Caso Monarch

CASO: EMPRESA MONARCH^[1]

TRES GENERACIONES Y UNA MARCA LÍDER EN EL RUBRO TEXTIL

Fundada hace más de 80 años por una familia de inmigrantes italianos, hoy la compañía, con cuatro plantas de producción, controla el 30% del mercado de calcetines, emplea a mil personas, administra 50 locales en el país y exporta parte de su producción a países como Argentina, Uruguay, Paraguay, Perú, Bolivia y Venezuela.

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Misión

Fabricar y comercializar productos textiles con altos estándares de calidad y diseño empleando materias primas de primer nivel y la más alta tecnología Esto, con el fin de satisfacer las demandas y necesidades de todos nuestros clientes.

Además, estamos fuertemente comprometidos con la comunidad del Grupo Empresas Monarch, sus trabajadores y familias; con el desarrollo de la economía del país y la conservación del medio ambiente.

Visión 

Continuar con el constante crecimiento de nuestras empresas en todo lo relacionado al desarrollo de nuevas líneas de productos, investigación tecnológica y vanguardia en el diseño, para así mantener el liderazgo a nivel nacional.

Casi 500 mil calcetines y un millón de panties produce mensualmente Monarch.  Una empresa de las familias Magnasco y Aste, que se inició hace más de 80 años, cuando el inmigrante italiano Juan Magnasco junto a su  hermano Atilio compra en 1937 una pequeña fábrica de calcetines, que existía desde 1918.

Una corona y la frase "Monarch, el rey de los calcetines", fue el primer eslogan de la compañía Monarch. Era 1937 y la firma era tan solo una pequeña fábrica ubicada en el primer piso de una casa en avenida Bustamante con Santa Isabel, en Santiago. Pero estaba prácticamente quebrada y a la venta. Un inmigrante italiano, Juan Magnasco -que había llegado recién a Santiago desde Iquique-, quería comprarla,  con ello cambió su propia historia, y la de Monarch, para siempre. Así lo recuerda hoy Aldo Magnasco, hijo del fundador y director textil y comercial

Luego de algunos años deciden trasladarse a Vicuña Mackenna 1221, donde aún se encuentra una de las plantas y las oficinas administrativas.  Aquí llegan a producir 1.200 pares de calcetines diarios.  Pero la unión duró sólo un año, y en 1938 Atilio decide retirarse del negocio.  Juan, al verse solo, invita a formar parte de la compañía a su cuñado Darío Aste, quién también era contador e inmigrante italiano.

Así, con las dos familias a cargo del negocio – Magnasco y Aste – se realizan algunos cambios: aumentan los turnos de producción de 8 a 24 horas, y la cantidad de personal y la maquinaria se incrementa en 10 veces.  

A fines de la década del '50 la empresa da su primer gran salto e incorpora a la producción, la fabricación de medias Voilá.  Entre el '65 y el 69' se incorpora a la compañía Fernando y Aldo Magnasco Aste – hijos del fundador – y quienes con el tiempo pasaron a ocupar los cargos de gerente general y gerente comercial, respectivamente.  Pasa el tiempo y los chilenos, sobre todo las mujeres, se vuelven cada vez más exigentes en sus preferencias, y a principios de la década del '80 se agregan dos nuevas marcas a la empresa, Furor y Vigorella, productos destinados al segmento femenino.

En 1982 el mercado nacional se abre a las importaciones, con lo que Monarch tiene un nuevo desafío.  La competencia se vuelve cada vez más agresiva y la empresa debe adquirir nueva maquinaria, la que es traída de Italia y Japón.  El esfuerzo por crecer tuvo éxito y logran finalmente convertirse en la empresa líder del país en la confección de calcetines y panties.

Hoy Monarch cuenta con una tintorería propia, donde se combinan los colores, para estar al día con lo que exige la temporada.  A fines de los '80 las constantes exigencias del mercado y la mayor cantidad de oferta externa hicieron que la planta de Vicuña Mackenna fuera insuficiente para satisfacer la demanda interna.  Así, en la década del '90 se agregan tres nuevas plantas a la producción, las que demandaron una inversión cercana a los cinco millones de dólares.

La gran expansión

Primero se abre la planta de Avenida Agrícola, que entrega calcetines de un solo color, llegando a producir más de 240 mil pares mensuales.  Hacia 1994 se inaugura la fábrica de calle San Eugenio, donde se produce alrededor de un millón de pares mensuales de panties.  Hace algunos años, 5.000 metros cuadrados albergan en la calle Rodrigo de Araya a su más moderna planta con maquinaria completamente computarizada, que se especializa en calcetines de varios colores, llegando a los 240 mil pares cada mes.

En la década pasada se inicia de manera paulatina el proceso de profesionalización.  Actualmente trabajan en la empresa Roberto Aste, hijo de uno de los fundadores;  Aldo Magnasco, gerente comercial y Eduardo Thieme Magnasco, gerente general y nieto del fundador.

Aldo Magnasco destaca que la empresa exige que los familiares que deseen ingresar a Monarch cuenten con un título universitario compatible con el cargo que pretenden desempeñar en la empresa, además de dos años de experiencia en una compañía externa.

El ejecutivo recalca que hoy se encuentran en la vanguardia tanto en volúmenes de producción como en tecnología "La expansión y el crecimiento han permitido dar empleo a cerca de mil personas".

El director comercial recuerda que una de las últimas maniobras de la empresa fue en octubre de 1999, cuando adquirieron una fábrica de ropa interior y obtuvieron la representación exclusiva para Chile de la marca de lencería europea Shiesser Tais, que representa el 10% de las ventas de la empresa.  Esto les ha permitido crecer en el mercado y ampliar la gama de artículos que se ofrecen en sus más de 50 locales alrededor del país.  Actualmente, tienen más de mil clientes, entre quienes están las grandes tiendas, supermercados y pequeños comerciantes.

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