ENSAYO NEGOCIOS INTRNACIONALES

Para empezar a hablar sobre negociaciones o cooperaciones internacionales y tratados entre países, es necesario conceptualizar aspectos en los cuales radican las mayores diferencias entre estos, los cuales acercan o distancian relaciones y negociaciones, aspectos que son tan diversos como diversos son los pueblos.

Existe un debate actual sobre el concepto y las políticas del desarrollo. Al tratarse de un concepto histórico, no posee una definición única, sino que evoluciona de acuerdo con los valores de cada sociedad. El concepto de desarrollo tal y como es entendido hoy, se puede ubicar después de la Segunda Guerra Mundial y en el proceso de descolonización a partir de los años cincuenta. Este momento reveló dos situaciones, la primera que la experiencia de los países desarrollados era el paradigma para los países en vía de desarrollo. Y la segunda, que los países recién independizados poseían débiles estructuras políticas y sociales, como resultado del periodo colonial, ver el desarrollo como un discurso producido históricamente implica examinar las razones que tuvieron tanto países para comenzar a considerarse subdesarrollados a comienzos de la segunda posguerra, cómo desarrollarse se convirtió para ellos en problema fundamental y cómo, por último, se embarcaron en la tarea de des – subdesarrollarse sometiendo sus sociedades a intervenciones cada vez más sistemáticas, detalladas y extensas, ya que el discurso del desarrollo ha generado un régimen de gobierno sobre el Tercer Mundo, es decir, ha creado el escenario para los pueblos sujeto que ratifica cierto control sobre él.

Sin embargo, frente a lo anterior se ha dicho que por casi cincuenta años, en América Latina, Asia y África se predicado un peculiar evangelio con un fervor intenso: el desarrollo. Formulado inicialmente en Estados Unidos y Europa durante los años que siguieron al fin de la Segunda Guerra Mundial y ansiosamente aceptado y mejorado por las elites y gobernantes del Tercer Mundo”, predicamento que contenía la propuesta de alcanzar “la transformación total de las culturas y formaciones sociales de tres continentes de acuerdo con los dictados del llamado Primer Mundo”

Así pues, se creyó que el desarrollo restablecería el orden internacional, para lo cual las estrategias propuestas se basaron no en los intereses de los más necesitados, sino en los objetivos de las potencias, pues se consideraba que lo deseable era alcanzar el crecimiento, el cual permitiría el consumo masivo en los países capitalistas y modernos, para ser imitados por los demás mediante el impulso de políticas de industrialización, y finalmente, se pensaba que todos los países en algún momento determinado podían alcanzar el desarrollo, ya que se entendía como un camino lineal que fue iniciado por unos países primero, pero que todos eran susceptibles de alcanzar la misma meta al nivelar las pautas de los países más ricos.

Por tanto, hoy en día reconocidos estudiosos del tema expresan que basta una mirada superficial a los paisajes biofísicos, económicos y culturales de la mayor parte del Tercer Mundo para darse cuenta de que el desarrollo está en crisis, y que la violencia, pobreza, deterioro social y ambiental crecientes son el resultado de cincuenta años de recetas de crecimiento económico, macroproyecto sin evaluación de impacto, endeudamiento perpetuo, y marginamiento de la mayoría de la población de los proceso de pensamiento y decisión sobre la práctica social”

Basado en lo anterior, gran parte de la cooperación al desarrollo se basó en estrategias asistencialistas de corto plazo, pues se creía que con algunos estímulos los países pobres iniciarían su carrera ascendente hacia el desarrollo. Sin embargo, temas fundamentales como la pobreza y desigualdad no fueron resueltos.

Ahora bien, esta cooperación al desarrollo se conoce como cooperación

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