Economía Política Global I
Enviado por Moisés Estrada • 6 de Octubre de 2016 • Ensayo • 4.219 Palabras (17 Páginas) • 326 Visitas
República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria
Universidad Bolivariana de Venezuela “UBV”
PFG: Relaciones Internacionales Tramo I-I
Unidad Curricular: Economía Política Global I
Sección: 02D
[pic 1]
Profesor(a): Estudiante(s):
José Romero - Moisés Núñez #27
C.I: 26.745.456
- Jarenson Ajiaco #18
C.I: 25.921.814
Caracas, Septiembre de 2016
INTRODUCCIÓN
En este libro se nos propone a darnos una explicación de la historia económica moderna desde una perspectiva mundial. El objetivo del autor, es analizar la estructura y la dinámica de todo el sistema económico mundial, no solo de la parte europea de su propio sistema económico mundial. El autor argumenta que debemos analizar todo, diciendo que, “analizar todo” es más que la suma de sus partes, incluso si solo se busca el darse de cuenta del desarrollo de sus partes, como puede ser la parte que representa a Europa, en lo que se refiere al “ascenso de occidente”, desde una perspectiva global, es Asia y no Europa, el continente que ocupó la posición central en dicho sistema en la mayor parte de la Edad Moderna.
CAPÍTULO 1: INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA MUNDIAL REAL FRENTE A LA TEORÍA SOCIAL EUROCENTRICA.
El objetivo principal de este capítulo es dar a conocer una historia más humano-céntrica que confronte y erradique o ponga en gran duda el mito histórico de una Europa y Occidente céntricos, que se supo servir de una versión de la historia “mundial” que solo se ofrecía a sus intereses y la proponía como el alma y corazón del resto del mundo, circundando al mundo en torno a ella o en tal caso solo Europa en un mundo aparte; de ahí el hecho de que, de Europa supuestamente nacieran los historiadores, (hecho que es erróneo ya que en tiempos anteriores la historia ya había sido escrita por chinos, persas, y otros pueblos de oriente), los cuales solo se enfocaran en exaltar su gran nación, excluyendo al “resto” y solo conservándolo en una especie de túnel del tiempo donde su participación y créditos eran mínimos e intermitentes en la mayor manera posible (de repente existían solo para actividades estrechamente inducidas a Europa y luego es como si se desaparecieran de la historia, siendo la mayoría del “resto” inexistente en dicho modelo histórico), además de jactarse de continente y reducir a pequeñas naciones o territorios al “resto” (al oriente); es decir Occidente se elaboró y esparció una fantasía geográfica que convertía tal península en un continente (Eurasia, término que debería ser en cambio Afro-Eurasia o “Afrasia”; expresión propuesta por el significativo racismo presente en dicha sociedad que negaba sus raíces verdaderas) similar a la india (proyección de Mercator), omitiendo así que esta misma Europa no fue de ninguna manera más aventajada o adelantada a ninguna región (no concebía ser productiva, aunque, es de reconocer que si tuvo participación en la economía mundial antes del 1800, pero gracias a la plata y oro extraídos de América, la cual le permitió sustentarse en tales actividades económicas) es más, tapando el hecho de que no llegaban a estar cerca siquiera de ser el núcleo de una economía mundial, y si se llegase a hablar en estos términos quien ocuparía este lugar seria China, seguido de la India; dando cuenta de que esta teoría solo es un mito europeo difusionista.
Tales factores incidieron directamente en el desarrollo económico, social, político, y académico global, propagando una cultura y creencia de manos insensatas, lucrativas y ambiciosas de poder para obtener el subordinamiento de las demás regiones a quienes históricamente se tildaron de hegemónicas e imperialistas, situación que denigro la real participación de oriente en el mundo económico (Occidente afirmaba y sostenía que los territorios de oriente se encontraron continuamente en un aislacionismo y estancamiento que no les permitió crecer y expandirse llevándolos a su declive, mientras ellos sí, más hay que aceptar el hecho de que supieron hacerse de la menor oportunidad para surgir a costas del declive del vacío económico que aperturo la salida en el marco económico de las más exponenciales regiones economistas), dando paso certero a que Europa fuera portavoz de su propio auge con un gran margen de error de especificidad acreditándose méritos, descubrimientos, invenciones y conocimientos provenientes de oriente que supieron asimilar y apropiar de muy sagaz manera. Por estos y demás motivos es necesario hablar de una perspectiva global y no eurocéntrica en donde verdaderamente se involucre el activismo y participación de las demás regiones devolviéndoles todos aquellos créditos que les fueron negados en un margen de orientación occidentalista a partir de la historiografía eurocéntrica naciente en el siglo XIX (mencionando que alrededor del siglo XVI Europa reconocía a Japón y China como las grandes esperanzas del futuro, basándose en su gran autoridad, potencial productor, exportador e importador, sus capacidades de desarrollo y crecimiento masivo de su población…).
El gran dilema resultante de tal difusionismo, fue sus consecuencias en el ámbito intelectual y político-ideológico, donde muchos de los grandes observadores políticos y científicos como Smith, Marx y Weber (entre los más resaltantes), participaron críticamente en este eurocentrismo, pero lastimosamente dejándose deslumbrar por sus atribuciones contemporáneas, centrándose en defender este mito occidental (con un margen de arrogancia incomparable), aunque llegando a reconocer determinados méritos a oriente pero no aceptarlos, proponiendo diferentes teorías que han de sustentar esta versión eurocéntrica y elevando a Europa, a un nivel superior en todos los ámbitos posibles mediante libros y teorías que lo sustenten. Lo más irónico de esta controversia, es que todos seamos discípulos de tal ciencia social por la cual nos hemos regido a lo largo de estos años, conviviendo en base a una historia cerrada negada de aceptar la realidad, siendo autores como Blaut, Abu-lughod,Hodgson y Wallerstein quienes hacen frente a esta teoría social eurocéntrica para acabar con la religión impuesta por los mercaderes del mito, además de enfrentarse a los historiadores económicos euro-centristas, a quienes no se ha de poder acudir para conocer la verdadera historia mundial, ya que obedecen a un sistema capitalista expansionista (estas orientaciones se guían en base a fines de intereses lucrativos o de identidad nacional) que catalogan mediante sus múltiples escritos, publicaciones y redacciones a las regiones orientales como feudalistas e imperiales, postulando fechas irracionales del surgimiento y auge de Europa con bases no solo insuficientes sino también contrarias a la teoría del sistema mundial total.Para lograr este cometido debe tomarse en forma global todas las regiones del mundo como un puzle agigantado (cada región es una pieza de puzle), donde para armarlo en su totalidad debe de tomarse en cuenta cada una de estas piezas y así lograr un todo en su conjunto y que se les de las misma prioridad a cada una para así conocer su verdadera posición y valor potencial.
...