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Consideraciones generales sobre la Estadística


Enviado por   •  4 de Febrero de 2014  •  3.014 Palabras (13 Páginas)  •  177 Visitas

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Consideraciones generales sobre la Estadística

El progreso de las sociedades está fundamentado en el empleo simultáneo de dos facultades del espíritu humano, la experiencia y el razonamiento.

Los debates que a menudo se han mantenido acerca de la superioridad relativa del método experimental y del método analítico descansan, según nosotros, sobre una falsa base que admite que esas dos grandes palancas de la humanidad no pudieran nunca ser empleadas independientemente la una de la otra.

En ciencias como la física, la química, la medicina, la historia natural, la astronomía, etc., que se vinculan más íntimamente que otras al dominio de la experiencia, existe entre los hechos que son el cuerpo de la ciencia y las grandes leyes que, por así decir se dan solo con la ayuda del razonamiento.

En cuanto a las ciencias fundadas más especialmente en el empleo del razonamiento como la filosofía, las matemáticas, el derecho, etc., su doble naturaleza está, sin ninguna duda, menos marcada: la experiencia juega en ellas un papel menos amplio que el razonamiento en las ciencias experimentales; sin embargo, no se puede ignorar que necesariamente tienen como punto de partida y que emplean constantemente como medios de perfeccionamiento, la observación de ciertos hechos.

Estas dos facultades son de tal modo inseparables que no existe observación bien hecha que no implique necesariamente un empleo considerable del razonamiento; y si, por otro lado, fuera posible concebir una ciencia sólo de razonamiento y que pareciera que no afectara en nada a la experiencia, se podría afirmar que esa independencia no sería más que aparente puesto que esa ciencia sería una emanación de la inteligencia humana, que sólo puede desarrollarse bajo esa doble

influencia.

La ciencia experimental, es porque la mayor parte de la acción del hombre está dirigida hacia las cosas materiales. Pero al mismo tiempo pertenece eminentemente al dominio de la inteligencia, en lo que, como ya hemos dicho, la experiencia adquiere valor sólo cuando el razonamiento ha dirigido la adquisición o elaborado las consecuencias, y sobre todo porque, en la vida de la humanidad, las creaciones del espíritu ocupan el puesto más elevado, si no el más amplio.

Los productos de la actividad del hombre pueden ser comparados a una pirámide de ancha base, compuesta de dos partes superpuestas y de igual altura: en la base se encuentran las cosas de la materia, en la cima aquellas de la inteligencia.

Esta doble naturaleza exige que la ciencia del gobierno, al igual que todas las

ciencias experimentales, se subdivida en dos ramas principales:

- La una, teniendo especialmente por objeto el estudio de las leyes generales que deben presidir el gobierno que es la política;

- La otra, en la cual el fin esencial es la observación y la coordinación de los hechos que importan al cuerpo social desde el punto de vista del gobierno, es la estadística.

La primera es el alma o la parte teórica, intelectual, racional de la ciencia; la otra es el cuerpo o la parte práctica, material, experimental: Son dos elementos igualmente necesarios de un mismo todo.

La estadística es pues, a la política y al arte de gobernar, lo que la anatomía es a la fisiología en el estudio del cuerpo humano; la observación de los astros a la astronomía; el estudio de las especies de animales, de plantas y de minerales a la historia natural del globo; el análisis de los cuerpos a la química; la física experimental a la física racional, etc.

La más esencial de las condiciones que la estadística debe ejercer es la de someterse a todas las conveniencias de la política, la cual por su parte debe, sin cesar, hallar en la estadística los medios de regularizar su acción directriz. Esta condición implica que los aspectos de la ciencia sean esencialmente variables según los tiempos y los lugares.

Los hechos sociales que más deben preocupar al hombre de estado vienen determinados por la naturaleza de las costumbres y de los intereses que presiden los destinos de cada nación. No son los mismos en una época esencialmente religiosa, y en un tiempo donde los intereses del comercio y de la industria se han situado también en el primer puesto; en un pueblo cuya ley es expandirse por la conquista, y en el que, poseedor de límites naturales, halla sus posibilidades de progreso en el desarrollo de los recursos adquiridos.

Es pues a la política a la que le corresponde trazar el plan que la estadística debe desempeñar, y es conveniente que ésta siga esta dirección con toda la deferencia que debe unir el cuerpo al espíritu.

Otra condición esencial es que la estadística sepa agrupar sus resultados según su importancia y poner cuidadosamente de relieve aquellos que se distingan por su utilidad.

Una de las grandes dificultades de la ciencia es la multiplicidad de disciplinas que abarca: caería inevitablemente en la confusión y en la impotencia si no supiera ajustar sobre cada punto la amplitud de sus investigaciones al interés que éstas puedan ofrecer.

No perdiendo nunca de vista su verdadero destino será como la estadística evitará el principal problema que se puede encontrar, el de preocuparse de hechos que no tendrían más que un simple interés de ciencia o de curiosidad, y de salir de sus límites naturales para invadir el dominio de las otras ciencias.

Por ejemplo, siendo la agricultura la base de toda actividad para una gran nación, se puede prever que la estadística pondrá siempre en primer término el estudio de los hechos que se refieran a la cultura y al comercio de los principales productos agrícolas. Pero el objetivo sería evidentemente rebasado si se creyera tener que completar este tipo de investigaciones con la inclusión del estudio de todos los vegetales que el suelo alimenta. Así, mal ampliada a propósito, la estadística se confundiría con la botánica, y se puede prever fácilmente que un ensamblaje tan monstruoso sería igualmente inútil al botánico y al hombre de estado.

El mismo criterio, el punto de vista de una utilidad especial, servirá para trazar de un modo seguro, la línea de demarcación que debe ser mantenida entre la estadística y las ciencias naturales, la física, la geografía, la historia, la economía política, etc.

Una de las cuestiones más importantes que plantea un compendio general sobre la estadística es saber a qué clase de la sociedad debe estar confiada la cultura de la ciencia. La respuesta es sencilla pues es evidente que esta misión, para una ciencia experimental, pertenece a aquellos que disponen de los medios de observación.

Como estos medios son proporcionados en gran parte por el ejercicio

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