Caso: SALADO

Caso:

SALADO es un grupo empresario que cuenta con cientos de empresas a lo largo del mundo, en diferentes rubros que incluyen: gastronomía (Estados Unidos y Asia), hotelería (México y Australia), construcción de edificios (México), petróleo (Canadá y Estados Unidos), ganadería (Argentina) y agricultura (Brasil).

La estructura organizacional de la empresa cuenta con una junta directiva, que a través del voto de sus 30 miembros deciden cómo realizar las inversiones: en dónde colocar fondos y de dónde retirarse. El grupo cotiza en bolsa, es decir que tuvo una oferta pública y los principales dueños son miles de accionistas a lo largo del mundo. No hay ningún accionista (individual o empresa o fondo de inversión) que cuente con más del 10% del grupo.

Una de las empresas del grupo SALADO es SALATUR. Esta cuenta en sus activos con cinco hoteles en la Riviera Maya. Es dueña de los mismos y se encarga de administrarlos y gestionarlos. A cargo de dicha tarea está Susana. Ella es la máxima autoridad de SALATUR y quien tiene la última palabra sobre lo que se hace dentro de SALATUR, desde lo más pequeño a lo más grande. Por encima de Susana, está la junta directiva de SALADO, que entre sus tareas está la de decidir sobre el futuro de SALATUR: si dotarla de más fondos para realizar nuevas inversiones o hasta vender parte o la totalidad de la empresa.

La inversión de los hoteles en la zona de la Riviera Maya es relativamente nueva. SALADO comenzó a construir un hotel hace cuatro años y hace tres, compró cuatro hoteles. Todos están en la misma región, ubicados frente al mar. La distancia entre el primero y el último es de 15 kilómetros. El grupo empresario hizo una fuerte apuesta con la compra de los hoteles pagando por ellos un monto importante en efectivo.

Los hoteles son parecidos entre sí. Cuentan en promedio con 300 habitaciones, entre 4 y 5 restaurantes, gimnasio, piletas, bares y acceso directo a la playa.

En comparación con el resto de la zona, son hoteles de lujo medio, que brindan servicios de calidad y una amplia variedad. El foco en los hoteles está puesto en la calidad y en que todo funcione en todo momento. El visitante promedio no es el turista que busca lujos, sino una buena relación entre precio y calidad. La mayoría de los turistas son extranjeros y los hoteles están abiertos durante todo el año. El flujo de visitantes no es constante, se registran picos en las temporadas altas y en el resto del año desciende la ocupación, pero siempre hay un número considerado de habitaciones ocupadas.

Ante la crisis desatada por la pandemia del coronavirus y ante los temores de la continuidad de la actividad, una parte de la junta directiva de SALADO propuso vender los hoteles, para salir del negocio, que estos ejecutivos estiman generará importantes pérdidas en los próximos trimestres. No hay un consenso en torno a esto, pero la decisión se debe tomar pronto, ya que de continuar operando, posiblemente SALATUR necesitará de ayuda financiera o una inyección de capital.

Es de suponer que varios accionistas de SALADO consideren positivo la venta para limitar el activo, adquirir liquidez y, con ello, aprovechar el clima negativo para comprar a bajo precio. Esta es, sobre todo, la posición de los accionistas más recientes.

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