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Como Cocinar


Enviado por   •  27 de Noviembre de 2013  •  1.093 Palabras (5 Páginas)  •  246 Visitas

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La libertad, fundamento de nuestra conducta

Los seres humanos nos sentimos empujados a «vivir bien». A los seres humanos no nos basta con sobrevivir; queremos y buscamos «vivir bien», «tener una buena vida». Pero no nacemos con una buena vida hecha, como nacemos con brazos, ojos o deseos. Tampoco tenemos programada la vida por nuestros instintos o por nuestra dotación genética, como les pasa a los demás animales. La «buena vida» tenemos que hacérnosla cada uno de nosotros. Si tengo que decidir mi vida, si mi vida no está marcada o programada de antemano, soy libre para trazar mi proyecto de vida.

Por otra parte, mi vida son, sobre todo, mis acciones, sean estas comer, pensar, correr o desear. Precisamente, la moral y la ética van a tratar de esas acciones; pero no de todas ellas, sino solamente de las acciones o actos libres para que estén orientadas a la formación de un buen carácter moral y una buena educación afectivosentimental, y, en último término, a proporcionarnos una «buena vida».

1 Libertad y conducta moral

Libertad es la capacidad de elegir sin coacciones internas ni externas. Enseguida nos surge el conflicto: cuando, después de un análisis de diversas opciones, elijo una, me siento empujado, obligado a ejecutarla; a veces, después de haberla elegido, siento la obligación como algo no deseado. Por ejemplo, elijo someterme a una intervención quirúrgica y, llegado el momento, la rechazo. ¿Cómo es posible que lo que yo elijo libremente se pueda convertir en una pesada obligación que desearía no cumplir?

El problema anterior se debe a que la libertad tiene dos caras: por una parte, la libertad (negativa) consiste en no estar sujeto a coacciones, en estar «libre de» ellas, tanto las de nuestros impulsos más apremiantes como las que nos quieran imponer nuestros semejantes; por otra parte, la libertad (positiva) consiste en elegir lo mejor para cada uno, es una «libertad para» elegir la conducta que nos proporcione una «buena vida». En el primer sentido la libertad es el fundamento de la conducta moral; en el segundo, la libertad se concibe como una exigencia interior, una obligación, para elegir la conducta que nos permita «vivir bien». Vamos a desarrollar estos dos sentidos de la libertad para iluminar los componentes de nuestra conducta moral.

1.1 La libertad negativa: fundamento de la conducta moral

Los animales disponen de una amplia dotación de instintos que les permiten respuestas rápidas y adaptadas a sus estímulos o necesidades. La conducta instintiva es una conducta que se manifi esta de manera idéntica en todos los individuos de la especie. Además es innata, es decir, viene programada desde el nacimiento, aunque cada rasgo se vaya manifestando en distintos momentos de la vida. Las variaciones conductuales producidas por el aprendizaje son muy limitadas entre los distintos individuos de la misma especie.

Además, los instintos están más subordinados a la vida de la especie que a la de los individuos; en caso de confl icto, suele primar aquella.

Sin embargo, la dotación instintiva del ser humano es mínima. Ante el mismo estímulo, dos personas pueden adoptar conductas muy diferentes. Pues

bien, a esa capacidad de elegir respuestas, a esa «liberación» del estímulo, es la que, en primer término, se llama libertad. Ahora bien, puesto que nuestra vida no nos viene programada por nuestros instintos o por nuestra dotación genética

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