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Economía del Comportamiento


Enviado por   •  31 de Mayo de 2021  •  Informe  •  6.112 Palabras (25 Páginas)  •  79 Visitas

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ECONOMÍA DEL COMPORTAMIENTO

ÍNDICE

Introducción

  1. Modelo microeconómico estándar
  1. El “Homo economicus”
  2. Críticas al modelo racional
  1. Orígenes económicos de la economía del comportamiento
  2. La economía conductual
  1. El modelo conductual: El “Homo vulgaris” (Y)
  2. El paradigma neoclásico
  1. Racionalidad limitada
  2. Voluntad limitada
  3. Egoísmo limitado
  1. Decisiones irracionales
  1. Desviaciones individuales
  2. Desviaciones motivadas por influencias sociales
  1. La teoría del empujón de Richard Thaler
  2. Aplicaciones
  1. Behavioral economics and public policy
  2. Finanzas Conductuales
  1. Casos de irracionalidad en el consumidor peruano

Bibliografía


INTRODUCCIÓN

La economía desde sus inicios ha desarrollado un marco conceptual muy profundo y formalizado para encontrar respuesta a los problemas económicos causados por la escases de los recursos y los deseos ilimitados de las personas.

La teoría económica se ha basado desde hace muchos años en el supuesto simplificador que los actores de la economía toman decisiones racionales para maximizar sus beneficios a partir de sus gustos y preferencias (Maletta, 2010). Esto forma la base del modelo económico convencional (economía clásica y en profundidad neoclásica) que “imagina a agentes económicos con vastas cantidades de información e igualmente grandes capacidades de cálculo que les permite hacer elecciones racionales bajo cualquier contexto” (Instituto Mexicano de Economía del Comportamiento, 2016). Sin embargo, la realidad experimenta otra situación, ya que muchas de las decisiones que toman los agentes parten de la irracionalidad debido a que sus preferencias están sometidas a anomalías (comportamientos que se alejan de las predicciones teóricas).

El ser humano, en el trayecto de satisfacer sus necesidades, busca maximizar sus beneficios pero se ve influenciado por factores diversos de la realidad y limitaciones propias del mismo; una de esta complicaciones definió Herbert Simon (A behavioral model of rational choice, 1995) en su noción de racionalidad limitada, es decir, racionalidad marcada por los límites en la información disponible o por la capacidad de procesamiento cognitivo. Así mismo, desde su perspectiva, Thaler distingue dos tipos de especímenes: el economista ideal (econ), que es el agente racional con preferencias coherentes y estables que busca un equilibrio al resolver un problema de maximización restringido por los recursos; y el humano real (human), que es el agente con racionalidad limitada sometido a vulnerabilidades cognitivas y sociológicas (Torres Gálvez, 2017).

Por otro lado, Gustavo Esguerra (Economía conductual, principios generales e implicaciones, 2015) expone que en muchos estudios realizados por Kahneman y Tversky “se ha discutido y evidenciado que los razonamientos de los seres humanos son mucho más complejos que los que propone el modelo de egoísmo maximizador”, por ello el paradigma económico tradicional no logra analizar ni comprender completamente el comportamiento humano. En ese sentido, surge el enfoque conductual con the theory of the behavioral economics como parte de la constatación de que los actores en la economía tienen distintas limitaciones e incapacidades y se dejan influenciar por sus emociones, los sesgos cognitivos e incluso por otros agentes (Kosciuczyk, 2012). Este nuevo enfoque ofrece la oportunidad de desarrollar mejores modelos del comportamiento económico incorporando ideas de otras disciplinas de la ciencia social (como la Psicología) para enriquecer el modelo económico estándar. Thaler al respecto afirma:

El ascenso de la economía del comportamiento a veces se caracteriza como una especie de revolución del paradigma de la economía, pero creo que esa es una mala interpretación de la historia del pensamiento económico. Sería más exacto decir que el método de la economía del comportamiento devuelve el pensamiento económico a la forma en que empezó, con Adam Smith, y continuó en la época de Irving Fisher y John Maynard Keynes en la década de 1930. (Economía del Comportamiento: Pasado, Presente y Futuro, 2018).


  1. MODELO MICROECONÓMICO ESTÁNDAR

Empecemos primero definiendo las características básicas del MME. El MME asume que las personas se comportan de manera predecible en tanto (Rivera, 2014):

  • Buscan su bienestar (buscan utilidad, bienes) y evitan los males, con preferencias consistentes.
  • Tienen que optimizar y ser racionales porque sus elecciones están limitadas por recursos que son escasos. Como están limitados por la escasez, tienen que optimizar y responder a incentivos. Maximizan (optimizan) la utilidad esperada en presencia de riesgo.
  • Toman decisiones consistentes y racionales. Actúan evaluando costo de oportunidad.
  • Miran hacia el futuro y son consistentes intertemporalmente (las decisiones presentes son consistentes con las decisiones futuras). Autocontrol o fuerza de voluntad plena.
  • El MME supone información completa y predicción del futuro perfecta de acuerdo a la utilidad esperada.

  1. El “Homo Economicus”.

Es un modelo que trata de explicar las condiciones que se deben dar en un individuo “perfectamente racional” porqué toma sus decisiones en términos de “coste de oportunidad”. (Alcoberro, 2011)

Existen dos formas conceptuales de racionalidad: en la primera se le considera como la capacidad de razonar bien. La segunda, la ubica como un proceso en donde un individuo racional o razonable interactúa contextualmente con el medio físico y social orientado según sus objetivos de manera parsimoniosa y dados los recursos disponibles. (Lowwe, 2000)

La capacidad de razonar bien es el principal atributo del homo economicus, puesto que tal principio de racionalidad se asocia directamente con la manera en que éste lleva a cabo sus elecciones. Este constructo es una noción abstracta de lo que en realidad corresponde a un sujeto cualquiera que cuenta con fenómenos mentales, intenciones, deseos y creencias porque le corresponden sólo atributos que conciernen a un individuo que adopta, conductas maximizadoras o minimizadoras, según si elige sobre un bien o sobre un mal respectivamente (John, 1919). Tal individuo es capaz de realizar elecciones entre diferentes conjuntos de bienes sin que en el proceso se forme contradicción alguna. Aunado ello, el homo economicus no hace distinción de características tales como el sexo, la raza, la edad o alguna otra cualidad social. No se vincula con su medio, por tanto carece de toda valoración originada en el contexto, aunque en todo momento elige de acuerdo con una coherencia lógica en su conducta. (Leriche Guzmán, 2007).

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