidad media y vinos propios, mayoritariamente un blanco con D.O Penedés y de buena calidad.
Últimamente, su padre junto con Joan Pí, el enólogo director técnico de la bodega, casi como un capricho o un experimento, había puesto a punto la producción de un tinto, cosa poco habitual en la comarca. Para ello habían empleado 1 hectárea plantada con cepas de pinot-noir, resultando finalmente un buen producto de calidad comparable a los buenos riojas, pero con un sello propio de sabor. Como es normal, la producción era muy baja, pero si el vino tenía éxito, podían sustituir cepas destinadas a uva de cava por cepas pinot-noir.
Aunque históricamente el negocio había tenido siempre resultados positivos, en los últimos años, la rentabilidad de la bodega ha descendido hasta límites alarmantes, llegando a la circunstancia que los resultados del último ejercicio fueron negativos, y todo hace prever que los del presente superarán en pérdidas al anterior.
A finales de los años noventa, con el objetivo de abaratar los costes de recolección y producción se hizo una gran inversión, comprando maquinaria agrícola y renovando las instalaciones, además de sustituir las cepas antiguas por variedades de las que crecen entre alambres.
No obstante, los resultados económicos no fueron tan buenos como era de desear, ya que para ello hubo que hipotecar la finca, con lo que se adquirió una muy importante carga financiera, además de otros errores cometidos por falta de planificación, y el bajo precio pagado por las bodegas de cava.
Para la venta de los productos propios, la bodega dispone de un Director Comercial y cuatro agentes comisionistas libres ubicados en Cataluña, Zona Centro, Norte y Andalucía, vendiendo principalmente sus productos al sector hostelería para ser consumidos como “vino de la casa” y vendidos a los restaurantes a precios bajos.
El viernes, Ludovic Mestres y sus cuatro hermanos habían mantenido una reunión familiar para decidir sobre el futuro de la bodega. Pere Mestres, el mayor de los hermanos, oftalmólogo y propietario de una clínica en Barcelona, decía que había que vender la bodega ante la incapacidad de rentabilizarla. Eudald, hermano gemelo de Ludovic y funcionario del parlamento europeo residente habitualmente en Bruselas, argumentaba que desde siempre le había dicho a su padre que el futuro estaba en dedicar más esfuerzo a la producción de 3 Caso Castell del Senglar - GESCO
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